Silencio Sr. Casado

He querido estar ausente tiempo y dedicarlo a meditar, ser responsable, y  tener precaución. Mi generación se ha visto fuertemente azotada,  hemos quedado los justos. El virus se ha cebado con la gente de mi generación, aunque ahora ha bajado la edad, fundamentalmente por el verano, el ocio nocturno,  la ligereza y poca precaución de la gente joven, que sigue viendo la muerte muy de lejos. He tenido perspectiva para ver como el Partido Popular y el gobierno se enfrentaban a una de las peores crisis de los últimos 100 años. Frente a esta pandemia soy de los que pienso que hay que empujar hacia la misma dirección.

En este tiempo también, desde  mi error, no me duele reconocerlo, he podido comprobar gratamente como el gobierno de la junta de Andalucía  ha ido ganando en empatía y buen hacer. Consejeros como Ruiz, Carazo, Bravo,  Del Pozo y Crespo, junto a Moreno y Marín están realizando una labor de equipo magnífica y soldada en un mismo objetivo: Andalucía y los andaluces.

Ciertos son algunos nubarrones en el partido de los socios, y zonas oscuras con arenas movedizas, pero no hay duda que el balance es positivo o muy positivo. El gobierno del cambio está bien fundamentado, unido y con fortaleza para lograr altas cotas en provecho de nuestra tierra. Mientras los socialistas andaluces que brillan por su ausencia están en sus batallas internas, mirándose al ombligo, dándoles la espalda a los andaluces. Sometidos al escarnio público de tener que vanagloriarse a diario de la vergonzosa gestión del gobierno de Sánchez, encallado en el ridículo continuo.

Pero la deriva de los acontecimientos hace que deje mis reflexiones por escrito.

Ya no eres creíble Pablo, tus palabras están vacías, faltas de contenido. Tu rearme ideológico se fue por los desagües de Génova. La libertad en tus labios chirria como latón oxidado.

Hablas de libertad y responsabilidad individual, esa que  quedó en el camino que conduce a ninguna parte, dentro de las filas del Partido Popular. Miedo y silencio. Tu autoridad sesga las voces críticas, aquella forma de hacer política directa, inconformista que nos hizo grandes. SILENCIO.

Tu cesarista autoridad está convirtiendo a este partido – que es el mío desde hace muchos años- en una estructura monolítica en la que cada día cuesta respirar más. Has convertido en poco tiempo a este partido en algo muy distinto al centro reformista y liberal. Tú sabrás cómo quieres tu epitafio político para tu fugaz carrera, pero has logrado un gran consenso y volado las esperanzas de todos los que creíamos en ti. SILENCIO.

Tu intervención en la junta directiva nacional, pobre y triste, llena de frialdad. Rodeado de los aduladores de turno. Cuesta mucho trabajo creer en un discurso diametralmente opuesto a tu propio comportamiento y el de tus dirigentes. Todo menos un partido fuerte y unido, Tus ojos te delatan, ya no son creíbles. SILENCIO.

Has dilapidado el contenido ideológico del partido popular, su adn, y a los mejores, para rodearte de un grupo sin techo, que ha venido a la política a servirse y no a servir. Un equipo que terminará cómodamente retumbado en el hemiciclo por no tener donde ir, hasta que otro mirlo blanco asome en el centro reformista y liberal. SILENCIO.

Permíteme Presidente, Cayetana era, es y será igual y libre como siempre. Todos sabemos quién era Cayetana, aire fresco, esencialmente libre y sujeta al debate y al combate. Con uno de los mejores fondos de armario de la oposición; ha representado la  libertad de pensamiento, la cordura y la dialéctica política.

Frente a los que no son nada, ella representa todo. Gustará más o menos, pero ella es Cayetana, tu entorno no es nada. SILENCIO.

Ni sorayos, ni casadistas, el partido popular ya no sabe lo que es ni hacia dónde va. Acomódate en la oposición porque lo tuyo será un largo peregrinar arropado por inútiles, vividores y algún palmero con poca o nula formación.

Has optado por jugar la baza de la crisis económica, cuando tu equipo económico ni existe ni se vislumbra en el horizonte. Sánchez ya te ha ganado la crisis sanitaria. En cada ocasión que pueda te volverá a robar la cartera. SILENCIO.

El peor gobierno de la historia democrática española, el gobierno del caos y la mediocridad, la frontera entre la corrupción y el populismo; se ha encontrado con la oposición popular más floja y blanda de la democracia. Atenazados y sin rumbo fijo. Esta oposición contigo como presidente no ha sabido tumbar el caos y el desorden gubernamental, Y lo peor, nula estrategia política. En el peor arranque de ciclo político, los populares no hacen otra cosa que desviar el punto de mira del panorama político para pegarse un tiro en el pie.

No sé si es mejor sólo o mal acompañado.

Por último, ¿a qué juega tu Secretario General? ¿Hasta dónde está dispuesto a llevarte? Piensa porque tu debilidad empieza a ser notoria.

Por demás, en la moción de censura de septiembre no ganarás nada, pero lo puedes perder todo anticipadamente. Háztelo  ver. He dicho. SILENCIO.