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No, no son de fiar

Lo dicho, el PP no es un partido de fiar, ni para sus votantes, ni para nadie. ¿Es que no se merecen otra cosa los que quisieran creer al PP?.

El Partido Popular no es un partido de fiar, y no para los que no lo vamos a votar nunca, sino para sus reales o potenciales votantes. Un partido, igual que una persona, se debe valorar más por sus hechos y no tanto por sus palabras.
Y el Partido Popular ha venido defendiendo hasta la saciedad (¡Incluso “amenazando” con un proyecto de ley!), que había que respetar siempre que gobernara la lista más votada, para ellos un principio sacrosanto. Claro que esto lo defendía cuando el Partido Popular era en muchos sitios la lista más votada. Pero en cuanto esto ha cambiado, ya no es en absoluto importante ni defendible, para ellos, que gobierne la lista con más votos. Primer ejemplo de que no es un partido fiable y sí voluble.

 

 

El Partido Popular viene denostando a Pedro Sánchez, incluso con insultos y descalificaciones impresentables, acusándolo de una supuesta coalición con Bildu y acuerdos con los separatistas.

 

 

Sobre lo primero, ellos saben no sólo que eso es falso, sino que además son ellos quienes lo han practicado hasta la saciedad en el gobierno de la ciudad de Vitoria, donde pactar con Bildu (¡Sí, la misma Bildu!) era muestra de apertura y buen hacer. Es más, saben que los votos de Bildu en el Congreso no eran necesarios para la moción de censura. Y con los separatistas, todos sabemos que la única coincidencia real el votar lo mismo en la moción de censura a Rajoy… Por tanto, de nuevo hacen una cosa y predican otra. Segunda prueba de que no son de fiar ni creíbles.
El Partido Popular defendía hasta la insolencia que el PSOE tenía que facilitar el gobierno de la lista más votada (de Mariano Rajoy) hace apenas tres años. Esto no había ocurrido nunca en la democracia: que entre los dos partidos de gobierno se le pidiera a uno que apoyara al otro… Más cuando el Partido Popular tenía opciones de apoyos de otros partidos, pero no querían desgastarse. Preferían desgastar al PSOE, y el PSOE, en contra de la opinión de muchos de nosotros, se abstuvo para facilitar la investidura de M. Rajoy. Cuando ahora es la situación inversa, el Partido Popular dice que nanay, y que no apoyan con su abstención la investidura de Pedro Sánchez, porque “...ellos tienen otro modelo de gobierno...”. Pues ¡naturalmente!, igualito que lo tenían cuando ellos lo pedían para su M. Rajoy… De nuevo, lo que vale para unos no vale para otros. Tercera prueba de que no es un partido de fiar ni son serios.

 

 

Y lo que ya es propio de hipócritas y cobardes, es que, para salvar la situación, le pida a Ciudadanos que ellos sí se abstengan para facilitar el gobierno del PSOE… ¡Hay que ser incongruentes y miserables para decir para eso!

 

 

En todos estos casos se olvidan de que, en una democracia parlamentaria, como la española, quien tiene legitimidad para gobernar es quien consigue los suficientes apoyos parlamentarios, a diferencia de las democracias directas, donde gobierna quien tiene más votos.
Y dos nuevas pruebas de su nula fiabilidad: al señor Juan M. Moreno Bonilla le dolía la boca de prometer que, cuando llegara al gobierno, los contratos de sustitución en la sanidad pública andaluza serían, como mínimo, de seis meses. Ha llegado al cargo y ya está haciendo contratos de varios días. O que no pagarían plus de residencia a los altos cargos, y pagando están. No, no son de fiar.
Lo dicho, el PP no es un partido de fiar, ni para sus votantes, ni para nadie. ¿Es que no se merecen otra cosa los que quisieran creer al PP?.
Y sobre la fiabilidad de Ciudadanos, no creemos que haya que dedicar muchas líneas. Ese Albert Rivera prometiendo en el 2015 que de ninguna manera Mariano Rajoy sería presidente con el apoyo de Ciudadanos es un ejemplo elocuente de lo poco que vale la palabra de este Partido. O el permanente runrún de que ellos no tienen nada que ver con Vox, cuando la máxima autoridad institucional de Ciudadanos le debe su puesto de Presidenta del Parlamento de Andalucía a los votos de Vox…
Y a ambos partidos se les puede reprochar la mayor incongruencia del mundo: si de verdad tanto les preocupa esa falsedad, 1000 veces repetida, de que Pedro Sánchez va a gobernar con los independentistas, populistas y otra gente de mal vivir, ¿Por qué no bloquean dicha hipótesis facilitando con su abstención, que no su apoyo, la investidura? ¿Se puede ser más cínicos y menos patriotas?.
En el fondo, lo que les pasa a unos y otros es que siempre han entendido, y cada vez es mayor el clamor, que el poder les pertenece a ellos, que es suyo, independientemente de los resultados electorales, y que, por tanto, cualquier otro que intente ejercerlo es un ilegítimo y un okupa.
Ya lo decía hace unos años aquel dictadorzuelo que nos ponía en las monedas “caudillo de España por la gracia de Dios”, y que algunos leíamos “por UNA gracia de Dios”. En definitiva el poder les viene del cielo, y los votos terrenales no tienen valor ninguno…
Rafael Martín de Agar y 
Paco Pérez Moreno
Militantes Socialistas. 
ALCALÁ DE GUADAÍRA (Sevilla)