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La lucha del poder y prensa en la república balompédica de Bacteria

En la República Balompédica de Bacteria no hay sitio para un periodista que nos cuestione.

 

La actual bandera de la República Balompédica de Bacteria es parda, blanca y verde botella viejo. En la República Balompédica de Bacteria, cuando el otoño viene con caracolas, uva de niebla y montes agrupados en la Cota 16, una brisa triste corre por los olivos. La República Balompédica de Bacteria no atraviesa sus mejores momentos pese a los esfuerzos de su presidente, Don Gabriel Stillson, del Partido AFGOE, en poner a buen recaudo a cualquier disidente. Don Gabriel Stillson, hoy un potente negociante, pero formado en las duras penurias de Grünwaldfluss, pequeño pueblo agrícola en las riberas del Großer Fluss, tuvo claro desde que ascendió al poder de Bacteria que… «Nuestra ciencia nos ha hecho cínicos; nuestra inteligencia, duros y faltos de sentimientos». 

 

En su momento, cuando subió al poder de la verdiparda Bacteria y siguiendo la normativa de su gran modelo y mentor, Don José Stalin, a la hora de exterminar a las hienas bujarinistas, kamenevistas y, especialmente, loperinovistas… Don Gabriel Stillson dirigió una instrucción terminante a sus leales. Fue tras la pregunta de «¿Cuántos trabajadores irán a la huelga?» y la respuesta de… ‘Toda una fábrica, unos 3000′. Entonces, Don Gabriel se mostró en todo su esplendor y lanzó la frase que ha sido luz y guía de su gobierno: «Que los fusilen a todos. No quiero que haya obreros insatisfechos«. 

 

Una consigna muy similar a esta dictada para los trabajadores huelguistas la repitió Don Gabriel Stillson a sus leales -.siempre, bajo inspiración de su modelo, Don José Stalin-… en relación a los periodistas rebeldes: «En la República Balompédica de Bacteria no hay sitio para un periodista que nos cuestione. Cuestionarnos o criticarnos es igual a enfrentarse a nosotros. La República de Bacteria mantendrá una relación impecable con los medios que aprendan bien esta instrucción. Aquellos que cuestionen la instrucción o escojan seguir otro camino, deberán enfrentarse al desfavor y desagrado del Gobierno de Bacteria. Otros, más afortunados por obedientes, serán incluso recompensado económicamente y con placas energéticas gracias a sus desvelos con este Gobierno del pueblo y para el pueblo». 

 

Garbitch, Streicher-Herrasing y Hallkonn

 

Pese a los consejos de sus mejores secuaces, Michael Garbitch, Julius Streicher-Herrasing y Rudolf Hallkonn, este último un feliz vástago de ilustre familia del Partido AFGOE (‘Todo y todo por Grünwaldfluss’, en traducción libre)… en uno de sus últimos discursos ante el atribulado pueblo, y tras intervención de Rudolf Hallkonn, Don Gabriel Stillson dejó escapar estas palabras en el complicado dialecto de su Grünwaldfluss natal: «¡¡Demokratia schtunk! Frei spracher schtunk! Freedom schtunk! Wiener schnitzell, lager beer und sauerkraut, schtunk! Mit der acht… Schtunk! Schtunk! Schtunk!» (Democracia, schtunk! Libertad de expresión schtunk! Libertad, schtunk! Wiener schnitzell -‘San Jacobo de pollo’-, cerveza ‘lager’ y el chucrut, ¡schtunk! Con todos los ocho… Schtunk! Schtunk! Schtunk!».
Este discurso precedió a la destitución y despido de una serie de periodistas de medios más o menos importantes: aunque no todos los que habían pretendido y seleccionado Don Gabriel, Garbitch, Hallkonn y Streicher-Herrasing. Fueron condenados al oprobio y humillación más o menos pública algunos periodistas no leales de medios tan importantes como el periódico ‘XYZ’ que, pese a ello o precisamente por ello, redobló su adhesión a Don Gabriel, a pesar de criticar, en compensación, algunas otras actividades del Partido AFGOE, como las acaecidas en el pueblo de Heyyar.

 

También fueron purgados otros elementos subversivos de la Prensa, medios y empresas (no pocos); pero todos los esfuerzos combinados de Don Gabriel, de Garbitch, Streicher-Herrasing y Hallkonn no surtieron efecto ante la resistencia que opuso ‘RESSERFunk’, la emisora megalíder de Brandeburgabreu -importante ciudad capital de Bacteria e incluso de la República vecina de Nervionia- para entregar, atados de pies y manos, a los principales agitadores de ‘RESSERFunk’, Emmanuel Adlerr, Franz-Joseph Löwe y Jakob Erhob. Es imaginable el disgusto de Don Gabriel, de Garbitch, Streicher-Herrasing, Hallkonn… e incluso de los medios que han escogido no seguir en modo alguno el camino de la revuelta y la disidencia. También ladran decenas de escuadristas uniformados uniformemente con el color pardo, pero a esos, Don Gabriel se contenta con echarles algunos restos de comida para perros: no mucho más.

