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La larga marcha de Susana Díaz

Javier_Menezo
Javier Menezo*

La larga marcha de Mao duró 374 días. Por el camino dejó medio ejército, pero selló su prestigio para varias décadas. La de Susana Díaz, de Sevilla a Ferraz, está alargándose más.

También se está dejando parte de sus leales, que han pasado de respetados a objeto de rechifla. A diferencia de Mao, no obstante, esta marcha en lugar de sellar su prestigio, lo está hundiendo. Hasta el punto de que empiece a ser creíble que su entorno baraje otras salidas. Y es que todo son pegas.

No es repasar -otra vez- las decisiones que creyó brillantes y resultaron fallidas. Casi siempre reactiva, reaccionando a las reacciones de Sánchez, cuya tenacidad es al menos igual a la suya. Le infravaloró por no tener experiencia en el aparato. No cayó en que esa era su principal ventaja. Total, que en el comité del golpe lo quería muerto y ahí, sigue, tan lozano.

La cosa no va bien. Cuando Patxi López anunció su candidatura a secretario general el susanismo rezaba a los dioses del socialismo que diría Lambán para que se presentara también Sánchez. Enésima vuelta al cuento de la lechera: los críticos se dividirían y el triunfo de Susana estaba asegurado. Y en esto que Pedro Sánchez fue a Dos Hermanas y anuncia su candidatura. ¡Qué momento! Bajo el sol del mediodía, pues hasta el invierno dio una tregua.

Ya es casual que coincidiera con uno de esos actos un tanto forzados de Díaz. En Cádiz, solo que por la tarde, con lo tristes que son las tardes de invierno. Quedó un poquito deslucido y Rubalcaba, viejo zorro, evitó cualquier encerrona que le obligara a darle público apoyo.

Siguiente fiasco. Felipe González le hizo una cobra política mayor que Bisbal a Chenoa. Le preguntan si la apoya y Felipe no estaba para primarias. Bastante mal lo estaba pasando ya él con el triunfo de Trump. Al tiempo, como las desgracias nunca vienen solas, le explota la crisis sanitaria. ¿Está la soberbia cegándoles y, en la gestión institucional, cometieron con Spiriman el mismo error que con Sánchez, infravalorarle?
Una reciente encuesta realizada a nivel europeo, dice que los españoles son los que más de acuerdo están con la idea de que Gobierno está controlado por la élite rica. No puede, pues, extrañar el éxito del discurso de Pedro Sánchez, identificado con las bases frente a las elites del Partido, refugiadas en las Instituciones, pendientes de sus propios intereses. Juan Cornejo, Secretario de Organización del PSOE andaluz, montó en cólera ¿Cómo se atreve a presentarse como el candidato de la militancia?

 

Como las desgracias nunca vienen solas, le explota la crisis sanitaria. ¿Está la soberbia cegándoles y, en la gestión institucional, cometieron con Spiriman el mismo error que con Sánchez, infravalorarle?

Para desmontar esa falacia de que Pedro Sánchez es la voz de la bases, Abel Caballero, alcalde de Vigo tuvo una idea. Para el sábado once ha organizado un acto municipalista con alcaldes y cargos electos socialistas donde intervendrá Susana Díaz. Lo normal, voy a demostraros que no soy la representante de las élites temerosas de perder su poder, reuniéndome solo con ellos. Y mejor aún, Lamban ayudará a Caballero. El PSOE de Zaragoza ofrece autobuses gratis para ir a Madrid. Por si la ocurrencia pasa desapercibida, pues también autobuses de Valencia. Solo falta anunciar el sorteo entre los asistentes de una fin de semana para dos personas en un spa.

¿No piensan ustedes que Caballero y Lamban, en realidad, sean parte de una conspiración contra Susana Díaz, haciéndose pasar por admiradores voluntariosos? Tal vez su objetivo sea dejarla sin seguidores, convencer a los dudosos de abandonar a Susana Díaz. La otra, la de que realmente sean así de hábiles, lleva a conclusiones inquietantes.

 

Juan Cornejo, Secretario de Organización del PSOE andaluz, montó en cólera ¿Cómo se atreve a presentarse como el candidato de la militancia?

 

Patxi López, aquel cuya candidatura dividiría a los críticos y facilitaría las cosas a Susana Díaz, se convierte en otro contratiempo. Todo lo que podía restarle a Sánchez, ya se lo ha quitado. El granero de donde puede empezar a pillar es en el de Susana Díaz, entre aquellos que temen que la obsesión de ésta culmine en una fractura irreparable.

Mientras escribo, no habrá tenido lugar el encuentro que promueve Abel Caballero. El interés que despierta no es ni de lejos el de Pedro Sánchez. Coincide, además, con los Congresos de PP y Podemos. Si pensaron que una contraprogramación, una especie de Primavera Sound de la política con varios escenarios, erraron. La crisis de Podemos y hasta el tipo de pájaro del logo de PP suscitan más interés. Giovanni Sartori ya anunció en 2002 la era de la videopolítica. La política convertida en entretenimiento para los espectadores. Y salvo que Susana Díaz deje su tacticismo, y anuncie su candidatura los espectadores preferirán los otros dos escenarios. Y sin público, no eres nada.

¿No va siendo hora de que deje de moverse de forma tan calculada, que no le funciona bien? El error estuvo ya cuando no dio el paso y dispustó el control del Partido a Madina. Ese fue el primer desliz. Abrochó mal el primer botón y, a partir, de ahí, se ha producido un desbarajuste total. Habría llegado el momento de cambiar de táctica. Dar el paso, anunciar su candidatura, animar a la Gestora a mantenerse neutral, todo eso que supondría una novedad. O, si no se atreve, decírselo a Zapatero para que el hombre pueda seguir buscando un candidato alternativo.

 

*Javier Menezo es Abogado y Funcionario. (Militante de base del PSOE)