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Ciudadanos y el marxismo grouchista

Benito Fdez 2
Benito Fernández*

Si hay una formación política actual que base sus actuaciones en el marxismo más ortodoxo esa no es otra que Ciudadanos. Los muchachos de Podemos pueden ser marxistas leninistas, estalinistas o maoistas, pero los de Albert Rivera se están distinguiendo por seguir a rajatabla las tesis defendidas por Groucho Marx aplicando sus conocidas frases en cualquier lugar donde les convenga a sus intereses. Les da igual ocho que ochenta siempre que, pragmatismo puro y duro, consigan sacar provecho de cualquier ocasión que se les presente. En Madrid apoyan al PP, en Sevilla al PSOE, en algunas capitales a los nacionalistas y en Murcia ni a unos ni a otros sino todo lo contrario. Un guirigay cuyo único fin no es, como dicen sus dirigentes, facilitar la gobernabilidad y dar estabilidad a los gobiernos en minoría, sino simple y llanamente, sacar tajada y provecho de todos sitios en aplicación de la conocida frase de Groucho “estos son mis principios, si no le gustan, tengo otros”.

Estoy seguro que Rajoy y los suyos, y de camino la gran mayoría de los españoles, le vamos a agradecer a Rivera y los suyos que con sus votos saquen adelante los presupuestos generales del Estado para que vuelva la tranquilidad a la sociedad, pero no hay que ser incautos, ya se sabe que quien algo quiere, algo le cuesta o, parodiando de nuevo a Groucho, “la polìtica es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados”. Con todo su lío no deja de ser cierto que Ciudadanos está consiguiendo protagosnismo polìtico con decisiones que, al menos, sirven para algo. No como otros marxistas que todos sabemos que se limitan a formar broncas en el Congreso por asuntos nimios y teatrales con el único fin de que la Cuatro o la Sexta saquen en sus informativos o tertulias a sus dirigentes. Impresentables, absolutamente impresentables e indignos de representar a cientos de miles de españoles que los votaron. Como recordaba Groucho “nunca pertenecería a un club que me admitiera como socio”.

 

El último circo se ha visto esta semana con las conclusones de la Comisión de Investigación de los cursos de formación fraudulentos que la Junta ha repartido a diestro y siniestro.

 

Y es que si el Congreso se está convirtiendo últimamente en el escenario de un vodevil, lo que está ocurriendo en Andalucía, en la sede del antiguo Hospital de las Cinco Llagas, es una astracanada digna de Muñoz Seca. Yo no he visto en mi vida a un Parlamento que sirva para menos y que esté más apartado de la realidad, que el Andaluz. Y no salvo a nadie de los ciento nueve diputados y diputadas que lo componen. El último circo se ha visto esta semana con las conclusones de la Comisión de Investigación de los cursos de formación fraudulentos que la Junta ha repartido a diestro y siniestro, más a siniestro que a diestro en los últimos años y que nos han costado a los andaluces un ojo de la cara y parte del otro.

Si la anterior comisión de investigación, la de los EREs falsos, presidida entonces por un diputado de IULV-CA, no fue capaz de encontrar responsabilidades políticas ni siquiera entre los que la Justicia imputó, Chaves y Griñán entre ellos, en ésta última no se iba a romper la norma del buen rollito y tampoco lograron nuestros parlamentarios acordar un dictámen que señalara a algún responsable politico como autor del desaguisado. Tampoco esta vez ni Chaves ni Griñán, ni por supuesto Susana Díaz, habían tenido nada que ver en el turbio asunto. Abstenciones extrañas, votos equivocados, pactos bajo cuerda y un desbarajuste propio de una Cámara que ha perdido no solo el norte sino los cuatro puntos cardinales, dieron al traste con las conclusiones de una comisión de investigación parlamentaria que tampoco, una vez más, ha servido para nada que no sea hacerle el juego a la futura secretaria general del PSOE.

 

Y en esas estamos hasta que los socialistas decidan quien se hace cargo del partido, si la nueva reina del Sur o el mocetón madrileño reconvertido en la gran esperanza blanca de Podemos.

 

Porque esa es otra. Mientras los muchachos de Juanma Moreno siguen desaparecidos tratando de poner orden interno en un partido que no levanta cabeza, los de Susana están como en otro mundo, como ecía Neruda, “me gustas cuando callas porque estás como ausente…”. Sí, ausentes. Con el culo pegado a su escaño en la Macarena y la cabeza puesta en el próximo congreso federal del PSOE, y es que, como decía Groucho, “solo un hombre de cada mil es un líder de hombres; los otros 999 siguen a mujeres”. Y en esas estamos hasta que los socialistas decidan quien se hace cargo del partido, si la nueva reina del Sur o el mocetón madrileño reconvertido en la gran esperanza blanca de Podemos. A la primera aquí abajo, al sur de Despeñaperros, la conocemos de sobra y sabemos de sus sobradas carencias, al segundo lo define también Groucho con una frase antológica “el puede parecer un idiota y actuar como un idiota, pero no se dejen engañar, es realmente un idiota”. Y mientras tanto, Andalucía sigue en un eterno compás de espera.

 

*Benito Fernández es Periodista.

@maxurgavo