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Espadas quiere centrar el PSOE-A en la corte de Juanma I El Moderao

Los socialistas, empujados por la inercia de tres décadas en el poder acabaron, según Espadas, «perdiendo el olfato de la calle». 

 

El partido que logra la confianza mayoritaria del voto de centro suele gana las elecciones, sean del tipo que sean, autonómicas o generales.

Basándose en datos de nuestra historia electoral reciente, efectivamente, nuestros electores huyen de radicalismos y de otros ismos, -¡ay el nacionalismo del PSA!- para engrosar, según les convenga en cada consulta, las filas de las opciones que consideran más centradas, casi siempre las que conforman nuestro histórico bipartidismo entre PSOE y PP. 

El 19J Juanma Moreno «El Moderao» se ha llevado el voto andaluz de Ciudadanos y también un 15% de votantes que antes apostaban por los socialistas. Ahí tienen como resultado la espectacular super mayoría de color azul que han logrado los populares.

Juan Espadas, secretario general del PSOE andaluz, hasta hace seis meses alcalde de Sevilla, el candidato socialista a la Junta que peores resultados ha obtenido en la historia, ha abierto esta semana la sesión de autocrítica interna en el partido. No crean, incluso ese momento, el de abrir la caja de Pandora, no lo dejaron al azar Noel López y su aparato en Organizacion. Se aprovechó convocar Comité Director del PSOE-A, máximo órgano entre congresos, justo después de la sesión constitutiva del primer parlamento (XII Legislatura) dominado mayoritariamente por la derecha y la extrema derecha con 72 escaños, frente a los 37 que ha podido reunir la izquierda. Cabe imaginar que muchos de los socialistas convocados no tenían ese día ni cuerpo, ni ganas, ni espíritu para adentrarse en la autocrítica seria y discernir cuales han sido los fallos del PSOE andaluz para alejarse tanto y con tan malas perspectivas en su camino para la recuperación del poder en la Junta de Andalucía.

De hecho, cuentan las crónicas sobre esa reunión celebrada cerca de Sevilla, en Alcalá de Guadaira, que hubo hasta un total de 18 peticiones de palabra y que el tono de los intervinientes fue bastante duro y muy crítico con lo que se había hecho para salir tan derrotados y tan perjudicados el 19J. Ganas de debatir parece que las había y muchas. Claro que limitadas las intervenciones a dos minutos, de tal forma que los dardos causaban menos dolor que el pinchazo de un dentista. O lo que es lo mismo, paradójicamente el PSOE abre un debate para que no se debata, en todo caso que se discuta, pero dentro de un orden y sin demasiada escandalera. Una sutil mordaza que puede acabar generando males de esos que nunca cicatrizan ni desaparecen en la vida de un partido.

Pero Juan Espadas intervino ante el Comité Director y ofreció titulares, aunque sobrevolando el pasado sin entrar en detalles que seguramente alteraría aún más el ánimo y el ritmo cardiaco de una parte importante de su auditorio. 

Para el dirigente socialista el problema que tiene el partido «es estructural» y lo viene arrastrando desde hace diez años. Sin mencionarlos pero en el lote entran figuras como las de Manolo Chaves, Pepe Griñán y Susana Díaz, máximos responsables del partido en el tramo señalado de dos lustros. Los socialistas, empujados por la inercia de tres décadas en el poder acabaron, según Espadas, «perdiendo el olfato de la calle». 

El resultado en la última jornada electoral fue demoledor, el 15% de los votantes socialistas le habían ‘comprado’ el mensaje centrado y moderado a Bonilla y al PP. Sin duda un importante trasvase de votos, votos considerados como «prestados» por los socialistas, pero aún quedan cuatro años para que se pueda comprobar.

“Tenemos que dirigirnos al conjunto de la sociedad y no solo a una parte. No podemos dejarle a la derecha una parte porque entendamos que es de derechas. Moreno Bonilla se ha dirigido a más gente que nosotros, sabiendo que eran votantes nuestros, y sin ningún pudor. Y lo peor es que el 15% de votantes se lo han comprado” afirmó Espadas, preparando el cuerpo del personal para su propuesta concreta de centrar, derechizar el PSOE-A en definitiva.

