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La rentabilidad de los muertos

No me voy a referir a la manoseada utilización de las víctimas de ETA que un día sí y otro también vienen haciendo las súper estructuras del Partido Popular

Siempre me ha molestado muchísimo ver a aquellas personas que se aprovechan de las desgracias ajenas, intentando sacar alguna rentabilidad. Y es más lamentable, si cabe, cuando intentan rentabilizar la muerte de una persona. Más triste aún es cuando esa persona ha sido asesinada, y aún peor, cuando eso lo hace un partido político que debería ser ejemplar en su acción pública. 

Casos tenemos especialmente del Partido Popular, quién, de cada asesinado ha querido sacar fruto político. Lamentable, muy lamentable. Citaré varios ejemplos para que se me entienda. 

 

Unos años después de cuando se liberó a J A Ortega Lara, tristemente secuestrado por ETA y mantenido en un zulo durante más de 500 días, no tardó mucho el partido popular en colocarlo en listas electorales en Burgos…. Yo nunca entendí que tenía que ver una cosa con la otra, puesto que su pena y el deterioro psicológico y físico que había sufrido, no se le iba a quitar por dedicarlo a una política que ni ejercía, ni había demostrado por tanto el más mínimo perfil. Pero eso era lo de menos, el Partido Popular vio que ahí tenía una rentabilidad de votos y eso era lo único que contaba.  Hoy día milita en VOX…

Un caso semejante ocurrió con Juan José Cortés, de Huelva al que un degenerado le asesinó a su hija Mari Luz, de 5 años. Tampoco entonces tuvo dudas ni respeto el Partido Popular para aprovecharse de este dolor, que igualmente compartimos todos españoles, y colocar a J J Cortés ¡de número 1! en unas listas electorales, buscando la rentabilidad política sin que, además de su perfil de pastor evangélico y entrenador de fútbol, se le conociera ningún otro perfil destacado en el ámbito político, más allá de haber sido antes militante del partido socialista.

O lo que ocurrió con la hermana del político Alberto Jiménez Becerril, hasta entonces una total desconocida de la política, pero el PP tenía que rentabilizar los tremendos asesinatos de su hermano( destacado Concejal del Partido Popular) y de su cuñada. Y para ello, qué  mejor que tirar de su hermana para obtener algunos votos adicionales para el partido popular.

Estas cosas me chocan y mucho, porque yo siempre he pensado que en la política deben de estar los mejores y se deben de elegir con criterios de valía política, además de por otra serie de virtudes personales de las que a veces se adolece, como honradez, capacidad de gestión institucional, eficacia, discurso, empatía, etc. Y sin dudar lo más mínimo de que estas valías las tengan cada uno de los casos citados, estoy convencido de que si no hubieran pasado por los tremendos trances que pasaron, ninguno de ellos hubiera sido propuesto por el partido popular para semejantes responsabilidades. 

Viene esto al caso hoy, porque vemos que el señor moreno Bonilla no podía ser menos, y además de aprovecharse también del nombre de Jiménez Becerril para 23 años después de su asesinato darle el nombre a un salón del parlamento, que no por merecido deja de resultar extemporáneo (al menos yo no recuerdo que antes alguien del Partido Popular hubiera propuesto esto…) hoy ( ayer) va a rebautizar el hospital Vigil de Quiñones con el nombre de otro asesinado por ETA, el doctor Muñoz Cariñanos. 

Recuerdo que la tarde que lo mataron, yo me encontraba muy cerca del sitio en el que ocurrió el fatal episodio, en la calle Jesús del gran poder, donde tenía mi trabajo. 

Pues bien, hay un anécdota (esto yo no lo he visto, pero me lo contó alguien que sí lo vio directamente), que una vez más pone de manifiesto la tesis que aquí estoy exponiendo y es que, al día siguiente, en los funerales en la catedral por este doctor, el presidente del gobierno, un tal José María Aznar, fue a dar el pésame a la viuda y familiares del fallecido. Y me cuentan que una vez que le había dado el pésame y había seguido para alante, alguien le avisó al presidente de que las cámaras de televisión o algunos medios gráficos no habían podido recoger las imágenes con dicho momento, por lo cual inmediatamente el presidente no tuvo inconveniente (ni escrúpulos) en volver a darle el pésame, esta vez de mentira, para quedar bien en los medios. Si esto es verdad, que por quien me lo dijo estoy casi seguro de que sí, y conociendo al personaje estoy aún más seguro de que sí, es una muestra más del aprovechamiento político de un dolor tremendo y compartido por personas de muy diferentes ideologías… 

En fin no me voy a referir a la manoseada utilización de las víctimas de ETA que un día sí y otro también vienen haciendo las súper estructuras del Partido Popular o a cómo, hace pocos días, Isabel Díaz Ayuso con cara de compungida homenajeaba a las víctimas del 14 M en Madrid, sin que todavía el Partido Popular haya pedido perdón por cómo se comportó su cúpula esos tristes días, intentando convencer a los españoles, perdón a los votantes españoles, de que había sido la ETA y no una venganza del terrorismo yihadista provocado, ¡que no justificado!, por el apoyo indecente del gobierno del Partido Popular a la USA invasora de Irak. Aquí no se trataba de sacar votos sino de no perderlos.… Así se escribe la historia.

Todo no debería de valer y no sé si habría que modificar la ley electoral para que no se computara ningún voto manchado de sangre. Y sobre todo, para que no se permitiera utilizar estas prácticas tan indecentes como inmorales.