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Gobierno para una mini legislatura

Pepe Fdez
Pepe Fernández*

Hasta la puesta en escena de la toma de posesión de los nuevos consejeros, llena de formalismo y boato institucional, nos ha recordado que se iniciaba una nueva etapa, una breve legislatura de dos años con permiso de Ciudadanos. Todo ello bajo el hashtag oficial #tiempodeimpulso.

Andalucía ya tiene un nuevo gobierno que, como novedad, no es ni paritario ni tampoco respeta el equilibrio territorial, aspectos tan mimados en el pasado reciente. Seis asientos y medio del consejo de gobierno serán ocupados por sevillanos. El resto muy repartidos, tanto como la lotería. En esas cosas se fijan mucho en algunas provincias del resto de la comunidad, a veces generando mal rollo.

 

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Lo que no se tiene del todo claro es si la presidenta ha conseguido materializar el gobierno que inicialmente tuvo en sus pensamientos. Visto desde fuera, a cuenta del voleón dado con el no-fichaje de Valderas, todos pensamos que quitaría a los más quemados por los conflictos  y que en su lugar colocaría nombres de la izquierda, incluso algún independiente de la izquierda asimilada andaluza, siempre tan dispuesta en acudir a socorrer al Psoe gobernante. También se llegó a especular con la entrada en el gobierno de Mario Jiménez – un hombre de peso a la espera- o Verónica Pérez, caída del cartel seguramente por su papel como icono de la revuelta del 1 de octubre en la puerta de Ferraz. En los círculos sevillanos ha circulado varios nombres, incluso el de Alfredo Sánchez Monteseirín como otro de los consultados que habría dicho que no, algo que quienes le conocen desmienten con rotundidad y seguridad. De igual manera que Mario Jiménez siempre sostuvo que a él lo que le gusta es el trabajo orgánico en el partido y en el grupo parlamentario. Quizás en el congreso regional encontremos una explicación lógica a su no entrada hoy en el ejecutivo.

 

Pero a la vista del resultado final todas las expectativas callejeras se vinieron abajo y la Sra. Díaz ha optado por el gatopardismo; ha renovado a gran parte del equipo para que todo siga más o menos igual desde la perspectiva política.

 

 

En definitiva, se llegó a creer que el PSOE de Andalucía volvería a ser lo que fue, colocando al frente de las consejerías de mayor enjundia a personas de reconocido peso político. Todo ello en una etapa en la que Susana y el PSOE-A necesita rearmarse en términos políticos e ideológicos.

Pero a la vista del resultado final todas las expectativas callejeras se vinieron abajo y la Sra. Díaz ha optado por el gatopardismo; ha renovado a gran parte del equipo para que todo siga más o menos igual desde la perspectiva política. Escuchando este mediodía los piropos lanzados por la presidenta a los ex consejeros presentes, uno se llegaba a preguntar si esos políticos tan “eficaces” en los tiempos de crisis -según ella-  no seguían siendo igualmente útiles y eficaces en los dos años restantes de la mini legislatura, en plena recuperación económica y del empleo. Parece que no.

Claro que la presión de la calle ha incidido en algunos relevos, especialmente en el ámbito sanitario, la educación e incluso el de Justicia, con un reprobado Emilio de Llera por el Parlamento, enfrentado hace unos dias a la opinión publicada con desafortunadas declaraciones contra los periodistas.

 

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Internamente, en familia, puede presumir también de haber recompuesto las relaciones con los hermanos socialistas del sindicato UGT.

