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La rendición de Susana: ‘Tú a San Telmo, yo a Ferraz’

Pepe Fdez
Pepe Fernández*

Tuvieron que pasar horas, días, hasta que Susana Díaz recuperó su capacidad de raciocinio sobre lo políticamente correcto y necesario para el PSOE 100×100 que, finalmente, para ella se quedó en el 40×100.

Es muy comprensible que una mujer que presume de haber ganado siempre en su vida política se venga abajo tras su primera derrota, especialmente la del domingo 21 por la carga de humillación que llevaba aquel tremendo traspié en su carrera ascendente y voraz hacia Madrid.

Conforme arrancaba la semana, el mismo lunes 22, día D más uno, Susana Díaz ofreció una imagen de resistencia, de que esto no se iba a quedar así  como así y que se disponía a atrincherarse en Andalucía – “la cola” donde la han puesto los militantes – a la espera de la tercera caída electoral del “Secretario General electo”. Su desgastada garganta aún no parecía dispuesta el día después a articular el nombre de Pedro Sánchez.

Los síntomas de que Susana iba a resistir en el fortín sureño eran más que evidentes. Andalucía sería la única agrupación donde no se iba a apostar por las listas de integración, donde se respetase la correlación nacida en las primarias, algo que parece del todo punto lógico ya que en el resto de federaciones así se estaba empezando a diseñar para elegir delegados al congreso. Y algo más, si el resultado de primarias hubiese sido favorable para Susana, esa misma fórmula es la que ella habría exigido, aparte de aquello de a este lo quiero muerto esta tarde. Los odios lejanos que no se pueden disimular.

Si se buscan las declaraciones, los canutazos de Susana en ese lunes y martes ante cámaras y micrófonos, se hallará una curiosa evolución de sus mensajes cuyo clímax final supuso una rendición en toda regla, en un pacto de no agresión, no escrito, de Pedro Sánchez con su adversaria. Tu a San Telmo, yo a Ferraz.

Todo ello mezclado con la feliz circunstancia para los periodistas andaluces de provincias  que, de nuevo, la presidenta tuviese el detalle de hablarles, incluso se acordaba del nombre de algunos de ellos. Recuérdese que hasta la pasada semana el periodismo andaluz no ha contado para Susana Díaz, salvo para el elogio editorial de todos los medios que, por un motivo o por otro pero siempre interesado, han enseñado la patita en estos meses apoyando a la dueña de las potentes cabeceras Boletín Oficial de la Junta de Andalucía y accionista mayoritaria del Diario de Sesiones del Parlamento de Andalucía.

 

Susana, contra todo pronóstico, no tiene más narices que volver a confiar en la palabra de su viejo apadrinado y luego enemigo.

 

Los primeros mensajes que avalaban un enrocamiento de la Presidenta andaluza en su feudo, tuvieron puntual respuesta por su viejo amigo de las JJSS Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, uno de los peones claves del equipo del recuperado Secretario General. Lógicamente fueron largas horas de tensión. Tanta que hasta circularon con maldad rumores con nombres alternativos a Susana en unas hipotéticas primarias andaluzas. El nombre de la ex ministra de Zapatero, Bibiana Aido, fue lanzado con maldad y algo de guasa, recogido incluso por algún colega de la prensa de derechas como una de las nuevas genialidades del sanchismo. Otros, más discretamente, apuntaban reservadamente que, llegado el caso de abocar al PSOE-A a unas primarias la nueva dirección debería apostar fuerte por una candidata sólida. Sí, una mujer también. Es cuando deslizaban a media voz el nombre de Carmen Calvo, «señora que parece que ha leído más libros en su vida que Susana», añadían con sorna.

Pero todo eso, en realidad, eran fuegos de artificio en unos momentos donde Susana Díaz recuperaba lentamente la cordura, la sensatez, el sentido común y recomponía su maltrecha figura política, magullada por la lluvia de ¿traiciones? del día después.

Fruto de aquellos momentos de tensión ambiental son unas declaraciones, tardías, de Fernando Villalobos, presidente del PSOE de Sevilla y de la Diputación, uno de los puntales de Susana. Este, por encargo, le daba un pellizco de monja a  Gómez de Celis, la bestia negra del equipo de leales a Susana, casi desconocido hasta hace meses por muchos militantes andaluces del PSOE, especialmente los más jóvenes.

Villalobos le enviaba un mensaje público a Pedro Sánchez pidiéndole que desautorizase a De Celis por su actitud “revanchista” en vez de “conciliar y cerrar filas”. Y eso lo decía Villalobos el jueves, cuando Díaz se había entregado sumisamente con armas y bagajes al nuevo Secretario General justo el día antes.