 

 

Zieltorts

 

Pero, a pesar de los esfuerzos de Don Gabriel y toda su cúpula, la situación en Bacteria no ha cesado de deteriorarse: tristemente. En las Repúblicas Balompédicas como es la de Bacteria, el pueblo es grandemente aficionado a unas piezas de pan conocidas como ‘Zieltorts’ (‘Tortas Goles’), de las que Don Gabriel, preocupado con sus esfuerzos bélicos y empresariales, apenas consigue proveer al buen pueblo de Bacteria. Cada vez hay menos ‘Zieltorts’ en Bacteria, y las que quedan… toca a ir buscarlas, como trufas extrañísimas, en departamentos montañosos, entre peligrosos abismos más allá de la Cota 16 de la Alta Sierra llamada Bundesbund. Encima, la República vecina de Nervionia, de bandera roja y blanca y cuyo centro vital se sitúa en el cuartel general de Pizzhans, vive momentos de feliz prosperidad. 

 

De este modo, y alentados tanto por la RESSERFunk del hábil Adlerr y del mordaz Löwe como por la escasez de ‘zieltorts’ al nivel de la Cota 16, peligrosos activistas han comenzado a infiltrarse en la vida civil, con el fin de alterar la convivencia ciudadana en Bacteria. Así cabe resumir la proclama de uno de estos activistas, titulada ‘Alza los ojos, Bacteria’: «¡Ciudadanos, soldados y aficionados de la Bacteria hoy más parda que blanca y verde botella! ¡No os entreguéis a esos bestias, que os desprecian, que os esclavizan, que gobiernan vuestras vidas; diciéndoos qué hacer, qué pensar o qué sentir! Que os obligan a hacer la instrucción, que os mal alimentan, que os tratan como a ganado y os utilizan como carne de cañón. ¡No os entreguéis a esos hombres desnaturalizados, a esos hombres-máquina con inteligencia y corazones de máquina! ¡Vosotros no sois máquinas! ¡Sois hombres! ¡Con el amor de la humanidad en vuestros corazones! ¡No odiéis! ¡Solo aquellos que no son amados odian, los que no son amados y los desnaturalizados! ¡No luchéis por la esclavitud! ¡Luchad por la libertad!… En tanto los hombres den la vida por ella, la libertad no ha de perecer. En el capítulo 17 de San Lucas está escrito que el Reino de Dios se halla dentro del hombre ¡No de un hombre o de un grupo de hombres, sino de todos los hombres! ¡En vosotros! Vosotros, el pueblo de Bacteria, tenéis el poder, el poder de crear la República y de crear felicidad. ¡El poder de crear felicidad! Vosotros, el pueblo, tenéis el poder de hacer que esta vida sea libre y bella, de hacer de esta vida una maravillosa aventura. Por tanto, en nombre de la democracia, empleemos ese poder, unámonos todos…

 

…Prometiéndoos la felicidad, las bestias han subido al poder. Pero mienten. No han cumplido esa promesa ¡Ni la cumplirán! Los dictadores se dan libertad a sí mismos, pero esclavizan al pueblo… Bacteria, ¿Puedes oírme? Dondequiera que estés, alza los ojos ¡Las nubes están desapareciendo! El sol se está abriendo paso a través de ellas. Estamos saliendo de la oscuridad y penetrando en la luz.¡Estamos entrando en un mundo nuevo, un mundo más amable, donde los hombres se elevarán sobre su avaricia, su odio y su brutalidad! ¡Han dado alas al alma del hombre y, por fin, empieza a volar! ¡Vuela hacia el arco iris, hacia la luz de la esperanza! ¡Alza los ojos, Bacteria! ¡Alza tus verdes ojos!»

 

Pese a todos sus esfuerzos y a los de sus mejores y más veteranos agentes como Karl Hoffmann o el infortunado Hermann Büsten, que nunca pudo reponerse de una dura traición sentimental… Don Gabriel Stillson, Don Michael Garbitch, Don Julius Streicher-Herrasing y Don Rudolf Hallkonn aún no han podido localizar y detener al audaz autor de este manifiesto contra el Gobierno de Bacteria.No saben si el nombre de Adenoid ‘Alexander’ Hynkel es el correcto. Sin embargo, parece que sí han descifrado su verdadera profesión: barbero. Así luchan el Poder y la Prensa en la República Balompédica de Bacteria. No es una charlotada; pero perdón por el atraco, maestro Charles Chaplin.

 

 (N: del Autor: Todo estos personajes son ficticios; cualquier parecido con la realidad será pura coincidencia en la imaginación del lector)