Para Juan Espadas el futuro del PSOE andaluz pasa por ensanchar su base social y «conquistar el espacio de centro político», solo desde este planteamiento estratégico puede el partido recuperar el voto y el gobierno de la Junta de Andalucía, sostuvo el excandidato socialista en su intervención.

Si moderarse y centrarse es el trabajo que se dispone a afrontar el PSOE andaluz – pese a que Sánchez ha enrojecido su gestión más que nunca- desde luego Juan Espadas tiene el perfil idóneo para esa misión porque no parece un líder de izquierdas al uso,  está más en el modelo García Page pero defendiendo a capa y espada la gestión de Pedro Sánchez, uno de sus puntos débiles por el desgaste que implica mimetizarse con la gestión de Madrid. Es un socialdemócrata al que se le puede confundir con un liberal. Va a misa, es educado, no insulta ni falta el respeto, y lo más importante, si de algo sabe Espadas es de cómo funciona un gobierno como el de la Junta de Andalucía donde ha trabajado en distintos despachos, con distintos niveles de responsabilidad, durante las ultimas décadas. Tiene experiencia acumulada y ese no es un mal aval. Sabe, por tanto, como se gobierna y ahora puede demostrar que, además, sabe fiscalizar a ese gobierno desde fuera, con un trabajo de control parlamentario riguroso donde sus parlamentarios justifiquen con trabajo lo que cobran. Porque esa es otra, al actual PP de Juanma solo le harán pupa en su imagen proyectada si les pillasen metiendo la mano en la caja y con evidencias claras para irse a denunciar al juzgado. Para el resto de bacterias de la política – amiguismo, compadreo, enchufismo, nepotismo, favores a amigos- los del PP han quedado inmunizados durante una larga temporada en tanto que su electorado les va a tolerar todo y más, el mismo estado de gracia que disfrutó el PSOE-A en los ochenta. Además, la tibieza del PSOE andaluz en el «Caso maletines» o  «Caso mascarillas», ambos con Bonilla en el gobierno,  no presagia que estén muy por la labor de inspeccionar las cuadras de la derecha. Algo que podría ser indicador de que ellos tampoco desean que entre el PP a husmear en los sótanos socialistas de aquí y de más allá. 

El primer acto de autocrítica interna socialista tras la debacle de hoy hace un mes, ha dejado un mensaje casi evangélico: se trata de salir a la calle a hablar con la gente y convencerles, abandonando esa prepotencia y aparente superioridad que les ha alejado de miles de electores de forma continua e imparable durante la ultima década. Y, también, huir de radicalismos, centrar el mensaje, en definitiva parecerse bastante al gobierno de mayoría de derechas que le ha tocado en suerte al PP andaluz. Un camino que Espadas dejó perfilado a todo el partido reunido en Alcalá ‘de los panaderos’ con esta frase final: “ el partido tiene que escuchar más a la sociedad, a toda ella y en todos los lugares. Y de una vez por todas tenemos que entender lo que son realmente prioridades para la ciudadanía en base a las cuales configura su voto”.

