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Tiene razón Abascal, mi abuelo fue un «pobre hombre»

Fue un 'pobre hombre' asesinado por sus ideas, sin ser juzgado y que dejó viuda y cuatro hijos pequeños y todos proscritos por balas falangistas al amanecer.

Parece que el señor Abascal Conde, Don Santiago, alude al notario Blas Infante Pérez como ‘pobre hombre’, bajo el argumento de que ‘esta si es Andalucía y no la de Blas Infante’, en referencia a su público, los adeptos de Vox. Tan respetables andaluces como cualquiera, naturalmente.
No queda otro remedio que darle la razón al señor Abascal. En efecto, la Andalucía de Santiago Abascal no es, pese a todo, aquella Andalucía del notario Blas Infante quien, también en efecto, fue un ‘pobre hombre’, en cuanto que asesinado por sus ideas, sin ser juzgado y que dejó viuda y cuatro hijos, todos éstos por debajo de los diez años de edad…  y todos proscritos por las balas de una ‘escuadra del amanecer’, pelotón de ejecución o como se llamara. 

 

En la Andalucía de Blas Infante estuvieron, cupieron y brillaron las Juntas y Centros Andalucistas, la bandera verde, blanca y verde, ‘ese’ himno de los jornaleros de Cantillana que es el ‘Santo Dios’, el escudo de Hércules y el Estatuto de Ronda, el Korán (sí), los Evangelios (también), el esperanto, el rosal sangriento de Francisco Cruz ‘Seisdedos’ y aquellos asesinados jornaleros de Casas Viejas… además de todos esos monumentos andalusíes -de andaluces- que tanto dinero generan al Estado español y a la Iglesia… y mejor será no seguir.

 

En la Andalucía de Blas Infante tenían cabida, inclusive, la correspondencia directa con el Mahatma Gandhi, liberador de la India, o las visitas a El Raisuni, aquel ‘xerife’ y poeta musulmán de Assilah que tanto fascinaba al General Silvestre, el de Annual. Entre naranjos, cosechas y jornaleros vivían y brillaban grandes médicos, abogados, poetas, escritores e ilustrados como Pedro Vallina, Luis Yáñez-Barnuevo de la Milla, Manuel Blasco Garzón, Federico García Lorca, Pedro Garfias, Luis Rosales, Hermenegildo Casas o los sevillanos hermanos Ochoa. Manuel Clavero Arévalo llamaba a Blas Infante ‘el primer presidente de Andalucía’. Clavero soñaba con haber sido ser un ministro andaluz de ‘su’ presidente Blas Infante.

 

Buena parte de todos estos aquí citados dejó de vivir o desapareció de España/Andalucía casi al mismo tiempo que lo hizo Blas Infante. Nadie podrá incendiar su recuerdo ni su memoria. Y es por ese mismo recuerdo, legado y memoria que en la Andalucía de Blas Infante ‘sí’ hubiera tenido cabida Santiago Abascal, en cuyo ‘proyecto’ de Andalucía no parece tener cabida el pobre notario Infante.
En efecto y con certeza… la Andalucía de Blas infante Pérez, ‘por sí, para España y la Humanidad’… no es la de Santiago Abascal Conde. Naturalmente que no.