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Las derechas pinchan en la precampaña andaluza

La promoción de Feijóo en Tele5 y el arranque de la precampaña andaluza han sido un fiasco.

 

Pincharon los fachas en Cádiz y pinchó Bertín Osborne en su programa de T5, donde no le valió para promocionar a Núñez Feijóo ni el tirón mediático que se le supone a ese peligroso ser humano convertido en star system que responde al nombre de Isabel Díaz Ayuso. IDA esta invitada también a la fiesta junto a un Juanma Moreno, en pre campaña ya, que compadreaba con el anfitrión de manera vergonzosa. Poco más del diez por ciento de audiencia obtuvo el programa, emitido en prime time el sábado 30 de abril por la noche. La promoción de Feijóo y el arranque de la precampaña andaluza fueron pues un fiasco.

 

A Abascal le ocurrió otro tanto de los mismo. Su intento de montar el pollo en Cádiz y sembrar la discordia como siempre hace allá donde va le salió peor que aquellas provocaciones de Albert Rivera en según qué pueblos del País Vasco que supusieron el comienzo de la ruina de Ciudadanos. “Venimos cada vez que nos dé la gana sin pedir perdón ni permiso”, le gritaban los fascistas altavoz en mano al alcalde gaditano. Kichi no tardó en desquitarse en su cuenta de twitter: ¿Dónde vais, vino a decir, si habéis reunido “menos gente que en una mudanza”?

 

Empieza la cuenta atrás para las elecciones andaluzas. Quedan 48 días para ir a votar y, a tenor de lo visto, parece que no se va a poder bajar la guardia ni un minuto. Estas elecciones serán claves en la historia de España, porque esta comunidad será decisiva una vez más. Durante décadas Andalucía y Catalunya determinaron el dibujo del mapa político que acababa configurándose en el Estado español. El Madrid de Ayuso, como el de Aguirre en su día, no pegará nunca el salto por mucho que jueguen a ser la oposición directa del gobierno de la nación. El País Vasco jugará el papel de siempre. El grueso del asunto seguirá remitiéndose a los resultados catalanes y andaluces, pero la izquierda es la que tiene que espabilar porque anda algo dormida. O desnortada, que no sé qué es peor.

 

La izquierda tiene que despertar porque en Andalucía puede y tiene la obligación de hacerlo. Cuenta con centenares de Casas del Pueblo, con una gran tradición de lucha y dignidad, Izquierda Unida gobierna con mayoría absoluta en unos sesenta municipios y en coalición con otros ochenta. El proyecto de Yolanda Díaz cuenta con un buen suelo en el que hubiera sido deseable que estuviera toda la izquierda junta. Han faltado los Anticapitalistas, qué le vamos a hacer, pero aún así se puede plantar cara a esos fascistas capitaneados por Olona que juegan a exportar la dinámica del ultraderechismo francés a nuestra tierra.

 

En un informe de este lunes en La Vanguardia titulado “La amenaza del voto xenófobo”, el periodista Carles Castro documenta cómo en Francia los mayores caladeros de la derecha radical están por un lado en el medio rural y por otro entre los militares y los cuerpos de seguridad. Añade la crónica que en España, los jóvenes de hasta 24 años exhiben un débil respaldo a Vox, pero el apoyo aumenta considerablemente en los ciudadanos que se encuentran entre los 25 y 44 años. Recuerda Castro también que el pasado 24 de abril Marine Le Pen consiguió el 70 por ciento del voto obrero en la segunda vuelta ¡Del voto obrero! ¿Es contemplable que esto acabe ocurriendo también en Andalucía? 

 

Esperemos que sigan pinchando en convocatorias como la de Cádiz el día 1 o en los programas de la tele como el de Bertín Osborne en T5. Claro que ahí estará Canal Sur para echar una mano importante, cometido en el que parece contar, a juzgar por lo sucedido hasta ahora, con el impagable apoyo de una Televisión Española claramente entregada a los intereses de las derechas.

 

Claro que si al PP y a Vox no les sale la jugada, o no les parece suficiente propaganda, siempre podrán recurrir a los influencers de Andorra, que suelen conseguir audiencias siderales. Al fin y al cabo con los evasores fiscales siempre se han entendido muy bien.