Esta mañana, me conecté por Internet para pedir una cita al médico de familia y, al igual que me pasó hace tres meses, el ordenador me indica que “En estos momentos su centro no ofrece citas disponibles para la consulta que ha solicitado”. Llamo por teléfono y me dice la funcionaria que no tengo asignado un médico de cabecera. En efecto, el anterior médico, (a quien por cierto, tan agradecido le estaba que fui a su casa a llevarle un regalo en reconocimiento por su profesionalidad durante tantos años) se jubiló en diciembre. Resulta que, después de siete meses desde que este médico comunicó su voluntad de jubilarse, aún no ha tenido tiempo (¿o voluntad?) la Consejería de Salud para designar, provisional o definitivamente, un nuevo sustituto en dicha plaza. Está claro que lo que hay es una evidente dejadez, perfectamente organizada para que con casos como éstos se vaya deteriorando cada vez más la sanidad pública. Sí, esa Sanidad Pública que, con tanto trabajo, nos costó consolidar en los años 80 y 90 y que, poquito a poco, la estáis dejando escuálida. Incluso en los tiempos de mayor crisis económica, los gobiernos socialistas declararon absolutamente prioritarias la Sanidad y la Educación, y ello, a pesar de la tremenda ola de restricciones y de tratarse de los capítulos más costosos del presupuesto. Y esto tiene dos explicaciones muy claras.

Por una parte, a menor gasto, mayores posibilidades de seguir rebajando los impuestos a los que más tienen, que pueden pagarse con su propio dinero la cobertura sanitaria que necesite su familia.

Y por otra, al deteriorarse un servicio básico como es la Sanidad, más posibilidades tiene  la sanidad privada de hacer negocio. Son dos ejes fundamentales de las políticas de derechas.

Al igual ocurre con la educación, donde se suprimen plazas de los colegios públicos, para seguir manteniendo el negocio de los centros concertados, otra política muy de derechas. Y algo parecido podríamos decir de los recortes y retrasos en las demás políticas sociales: dependencia, políticas de igualdad, etc.

Y a mí me parece bien que un gobierno de derechas haga política de derechas. No solo está en su derecho, es su obligación, porque se supone que para eso le votan sus electores. Pero le falta algo fundamental: tienen que explicárselo a la ciudadanía, tienen que decirles claramente: “Miren ustedes, nuestra política liberal conlleva rebaja masiva de impuestos para los más pudientes y recorte de gastos (ya sea en personal sanitario o educativo, ya sea en suprimir las medicinas sanitarias genéricas, ya sea en retrasar el pago de las dependencias…), para así poder seguir beneficiando a las empresas y recortando ingresos. Esta es nuestra política de derechas y así la estamos aplicando”. Si así lo hicieran, serían verdaderamente coherentes y honestos, los ciudadanos de derechas los votarían con más convicción, aunque los demás votantes a lo mejor se lo pensaban, pero, no. Nos engañan con que todo sigue igual y creen que los ciudadanos no nos damos cuenta. Sí, señor moreno Bonilla, su carita de buena gente esconde detrás toda una política de destrozo de las políticas sociales y de los derechos de los ciudadanos con un menor nivel económico, que necesitan de la Sanidad y de la Educación pública para subsistir y para tener acceso a algunos servicios públicos que cada vez están más deteriorados. ¡Os los estáis cargando!

Tenéis que decirlo claramente y que cada uno vote en consecuencia. Pero, no hagáis una cosa y digáis otra, porque es falsear y, para eso, ya tenemos a la señora Ayuso.

Service Unavailable

The server is temporarily unable to service your request due to maintenance downtime or capacity problems. Please try again later.

Additionally, a 503 Service Unavailable error was encountered while trying to use an ErrorDocument to handle the request.