 

 

En el nuevo ejecutivo andaluz hay fichajes que merecen cierta atención. Por ejemplo, la doctora cordobesa a la que ha nombrado nueva consejera de Salud, Marina Álvarez Benito. Posiblemente el mejor currículum profesional que se siente en el nuevo consejo de gobierno, elegida sin duda por su prestigio como el nuevo rostro de la sanidad andaluza, la joya de la corona. De su capacidad para gestionar el monstruo del SAS habrá que esperar algo de tiempo, pero todo apunta a que el aparato de gestión de la consejería seguirá en sus puestos y la política sanitaria casi por los mismos derroteros. Su capacidad de maniobra es tan limitada como la ampliación del presupuesto sectorial. Marina Álvarez Benito, galardonada hace años con una Medalla de Andalucía, sin duda es el mejor fichaje del que puede presumir públicamente Susana Díaz en este nuevo ejecutivo.

Internamente, en familia, puede presumir también de haber recompuesto las relaciones con los hermanos socialistas del sindicato UGT. Las investigaciones judiciales abiertas contra el sindicato en Andalucía, facturas, formación, etc y la actitud poco cariñosa y solidaria entonces de la administración autonómica socialista para con el sindicato hermano, supuso un alejamiento notable entre UGT y la Junta. Reinó mucha tensión. Ahí quizás se encuentre algunas de las claves – no la única- para la caída de Pepín (Sánchez Maldonado).

No se olvide que la cúpula de UGT Andalucía, con la secretaria general Carmen Castilla al frente, han apoyado discreta e internamente a Susana en la guerra de primarias, mientras que las bases del sindicato firmaban manifiestos pro Pedro Sánchez. Una inmensa mayoría de miembros de UGT son al mismo tiempo militantes socialistas, con carné, esos que votan en secreto y dan sorpresas.

 

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A Susana le falló Valderas, pero no su guiño a UGT, aceptando Sonia Gaya sentarse donde, en teoría, se resuelven los problemas que tanto ha denunciado estos años tras la pancarta callejera.

 

Susana le ha dado a UGT la Educación nombrando a una sindicalista como consejera del ramo. Sonia Gaya deja la ejecutiva regional donde ocupaba la Secretaría de Relaciones Institucionales y donde ha llegado a ser la máxima responsable del sindicato de enseñanza FETE-UGT. A Susana le falló Valderas, pero no su guiño a UGT, aceptando Sonia Gaya sentarse donde, en teoría, se resuelven los problemas que tanto ha denunciado estos años tras la pancarta callejera.

El aterrizaje de Rosa Aguilar en Justicia e Interior, ligado al ascenso de Miguel Ángel Vázquez a Cultura, es uno de esos movimientos que invitan a la especulación. Fuentes socialistas consideran que “no tiene mucho sentido ver a Rosa Aguilar en Justicia y cuentan que no está nada contenta con el nuevo destino”. Sí, gestionará todo lo relacionado con la violencia de género, pero están por ver las dotaciones presupuestarias necesarias para luchar eficazmente contra esa lacra. Creen esas fuentes que es muy posible que en este trueque se oculte alguna negativa de las que se han hablado en estas horas del parto gubernamental. Vamos que Susana habría intentado un “fichaje estrella” para Cultura que a última hora se le vino abajo, viéndose obligada a echar mano de Miguel Ángel Vázquez, hombre de su absoluta confianza, cubriendo así el hueco dejado por Aguilar encajada previamente en el palacete que ocupó el carnicero Gonzalo Queipo de Llano, sede de Justicia.

 

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A la columna de Córdoba falta añadirle Justicia e Interior.

 

El nombramiento del hasta ahora Portavoz de la Junta como consejero de Cultura, ha permitido que acceda al staff gubernamental Juan Carlos Blanco, como nuevo portavoz del ejecutivo. Un fichaje bien recibido por los profesionales de la comunicación que conocen al periodista por las numerosas responsabilidades profesionales que ha desempeñado en su trayectoria. Un hombre profesionalmente respetado y querido que conoce muy bien la realidad de la profesión y que, sin duda, llega en el momento oportuno para recomponer las maltrechas relaciones de San Telmo con los periodistas andaluces, abandonadas y deterioradas durante los meses del intento de llegar Susana Díaz a Ferraz.

 

*Pepe Fernández es Periodista. Director de Confidencial Andaluz

@Pepe_Fdez