Lo que no puede ser, no puede ser, y además es imposible. O eso decía Charles Maurice T. Périgord. Acertada cita en distintas facetas de la vida… Frase explicable con mil ejemplos, el químico, donde el equilibrio es el límite y no se puede ir más allá de él. Emocionalmente cuando algo no funciona, ni para delante ni para atrás, aceptarlo como imposible puede ser la solución más efectiva, o en definitiva la única solución posible. No hay necesidad alguna de obcecarse en aquello que se detecta como altamente improbable, porque no puedes o no te dejan por las buenas o por las malas ¡Claro!
Y sin embargo siempre queda detrás el resquicio cruel del quizás, el sabor dulcemente agrio del tal vez, y la sensación obsesiva de un y si fuera posible. Pero no, la realidad es tozuda y punzante, lo que no puede ser, no puede ser y además es imposible. Hace falta mucha madurez y solvencia política para liderar las sendas de las alternativas, y sobre todo en necesario ir limpio de polvo y paja a cualquier contienda, tener saneada tu casa, y la de los tuyos, y no ser presunto ni estar bajo sospecha de nada, porque en política, ese peaje hay que pagarlo, estar como una patina, Tu ética, vuestra ética tiene que ser ejemplar, autoridad no la da el cargo, sino el relleno de tus arcas o de tus adláteres entre otros preceptos, y ese código de impecabilidad sirve para España y para Cataluña.
En medio queda la mayoría, que queremos un referéndum democrático pactado, queremos democracia y queremos que la alargada sombra de la historia negra de este país, se detenga y le de paso al dialogo y al consenso.
Y una vez que no reúnen los requisitos para tan altas encomiendas, considerar que es una irresponsabilidad embarcarnos a la ciudadanía de allí o de aquí, en algo que se sabía que el Gobierno de España no iba a permitir, con tanques o sin ellos, y simbólicamente nos situaban en una situación de frentismo, que este país tiembla con su recuerdo, y la opción confortable es la de atrincherarse, y la otra saltar la tapia. En medio queda la mayoría, que queremos un referéndum democrático pactado, queremos democracia y queremos que la alargada sombra de la historia negra de este país, se detenga y le de paso al dialogo y al consenso. Porque es una aberración que los problemas nacionales estén solapando a los sociales. No duden que a quienes nos habéis embarcado en estos trenes sin frenos, o pasaremos factura electoral.
Por la salud democrática de este país, el día 2 de Octubre, no se deberían sentar las cabezas de león sino las colas ratón, porque la dañada arquitectura de España y Cataluña, solo la puede reconstruir la ciudadanía en un proceso constituyente, donde no se transite con atajos, sino al amparo de los derechos reconocidos, conquistados y sellados.
*Kechu Aramburu es Profesora. Ex eurodiputada, diputada y parlamentaria andaluza con IU. Actualmente es independiente.