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Imposible pasar página

Estamos hablando de la delicada linea que separa la salud de la enfermedad, el desgarro de la paz emocional, y la vida de la muerte.

Imposible pasar página por una sencilla razón, estamos hablando de la delicada linea que separa la salud de la enfermedad, el desgarro de la paz emocional, y la vida de la muerte.

Lo saben, por eso la mayoría de los mortales no se atreve a llamar por su nombre al cáncer, y se emplea sobre todo el gran eufemismo… mi hermana tiene “algo malo”, es el gran tema tabú de este siglo, y solo “mentarlo” el miedo te devora, porqué sabes que la ruina entra en tu familia, en tu casa, en tu cuerpo, y después puede venir lo siguiente.

Su relato gubernamental está significando salpicar a la ciudadanía con propaganda de un catecismo sanitario partidario, osando manosear con adulterada retórica la angustiosa crisis del cribado del cáncer de mama; cuidado con seguir empolvando y amontonando los expedientes rosas, que se han convertido en llaves y cerraduras para continuar, y rectifique de inmediato para que no se produzca ni una muerte más por estas negligencias.

Aún a sabiendas que una cifra, una estadística, una comparativa, una promesa, son susceptibles de ser manipuladas, y de hecho la fabricación de su colección de parches defectuosos, se residencia en la geometría variable de distorsionar el orden de la veracidad.

Es necesaria la lupa que detecta el oscurantismo, amén de averiguar las razones de cómo han podido destrozar con tanta permisividad institucional, un programa como el del “cribado del cáncer de mama”, puesto en marcha hace dos décadas, referente en la detección precoz del cáncer, y en la reparación de la salud específica de las mujeres, esa parte de la sociedad que, la sanidad andaluza tipifica como pacientes invisibles.

     Que sepan ustedes, que nosotras confiábamos ciegamente en las herramientas de las mamografias, y resto de pruebas oncológicas habilitadas para tal fin, pues sabíamos que a la más mínima duda la cita era exprés, un servicio impecable para las mujeres, poco acostumbradas a que nos atendieran con aquella solvencia, y cercanía asistencial al nombre de pilas “mujer”.

Pero llegaron ustedes como los bárbaros, y convirtieron lo que era la joya de la corona andaluza, en un amasijo de hojalata. Esa mutación imperdonable, necesita un giro copernicano del sistema sanitario, que pasa por dejar de considerar la salud como el lucrativo negocio de unos pocos, y volver a ser un servicio público universal.

Tengan la honestidad de no pretender blanquear esta tragedia, con el formato actualizado del “Bienvenido Mister Marshall”, algunos millones más, algunas contrataciones más, alguna infraestructura más, algunas medidas más, algunas horas extras más… Todo ello envuelto con la consigna, llamada por el presidente del gobierno andaluz: “ponga toneladas de diálogo, consejero”.

¿Quizás hasta hoy no habían hablado con la oposición, ni con los sindicatos de la Sanidad? ¿Ni con las organizaciones sociales, ni con las plataformas sanitarias, ni con las asociaciones de mujeres, ni con las afectadas? ¿En qué peana se creían que estaban subidos? Hace años que venimos denunciando desde todos los confines de Andalucia, lo que ha terminado siendo una mortífera bomba ¿Habían apagado el micrófono de las mujeres?

  Lo sucedido es que están cumpliendo escrupulosamente lo que es la biblia de su mandato ideológico, debilitar y empobrecer la sanidad pública, para obligar a la ciudadanía que pueda, saltar al seguro privado, en unos casos holgada, y en otros desesperadamente.

Lo mires por donde lo mires, este Gobierno parece venir actuando como el mayor agente comercial de la sanidad privada, y lo evidencia este, entre otros muchos datos: del incremento presupuestario de este año 2025, el 48% va destinado a las empresas privadas. Descarada cifra que corrobora una vez más como desde todos los puntos cardinales, nuestros impuestos tienen un destino final, atiborrar la cuenta de resultados de multinacionales, y grandes familias tenedoras de uno de los negocios más rentables que hay en Andalucia, la Sanidad.

Y su lamentable justificación, es que en la pública no tenían y no tienen medios. ¿Y por qué no se usaron esas desorbitadas cifras para invertir en nuestra sanidad pública?

En este paisaje desolador ¿no les da algo de pudor llevar más de dos años y pico, negándose a hablar de Sanidad en la casa del Parlamento de Andalucia? A sabiendas de su colapso, de su desmontaje, de sus fugas, de sus inmensas listas de espera, de sus agujeros, síntomas de un sistema sanitario enfermo y un modelo agotado.

Ha hecho falta que sus negligencias se conviertan en un escándalo tan descomunal como indecente, moviendole todas las esquinas del escenario electoral, y en este estado de shock, ¿Pretende subirse a la carroza de Rey Mago?.

        A las mujeres nos han situado en su defectuosa diana, y las mujeres hemos hecho que “usted cese a su consejera”, que “usted tenga que hacer un pleno monográfico en la Cámara para hablar de Sanidad”, y que “usted tenga que abrir el monedero para sofocar la crisis del cáncer de mama” soltando más de lo que tenía presupuestado para engordar a lo ajeno”.

Hasta ayer solo había una descomunal tijera, con un uso torticero para la financiación de las inversiones en la sanidad pública, y de pronto a golpe de monopoly desvisten a otras consejerías, dicen ustedes; aunque suena más bien a su modus operandi, como si tuvieran guardada una partida de alto voltaje, para los casos en los que las mujeres desenmascaran y alzan la voz con el mensaje de “hasta aquí hemos llegado” tras descubrir el “cuarto oscuro de su sanidad”, y entonces usted saca de la chistera el conejo, y no repara en casi nada que ponga en peligro la financiación del negocio de la enfermedad.

Las mujeres no quitamos, ni ponemos gobiernos, aunque en este caso lo pueda parecer. Pero hay una gran diferencia entre ustedes y nosotras, pues como dice Ángela Claverol presidenta de Amama “el presidente lucha por su supervivencia política, y las mujeres luchamos por nuestras vidas”.

Si no fuera por el dolor, y las tragedias personales y familiares, que están causando, pensaríamos que estamos ante una puesta en escena de Groucho Marx, “si no te gusta esta sanidad, tengo otra”.

Por esto, y por toda la ruina emocional y física que están inyectando en nuestra sanidad, vamos a responder con la proporcionalidad, y la contundencia que le debemos a las que no están ya, a las que como continúa diciendo Ángela “nosotras y yo estamos hoy… pero mañana puede que no estemos”.

Por ellas, por nuestras madres, nuestras hermanas, nuestras hijas, y todas las victimas y afectadas, vamos a estar al frente de esta hazaña titánica, por recuperar para Andalucia una Sanidad Pública, dedicada a prevenir, curar, y salvar vidas, porqué ademas esta perversión del sistema de salud, está alcanzando a las instituciones, y está suponiendo una severa degradación de la democracia andaluza.

Hoy desde aquí, quiero con toda solemnidad, lanzar una alerta de urgencia máxima “para frenar el abandono de la Sanidad Pública, y sus mortíferas consecuencias”