Una misión, rehacer el programa electoral a gusto de los electores, encargada por el SG del PSOE-A a los cuadros de su partido no parece una tarea fácil porque, necesariamente, deberá tener dos frentes claros. Por un lado convencer al electorado para que vuelva a confiar en ellos y votarles como objetivo final del proceso, pero antes Espadas deberá aplicar las correcciones pertinentes a los errores más llamativos cometidos hasta ahora en la renovación de la cúpula directiva del PSOE-A. Uno de esos errores no fue promocionar a quienes, en primera, segunda o tercera fila, han sido copartícipes y en cierta medida también responsables de un modo de hacer política que el electorado socialista andaluz ha acabado rechazando clamorosamente. Y no será porque el Psoe-A no dispone entre sus 46.577 militantes de hombres y mujeres más capaces, mejor preparados y menos contaminados que muchos de los elegidos, herederos de la vieja política que ya no suma votos. Difícil lograr convencer a la ciudadanía que quienes han fracasado en sus territorios, teniendo responsabilidades importantes durante años, hoy los recupera Espadas para vendernos que siguen siendo solución para el futuro. El PSOE sabe desde hace tiempo que se equivocó en su día al conformar un grupo parlamentario de exaltos cargos de Susana Díaz, casi todos con mochilas abultadas por su gestión de consejeros, mantra con el que el PP les amenazó desde el primer momento. Algo que redujo sensiblemente la capacidad de maniobra y combatividad del Grupo Parlamentario Socialista. Una pequeña encuesta que hiciera el PSOE entre sus militantes de base, seguro que les ayudaba a no equivocarse eligiendo a los nuevos iconos del cambio y la renovación socialista. Hay mucha gente valiosa no descubierta o marginada por serlos precisamente. Les propondría que empiecen alfabéticamente por Almería, donde el responsable de reiteradas derrotas frente al PP, amén de una más que discutible gestión del partido en su lucha contra la corrupción sistémica de las derechas almerienses, ha vuelto a salir elegido diputado pese a que todo el mundo sabe que de no disfrutar de ese aforamiento, José Luis Sanchez Teruel, hace tiempo que habría dado cuenta ante la Justicia de su participación en el llamado Caso Marismas, donde se investiga el destino de cerca de 45 millones de fondos europeos, para mejora de regadíos en el Bajo Guadalquivir y al que hace años la Guardia Civil propone sea investigado y declare ante el juez. Parece que finalmente acabará haciéndolo, pero convocado desde la Sala de lo Penal del TSJA por su aforamiento, estatus que el partido le ha mantenido hasta en las diputaciones permanentes habidas entre elección y elección durante la década pasada, incluida la última con Espadas al mando.  

Por no hablar de otros nombres que relucen más que el sol en la nueva dirección regional, escasamente conocidos, pero que han ocupado responsabilidades de gobierno en el pasado reciente. 

Es el caso de Gaspar Llanes, flamante Secretario de Transformación Económica y Digital del PSOE-A, que se hizo famoso en la pasada campaña con una escalera. Un nuevo dirigente orgánico del PSOE-A  que algún día deberá explicar por qué y cómo «se perdió» durante meses en la consejería de la que era Secretario General Técnico, a las órdenes de Antonio Ramírez de Arellano, un burofax enviado por el vicepresidente de Cajasol, (el texto íntegro en este enlace) Marcos Contreras (PP), pidiendo auditorías sobre la gestión bajo sospecha del presidente de la entidad, buen amigo de Llanes, el también socialista Antonio Pulido Gutiérrez. Hoy sigue ocupando el mismo cargo que le dio el PSOE y con el mismo sueldo de 200.000€ año. También es de los que se rompe las manos aplaudiendo a Juanma Moreno como antes lo hacía con Susana Díaz, examiga íntima de bodas y bautizos. 

 

Antonio Pulido fue uno de los pocos, junto a Paco Reyes, invitados al bautizo del primogénito de Susana Díaz. En la imagen de la derecha Pulido y su esposa, ambos militantes del PSOE, aplauden sonrientes a Juanma Moreno.

 

Por supuesto el PP, nada más llegar a la Junta, a los seis meses de enviar Contreras el burofax con lo de Cajasol, impidió al consejero de Hacienda, Juan Bravo, que entrase a fondo en las supuestas irregularidades denunciadas en la Fundacion Cajasol para investigarlas. Fue el propio Elias Bendodo, según fuentes de la consejería de Hacienda, quien frenó la investigación que se pretendía. 

Al final quién le iba a decir a muchos que Pulido sobreviviría a Braulio Medel, su envidiado enemigo en el Olimpo del finiquitado sistema financiero andaluz de las cajas.

