Ocho meses. Estamos a punto de cumplir ocho meses desde aquellas ya lejanas elecciones generales del 20-D que abrieron la espita de una nueva situación de inestabilidad política que no contenta a nadie. Resulta curioso comprobar como la gente comienza a pasar de la política y de los políticos. Como saben he estado dos semanas en mi ciudad natal, Arjona, que este fin de semana celebra sus fiestas patronales en honor a San Bonoso y San Maximiano, soportando calores y aburrimiento paliado solo por mi e-book que almacena más de dos centenares de libros, con algunas cañas y tintos de verano que me hacían más soportable el tedio y con la conversación con paisanos y amigos en torno, cómo no, a las vicisitudes políticas que estamos soportando los españoles desde hace ya casi doscientos cincuenta días.
De todas formas he detectado un cierto hartazgo del personal. Aunque nada más verte, y sabiendo que te dedicas al comentario político, la pregunta siempre es la misma, ya saben, ¿y tú que estás en el ajo crees que vamos a tener Gobierno o piensas que va a haber nuevas elecciones?. La pregunta es simplemente una cortesía ya que, opines lo que opines, da la impresión que a tu interlocutor ya le da igual lo que suceda. Hombre, es verdad que casi todos querrían que nuestros políticos llegaran a algún tipo de acuerdo que pusiera fin de una puñetera vez a este sin sentido en el que estamos sumidos. Pero como parece que nuestros representantes políticos están por la labor de alargar lo máximo posible los plazos que marca la Constitución, el personal opta ya por sobrevivir el día a día y le da igual ocho que ochenta. Prefiere contemplar los Juegos Olímpicos, las hazañas de Rafa Nadal, Mireia Belmonte, Carolina Marín, Bruno Hortelano, Ruth Beitia, Marta Xargay, Marcus Cooper o el equipo de la NBA hasta las tantas de la madrugada antes que soportar las tertulias pelmazo sobre política que hace tiempo que no aportan nada a lo que todos ya sabemos. Pero ya saben que, sobre todo la Sexta, sigue insistiendo noche tras noche en darle cancha a los muchachos de Pablo Iglesias y a sus fieles mercenarios de las ondas.
Mas nos vale centrarse en la familia y los amigos, en la cervecita y el plato de gambas, en ese libro que nunca tenía tiempo de leer.
Y es que todos, absolutamente todos ¡¡¡estamos hasta la coronilla!!! de este continuo marear la perdiz que no conduce a nada y que para lo único que sirve es para darle tema de conversación a los tertulianos de plantilla de las diversas cadenas de radios y televisiones. Temas que, por otra parte, está ya tan manidos y repetidos que aburren a las ovejas. Así que lo mejor que pueden hacer, si todavía están de vacaciones en la playa es aprovechar estos días de descanso para descansar también de la murga política. Mas nos vale centrarse en la familia y los amigos, en la cervecita y el plato de gambas, en ese libro que nunca tenía tiempo de leer y, como cantaba Gelu, esperar a que cuando llegue septiembre podamos comprobar si de verdad es que “todo será maravilloso” o tenemos que cortarnos las venas.
Porque anque ahora estemos en época estival y España viva en una especie de “impasse” vacacional, lo cierto es que el tiempo corre en nuestra contra (en contra de todos los españoles, no de los políticos), los plazos se agotan y, en pocos días, vamos avernos obligados a presentarle ls presupuestos a Europa si no queremos que nos casquen una multa de padre y muy señor mío. La situación, por más que cerremos los ojos a la realidad y queramos pensar que no es tan urgente, se presenta bastante complicada y la única salida que nos queda, se pnga como se ponga el payaso de Pedro Sánchez y su Ejecutiva, es permitir la investidura de Rajoy, que se forme Gobierno cuanto antes y que comience a trabajar ya.
Como les adelanté al principio de este artículo, este fin de semana se celebra la Fiestasantos de Arjona. Unas fiestas que se inician el día 19 con la procesión de las luminarias en la que cientos de niños desfilan con farolillos hechos con melones por las calles y la quema de Daciano. Daciano era el prefcto romano que ordenó el martirio de San Bonoso y San Maximiano y cuya figura, que representa todos los males que durante el año han azotado a la ciudad, es publicamente quemada en los aledaños del antiguo Alcázar. Yo les propondría a mis paisanos que este 19 de agosto hicieran una pira más grande y quemaran no sólo a Daciano, sino a las imágenes de los cuatro líderes que dirigen las formaciones políticas más importantes, ya saben, Rajoy, Sánchez, Rivera e Iglesias. A ver si así acamos de una vez con este cachondeo.