The news is by your side.

¿Qué nos ha pasado?

¿Es que el electorado es tonto, pasota, sordo… ? o, a lo mejor, es que el emisor y no el receptor es quien tiene el problema.

El resultado de estas elecciones autonómicas ha sido para el PSOE de Andalucía, sin ningún tipo de duda, una auténtica hecatombe. Dejémonos de paños calientes. Dejémonos de eufemismos.

 

Creíamos que el suelo lo habíamos tocado con la nefasta campaña y oferta anterior de Susana Díaz, pero hemos sido capaces de superar nuestros ridículos resultados. Y creo que ahora lo que procede es, con todo el rigor, la crudeza, el tiempo y la amplitud que merece, tener un análisis sosegado por el conjunto del partido: por los órganos de dirección y de participación y, por supuesto, por la militancia como base del mismo. Y es necesario porque no estamos ante un hito más, estamos ante una encrucijada que, si no somos capaces de elegir el camino correcto, nos puede llevar hacia nuestra propia autodestrucción descontrolada. Por eso me he quedado realmente anonadado cuando he empezado a oír a dirigentes pasar de puntillas sobre esta preocupante cuestión la misma noche de las elecciones, o al día siguiente y prácticamente resolverla con una especie de mensaje de “más de lo mismo”: “Vamos a seguir trabajando y redoblando esfuerzos etc. etc….”, con idéntico mensaje al de anteriores ocasiones. Y no, no puede ser. Esto es muy serio.

 

Yo, simplemente por abrir boca, daré varias pinceladas, pero insisto en que cada una de ellas creo que merece un amplio debate, análisis, matización y extracción de conclusiones válidas para el futuro.

 

Creo que ante el mensaje, cuando se ha dicho como explicación, “que no hemos conseguido movilizar al electorado”,  la pregunta es obvia: y ¿por qué no lo hemos conseguido?.

 

¿Es que el electorado es tonto, pasota, sordo… ? o, a lo mejor, es que el emisor (nuestro Partido) y no el receptor (ciudadanía/votantes) es quien tiene el problema. En todo caso, si esa es la única clave, habrá que profundizar y ver el porqué de la falta de recepción y de motivación de quien es el protagonista en una democracia:  la ciudadanía que ejerce democráticamente su voto.

 

Y creo que al votante lo primero que le ha faltado ha sido un proyecto socialista conocido, creíble, ilusionante que le motivara a apoyarlo con su voto. Dejémonos de echarle la culpa al votante. No le hemos hecho una oferta que lo motivara. Y no se la hemos hecho (en mi opinión) porque no teníamos un proyecto digno de esa ilusión y de pedir esa confianza. No sé quién ha hecho el programa electoral  pero, a diferencia de otras ocasiones, ningún militante de  base ha participado ni de los trazos iniciales (borrador) ni de un periodo de aportación de posibles enmiendas e ideas, ni de un debate serio en nuestras sedes. Vamos, lo que siempre ha sido la esencia del funcionamiento de nuestro Partido. Es un proyecto, como todo últimamente, fraguado, definido y editado por un equipo, no sé cómo de reducido o de amplio, pero desde luego ignorando a las bases del partido socialista.

 

Y si malo ha sido el proyecto, no mucho mejor ha sido la transmisión del mismo. Creo que el líder se ha dejado asesorar e influir demasiado por un equipo que, desde luego, no ha estado muy afortunado. Y quiero decir aquí que yo apoyé desde el principio a Juan Espadas como un buen candidato para la Presidencia de la Junta de Andalucía. Lo hice público y di mis razones, que están publicadas. Pero me ha decepcionado la forma de vender nuestra oferta. Yo esperaba que hubiera un paralelismo incluso con la línea de Juanma Moreno, en el tono y en las formas, aunque radicalmente distinto en las ideas, pero he visto que no, que Juanma Moreno se ha hecho con toda la plaza. El estilo de moderación, de contentar a un amplísimo espectro de votantes y de expresar la preocupación justa para cada tema la ha ejercido Juanma Moreno infinitamente mejor que Juan Espadas. En el caso de Juanma Moreno, con el agravante de que no ha comprometido, prácticamente, ninguna promesa concreta con lo que va a tener cuatro años de lujo: con mayoría absoluta para hacer lo que quiera y sin que nadie le pueda decir que no está cumpliendo sus compromisos electorales…

 

Pero no toda la responsabilidad, ni mucho menos, es de nuestro candidato. Los principales comunicadores: Los miembros  de nuestras ocho candidaturas y nuestros principales referentes y dirigentes orgánicos e institucionales tampoco han estado a la altura de las circunstancias y prueba de ello es que la debacle ha sido generalizada, incluso en enclaves que eran un auténtico referente histórico de nuestro Partido.

 

Y después, estamos los militantes, la base, que también tenemos nuestra parte de responsabilidad. Y yo asumo la que me corresponde, pero sí quiero decir en nuestro descargo lo siguiente: Si no se ha contado con nosotros ni para definir el proyecto ni para enmendarlo o matizarlo ni para hacer aportaciones… Vamos que, si no se tienen en cuenta nuestras ideas ni nuestras iniciativas para nada, ¿con qué fuerza se nos puede pedir que hagamos una auténtica campaña como la hemos hecho en otras ocasiones?. Y más grave: si alguna de las propuestas que no hemos podido hacer tiene una incidencia directa en nuestro entorno más próximo, de vecinos y de votantes, ¿cómo vamos a “venderles” nuestro programa, en el que ni siquiera nosotros acabamos de conocer y creer como el más idóneo, y pedirles el apoyo?…

 

Para colmo, se nos dice, desde las altas instancias,  que hemos tenido un cambio de modelo de partido y que ahora hemos pasado al modelo de apoyo de alcaldes y alcaldesas. Pues si este es el futuro que nos espera, aviados vamos. Pero a esto le dedicaré otro artículo específico…

 

En definitiva,  dos ideas muy simples:
– Tenemos lo que nos merecemos
– Si no somos capaces de reconocerlo ni de enmendar el desastroso camino por el que deambulamos, volveremos a tener lo que nos mereceremos…