Aparentemente el Sr. Llanes forma parte del plantel de ‘caras nuevas’ de las que ha llegado a presumir Espadas para hablar de renovación, cierto, como también que Llanes puede ser uno de esos ejemplos de haber sido uno de los ejecutores en la sombra de la vieja política de tantas décadas, esa que ahora dice Juan Espadas que hay que revisar y replantear.

No obstante lo anterior, no convendría olvidar un aspecto del que nadie habla, siendo uno de los que más condicionan a un secretario general del PSOE-A y que no es otro que la multitud de tribus y clanes socialistas a los que hay que contentar en pro de la unidad y estabilidad del partido. El analista malagueño Ignacio Trillo, exdelegado de la Junta con el PSOE, lo definía así : «castigarles visualizando, por lo menos otro centenar de veces pero por cada año que transcurra esta legislatura, la película «La vida de Brian», de cara a que consigan cuanto antes la unificación de los cuantiosos e insostenibles frentes populares y andalucistas de Judea que alberga en sus filas».

Esos grupos de intereses, todos a su bola pero bajo el logo del puño y la rosa, son variados y pueden estar operando por razones muy diversas, ya sean territoriales, por el peso de algunas agrupaciones y en muchos casos por la figura de un líder local o provincial que se resiste como gato panza arriba a dejar de ser el referente del partido ante sus paisanos. El caciquismo no solo se da en la derecha, también en la izquierda, incluida la más radical, pregunten en Marinaleda. También podríamos hablar en alguna localidad del ‘modelo napolitano’, clanes familiares que controlan porciones de poder en el partido dentro de su área de influencia. Hay una familia en concreto que controla siete puestos en una escala diversa de cargos de confianza socialista, siendo el más relevante el sillón para uno de sus miembros, con rango de Secretario de Área, en la ejecutiva regional sentado junto a Juan Espadas. 

Es tarea muy difícil para el Psoe borrar tantas hemerotecas del pasado con sus protagonistas por acción u omisión, a muchos de los cuales mantiene, promociona y tolera. Todo ello sin olvidar el susanismo durmiente, que no combate, deja hacer y se muerde la lengua. Solo observa, toma nota y administra la yogurtera.

Al PSOE-A le falta un debate interno como el comer. Un debate real, sin máscaras ni mordazas, que se acerque a las inquietudes del ciudadano de la calle pero sin el Boja como zanahoria, solo con su palabra y sus razones, pero con la intención de escuchar lo que de verdad le preocupa a la gente en su día a día. Quienes consideren que a estas alturas el andaluz que acude a votar no es capaz de discernir entre lo malo, lo regular y lo peor, mejor que de un paso atrás y deje que savia renovada ocupe su puesto en el partido. Lo mismo que deberían hacer quienes han mandado antes y quieren seguir mangoneando en un nuevo PSOE, partido tan necesario por otra parte para el equilibrio del  propio sistema democrático.

 

Aguirre, un campechano de Presidente 

Creo que se apresuran demasiado quienes, de entrada, no les ha parecido bien que este médico cordobés acceda a ser la segunda autoridad de Andalucia. Se basan los comentarios – especialmente los privados- en las capacidades y cualidades oratorias de Aguirre para presidir el Parlamento de Andalucia. Ni que aquello fuese la Real Academia de la lengua. Olvidan los críticos que Jesús Aguirre, nuestro campechano más exportable, ha sobrevivido con nota política alta al periodo histórico más grave de la sanidad andaluza con pandemia y otras plagas. Todo el mundo considera que su gestión como consejero de Salud, globalmente, merece un aprobado alto a pesar de las múltiples carencias que tiene el sistema.

Por sus obras les conoceréis, pero a priori no suena mal que un tipo de la calle –Jesús Aguirre es lo que parece- presida el templo de la democracia andaluza y nos traduzca al resto de mortales lo que allí digan y decidan sus señorías. Con poco que haga Aguirre se notarán los cambios en el viejo hospital de La Sangre. La presidencia de la cámara lleva dando tumbos desde que terminó la IX Legislatura que presidió el veterano Manolo Gracia Navarro, convertida desde entonces en una mera gestoría partidista burocrática, con presidencias teledirigidas por el PSOE, funcionariales, sin peso político alguno ante sus partidos y menos ante la sociedad andaluza. De la etapa de Ciudadanos y doña Marta Bosquet mejor ni hablamos.

