The news is by your side.

Maldita justicia

No creo en esos jueces que son los que deberían de poner orden en estos sinsentidos y que conforman el Consejo General del Poder Judicial.

Siempre he creído en la justicia como un pilar imprescindible de cualquier sociedad democrática y justa, pero esto no evita el que tenga aversión a las injusticias o a la justicia mal aplicada. Hay cosas que nunca seré capaz de entender desde mi lógica racional y menos, cuando se atisba claramente un sesgo evidente e insoportable.

En esa justicia no creo, pero no por culpa de la propia justicia, sino por la de aquellos que la malaplican.

No creo en ese juez que ante tantas muestras de evidencias y de sinrazones, se permite utilizar la justicia con fines puramente políticos en pleno periodo electoral. Se le ve demasiado el plumero.

No creo en esa justicia de quienes no ven que tengan incidencia política y electoral unas concentraciones a la puerta de un partido político justo el día de antes, de reflexión, y el propio día de elecciones.

Me tendrán que convencer, para que crea en la justicia, de que es justo que a la hora de condenar por el caso de los Eres a los presidentes andaluces se diga que “…necesariamente tenían que conocer los hechos que se le imputaban “, y ante un caso semejante en la Comunidad de Madrid otro tribunal diga que “… la presidenta Esperanza Aguirre no tenía por qué conocer los hechos que se le imputaban…”.

No creo en esos jueces que son los que deberían de poner orden en estos sinsentidos y que conforman el Consejo General del Poder Judicial, con un mandato más que caducado y que están en una etapa temporal para la que no fueron nunca elegidos, y que se permiten reclamar respeto a la independencia judicial de los políticos. Si la “justicia” quiere intervenir y de hecho está interviniendo, en muchos líneas políticas, que no se extrañen de que la política critique esta intromisión inaceptable. Es lo menos que se merecen.

No creo en la justicia utilizada por aquellos que presumen de controlar al poder judicial “por la puerta de atrás” y que, de hecho, lo vienen practicando sistemáticamente.

No creo en la justicia de quienes, viendo como se han dejado morir como perros abandonados a 7.291 ancianos, en parte al menos por unas instrucciones dadas por el poder político, ni siquiera merece una investigación seria para determinar las oportunas responsabilidades penales.

No creo en las injusticias de los que, sabiendo que están cometiendo verdaderos atropellos/abusos jurídicos, ni corrigen sus abusos, ni nunca serán corregidos por quienes tienen en sus manos el oportuno procedimiento disciplinario.

En definitiva, no creo en la justicia aplicada con doble rasero de “a los otros, a por ellos” y “a los míos, ni tocarlos”.

En esta justicia no creo; a esta justicia la maldigo, ¡maldita justicia!.