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Hidra fiscal

Denuncia que hizo destilar leche y miel al periódico de cuyo nombre no quiero acordarme...

 

Jacominus Gainsborough, está perdidamente enamorado de Dulce, protagonista de “La cita” una historia de amor, deseo e impaciencia, de la que es autora Rebeca Dantreurer. Jacominus no es un miembro de la carrera fiscal, aunque el título de la novela pudiera merecerlo pues acabamos de conocer el informe de cuatrocientas paginas redactado por los inspectores del Consejo General del Poder Judicial después de haber examinado, more solito, las actuaciones del juzgado seis de instrucción de los de Sevilla cuya titular es la magistrada Nuñez Bolaños, a la sazón denunciada a bombo y platillo hace unos meses por los fiscales delegados de Anticorrupción en esta Audiencia. Denuncia sin cita previa a la denunciada para darle a conocer el objeto del celo de los fiscales avalados por Luzon y por Segarra,  entonces fiscal general del Reino. Denuncia que hizo destilar leche y miel al periódico de cuyo nombre no quiero acordarme, vocero alambicado de cuánta derecha deambula por esta noble y mariana ciudad, que es mucha como es conocido por los adquirentes a diario, pagando de su peculio los números en papel.

La leche se ha cortado. La miel ha evaporado sus olores, sabores y cualidades sanadoras. Los inspectores del elevado Consejo dicen que la magistrada Nuñez Bolaños ha cumplido con su misión sobradamente y que, si no ha hecho más, es porque se ha tenido que dedicar a resolver y contestar a los tales fiscales delegados que han inundado su secretaría y mesa con una cantidad inabordable de recursos, disparando a cuánto se movía en los autos que llevaba adelante, con celo reconocido, la titular del juzgado número seis.

Ahora se comprende porque en el farragoso e incomprensible escrito de conclusiones leído, en semitonado oculto,  en el juicio de los políticos ereticos no puede encontrarse ni un hecho concreto y desmenuzable que sostenga la acusación criminal atribuida in totum a los gobernantes socialistas, de izquierdas oiga, que han tenido la desvergüenza de mantenerse treinta y nueve años en el poder andaluz, no dejando a Javierito sonreír de presidente, ni al pesunto alcalde perpetuo devoto fiel de denunciar a Torrijos et reliqua ante la anterior titular del famoso juzgado de instrucción que arrebatado le fuera con engaño y aflicción, aflizion que decía El Pali, sentado en silla de anea, sí anea con a, en la puerta de la peluquería de Enrique, con Daniel al quite. El sábado escribía Benito Fernandez citando a Cesar Aíra que “la realidad es lo más misterioso que hay”.