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Policia y Guardia Civil en Cataluña

Son 10.000 personas. Llevan allí entre 20 y 25 días. Se acaba de prorrogar su desplazamiento otra vez fuera de su plantilla de destino y alejados de sus familias, que confiaban en una corta ausencia que se está alargando sin que exista ninguna previsión de su vuelta a casa.

 

Muchos de ellos fueron sin anticipo de dietas, adelantando de su dinero los gastos de alojamiento y manutención en una prestación de servicio al Estado que, como la mala madrastra que tiene acostumbrados a sus hijos a un maltrato, considera normal tratarlos con desprecio y sin valorar jamás su tarea.

 

Solo se les ordenó intervenir el 1 de octubre y quien dio la orden sigue estando oculto en las brumas de las responsabilidades políticas o profesionales, sin responder de la peor orden, organización y planificación que se haya llevado a cabo nunca en la historia moderna de las fuerzas de seguridad. ¿Fue el ministro de Interior? ¿El secretario de Estado de Seguridad? ¿Los directores generales o los que hacían funciones de DAOs en cada Cuerpo? ¿El coronel de la Guardia Civil Pérez de los Cobos? ¿El Jefe Superior? ¿O son todos responsables?

 

No estábamos preparados. Rajoy mintió o fue engañado. Debió utilizar los resortes legales para controlar los Mossos impidiendo la vergüenza de la mala utilización de las fuerzas de seguridad en una ratonera, y las imágenes de policías del Estado acorralados en hoteles en su propio país.

 

El balón de oxígeno que dieron al independentismo más radical y la pésima imagen que transmitieron (muchas con manipulaciones, cierto) de la Policía y la Guardia Civil exigirían en un país serio y en una democracia digna de tal nombre que algunos de los responsables hubiesen asumido su responsabilidad dimitiendo o siendo cesados.

 

No estábamos preparados. Rajoy mintió o fue engañado. Debió utilizar los resortes legales para controlar los Mossos impidiendo la vergüenza de la mala utilización de las fuerzas de seguridad en una ratonera, y las imágenes de policías del Estado acorralados en hoteles en su propio país, siendo insultados, agredidos, escupidos, vilipendiados… en una imagen que no entienden en ningún país del mundo, ni siquiera en el nuestro con tan amplias tragaderas para determinados aspectos que son intolerables fuera de nuestras fronteras. Era una turba de energúmenos fanatizados y violentos, de nazis talibanes cargados de odio acometiendo contra las fuerzas de seguridad alentados por los políticos independentistas, que encontraron un aliado perfecto en la errónea decisión de mandar abrir y entrar a colegios y desalojarlos cuando estaban ocupados por cientos de personas que impedían el paso. Escraches violentos contra las fuerzas de seguridad que los políticos nazicatalanes independentistas ignoraron y que para una responsable en Madrid de Podemos, Ruiz-Huertas, son actividades lógicas, razonables, legítimas y apoyadas por su partido, sin que nadie de Podemos, transcurridas dos semanas, la haya desautorizado. Así se labra la historia de un partido que pudiendo haber sido todo se quedará en nada.

 

Muchos de los policías están alojados en penosas condiciones, el tiempo que llevan alejados de su familia incrementa el estrés, lo ocurrido el día 1 y posteriores no es para confiarse en los responsables del dispositivo y no saben si van a seguir en Cataluña cinco días o cinco semanas más.

 

Ahora pueden venir otros días complicados. Muchos de los policías están alojados en penosas condiciones, el tiempo que llevan alejados de su familia incrementa el estrés, lo ocurrido el día 1 y posteriores no es para confiarse en los responsables del dispositivo y no saben si van a seguir en Cataluña cinco días o cinco semanas más. Y alguien debería decírselo. Solo la falta de pulso sindical permite que se estén dando estas circunstancias y que no haya ya medidas de protesta en Cataluña o en los lugares de alojamiento. A ver si no les sale una Jusapol como en materia retributiva que les haga acudir corriendo a sofocar el incendio.