Solo corre un grave riesgo el flamante presidente Aguirre. Que San Telmo le convierta en una marioneta entretenida y amena dedicada en realidad a controlar los tiempos y decisiones del legislativo. El día que el simpático y campechano don Jesús caiga en esas trampas, habrá dejado de ser él mismo y seguramente cambiará la imagen de tío normal que los andaluces tienen hoy de él. Y de paso habrá ayudado a la extrema derecha a cargarse un poco más el parlamento autonómico que ellos, si pueden y lo dicen sin recato, pretenden eliminar de la Constitución.

 

Cordón Sanitario

Juanma Moreno decidió en el último minuto dar entrada a Vox en las instituciones, en este caso en la Mesa del Parlamento de Andalucia. En realidad Moreno no estaba obligado a darles entrada, pero lo ha hecho. Dos razones pueden haber influido. Por un lado anunciar desde el minuto uno que no está por la labor de establecer un cordón sanitario a la extrema derecha, dando la razón a quienes le califican de ‘tibio’ en el mejor de los casos al presidente Bonilla. Y por otro que estamos ante una decisión que beneficia a medio y largo plazo más a Feijóo que a Juanma Moreno y a los intereses andaluces. 

Si Juanma Moreno ha acertado o no en esta decisión -que se contradice con lo dicho en campaña- solo el día a día nos lo confirmará. Si el PP opta por permitir que Vox utilice el Parlamento de Andalucia como altavoz de sus arengas electorales contra el gobierno de Madrid de Pedro Sánchez (hacerle el trabajo menos limpio al PP) , Juanma Moreno no podrá seguir mirando a los ojos a los andaluces porque les habrá mentido al pedirles esa mayoría suficiente durante la campaña para no depender de Vox. No deberían olvidad que muchos del 15% de electores históricos del PSOE que se han pasado a votar al PP el 19J lo han hecho asustados ante la alarma electoral contra Vox lanzada tanto desde el PSOE como el PP.

Si Bonilla da oxigeno a la extrema derecha y ayuda a su blanqueo en Andalucia, lo hará por intereses electorales de su partido no por intereses de los andaluces. Pero que no lo dude, entrar por esa gatera puede suponerle dejarse demasiados pelos, quedando casi desnudo ante la verdad que ha estado ocultando con su disfraz de «Juanma I El Moderao».

 

ABC y Joly relevan directores

El primero y el segundo periódico de la capital y región, ABC de Sevilla y Diario de Sevilla, han cambiado a sus directores en los últimos días.

Primero fue el anuncio del relevo de José Antonio Carrizosa por David Fernandez Mejía, avalado por haber sido director de Diario de Jerez y Diario de Cádiz, siempre en el Grupo Joly desde hace 23 años.

Dias después se daba a conocer el relevo de Alvaro Ybarra al frente de ABC de Sevilla por el periodista Alberto García Reyes.

Independientemente de las motivaciones que envuelvan estos cambios en ambas empresas, la llegada de alguien nuevo a dirigir una redacción periodística  siempre debe ser un motivo de alegría para el lector que, muy pronto, empezará a notar la impronta de la savia nueva recién llegada a la dirección. A ambos hay que desearles mucha suerte, la van a necesitar dados los tiempos de turbulencias que vienen de camino.

Sus nombramientos para dirigir dos importantes cabeceras andaluzas es una buena noticia para sus lectores por el aire nuevo y fresco que puedan aportar cada uno en su estilo, sin que eso signifique infravalorar el esfuerzo realizado  hasta ahora en ambos periódicos, entre otras cosas porque ahí quedó la importante audiencia lograda por ambos medios en estos complicados años que les tocó dirigirlos a Carrizosa e Ybarra.

 

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