 

Esta situación abre otros territorios para el análisis. ¿Qué estará pasando en España durante estas semanas con 10.000 efectivos menos? ¿Estarán creciendo los delitos? Si ya se denunciaba la falta de personal, sustraer a 10.000 efectivos de seguridad ciudadana debe notarse bastante ¿O no? ¿Es cierta esa presunta falta de personal que tanto se pregona? Por lo que me cuentan, resulta que la increíble cantidad de identificaciones ilegales y cacheos indiscriminados que se realizan habitualmente para dar una justificación estadística a los mandos vulnerando derechos civiles de la ciudadanía, en práctica policial inaceptable en países de nuestro entorno, no se están llevando a cabo, los vehículos disponibles atienden las llamadas del 091 y patrullan, y los delitos se están reduciendo. Sí, puedo repetirlo si no lo entienden bien pero esto es lo que está pasando. La enfermiza e ilegal obsesión por identificar a millones de personas cada año lleva a muchos vehículos a permanecer estáticos en las zonas donde realizan los controles (o filtros), lo que supone que hay mucha más actividad policial en estadística pero también más robos y delitos porque los vehículos se desplazan menos y ocupan menos territorio.

 

Confiemos que el inevitable control de los Mossos por el Estado se ejecute pronto, que los 10.000 policías y guardias civiles puedan volver a sus plantillas

 

Este desplazamiento de 10.000 efectivos a Barcelona sustraídos de seguridad ciudadana está dejando en evidencia la mentira de las estadísticas, el perjuicio a la ciudadanía, que es víctima de más delitos, y el de los millones de personas que cada año son identificados y cacheados ilegalmente porque sigue primando, como en tiempos de Franco (ya sé que parece un exceso pero no lo es) el principio de Autoridad sobre el derecho del ciudadano, y eso se concreta en que cualquier policía puede identificar a cualquier persona sin ninguna razón para ello, simplemente porque su mando le exige que presente estadísticas de identificaciones. Lo he escrito en alguna ocasión anterior, pero me parece el ejemplo más reciente que evidencia la diferencia en el respeto a los derechos civiles de la ciudadanía en los países democráticos de nuestro entorno y España. En Alemania, para identificar a ciudadanos sin razón alguna, la Policía tiene que emitir una comunicación avisando la zona en que ello será posible y durante cuánto tiempo. Lo hicieron durante una semana tras sufrir el último atentado terrorista y lo ampliaron una semana más en la misma zona, y concluido dicho plazo ni en alerta antiterrorista ningún policía alemán, ni francés, ni de ningún otro país democrático (no digamos ya inglés, donde los ciudadanos no tienen DNI) puede identificar a capricho a un ciudadano y menos cachearlo, porque eso es una vulneración de sus derechos civiles.

 

Confiemos que el inevitable control de los Mossos por el Estado se ejecute pronto, que los 10.000 policías y guardias civiles puedan volver a sus plantillas, y que se les impartan órdenes de atender las llamadas del 091 (cosa que muchos de ellos no hacen porque solo los utilizan para identificar, dándose la paradoja de llamadas sin atender cuando hay varios vehículos en una zona cercana identificando a jóvenes para nada), y de patrullar para garantizar seguridad, que es para lo que existimos, y no para servir de coartada a los mandos y que sigan practicando el juego de los “palotes” a costa de los derechos de la ciudadanía. Esta errónea práctica policial contra lo dispuesto por el Tribunal Supremo cuando avaló la “Ley Corcuera”, antecedente de la actual “Ley Mordaza”, es una política de seguridad aberrante que se viene practicando  cada vez con más intensidad, y debe ser anulada porque provoca incremento de la criminalidad, desatención a llamadas del 091 dejando desprotegidas a las personas que reclaman ayuda y vulneración de derechos de la ciudadanía.