 

Qué pasó por la mente de Susana Díaz durante las 72 horas que más o menos pasaron hasta asumir públicamente su derrota y reconocer el liderazgo de Pedro Sánchez.

 

El ritmo de la reconversión/extinción del susanismo a la nueva situación y las hojas del calendario le jugaron una mala pasada a Villalobos que, cuando todo estaba en carril, salió pidiendo cera contra “Alfonsito”. «Los socialistas andaluces debemos estar unidos y cuidar la joya de la corona socialista» dijo el líder sevillano del PSOE que, obviamente, no se refería a la sanidad pública al hablar de la “joya de la corona”. Villalobos recordó a muchos a aquel vietnamita que estuvo décadas escondido con el fusil creyendo que seguía la guerra, aunque repasando su reciente videoteca se entiende todo.

 

Sonoros patinazos al margen, aquí cabe preguntarse qué pasó por la mente de Susana Díaz durante las 72 horas que más o menos pasaron hasta asumir públicamente su derrota y reconocer el liderazgo de Pedro Sánchez.

Susana había optado descaradamente por el socorrido virgencita, que me quede como estoy, y optó por asegurar su estabilidad como dirigente en ese feudo que dice que entiende sus políticas socialdemócratas de izquierdas; por cierto, con el apoyo incondicional de Albert Rivera y Ciudadanos, sacando pecho porque se ha cumplido del 66% de los acuerdos del pacto de Investidura.

Además, Susana mejor que nadie sabe lo puntilloso que puede llegar a ser un Secretario de Organización federal empleando leche de la yogurtera de Ferraz. En resumidas cuentas, el aparato federal del partido dando problemas en las ocho agrupaciones donde no suelen faltar motivos.

 

Antes de vocalizar urbi et orbe su rendición y el consiguiente vamos-a-llevarnos-bien-cariño, Susana Díaz tuvo que realizar una introspección en su trayectoria y resetear su GPS, el mismo que la ha conducido por caminos inimaginables para ella hace solo unos días.

Teniendo claro que no puede borrar del ADN político su desmesurada ambición, tuvo que decidir eliminar lo de “desmesurada” y dejarlo en “sana” la de cualquiera que esté en política activa. Es joven, con salud, tiene capacidad, acumula experiencia y sabe que si actúa de forma radicalmente distinta a como lo ha hecho hasta ahora, llegará a donde sueña en el momento que corresponda, sin dioses del socialismo ni gaitas al modo Lambán.

Aunque nunca deberá olvidar que los andaluces ya sabemos que es una gran figura de la política nacional, que ahora lo que debe demostrar es que es una gobernante a jornada completa que resuelve problemas y que no los crea.

 

El sanchismo obtuvo un 31% de los votos que, sumando los de Patxi López, sitúan al 36% de la militancia andaluza frente a la actual dirección regional del PSOE-A de Susana.

 

Contextualizando el acuerdo, la rendición de Susana Díaz, – el susanismo ya no existe, que nadie hable en mi nombre que lo desautorizaré, estoy con Pedro y le votaré- supone un reequilibrio de fuerzas internas en el partido.

El sanchismo obtuvo un 31% de los votos que, sumando los de Patxi López, sitúan al 36% de la militancia andaluza frente a la actual dirección regional del PSOE-A de Susana. Esto significa, nada más y nada menos, que el poder sobre el partido debe ser repartido equitativamente en función de esta nueva correlación, certificada por las urnas en primarias.

Susana, esta vez, cumplirá con su palabra porque sabe de su evidente debilidad. Se ha quedado sola y pese a las primeras calores nota el frio. No actuará socavando como lo hizo en el pasado a Pedro Sánchez, tampoco permitirá que en las agrupaciones siga el juego sucio, como las filiaciones a punta de pistola en Almería. Sabe Susana que su gran déficit ante la opinión pública es su falta de lealtad y, preciosamente por eso, ya se encargará de demostrar que ella es una mujer de palabra y que cumple.

A nadie debiera sorprender la rapidez con la que, aparentemente, se empieza coser al PSOE. Siempre fue así a lo largo de los más de cien años de vida del partido. Algo que descoloca, especialmente, a la oposición de Susana en el Parlamento andaluz. Este jueves salió ilesa de su primer día de vuelta al cole tras las vacaciones. Con decirles que el Sr Moreno Bonilla se puso a aplaudir como un poseso cuando el portavoz Mario Jiménez le recordó que él había sido nombrado por el dedo de Rajoy, sin primarias ni congresos, a dedo. Bonilla parecía que estaba de espectador en el Club de la Comedia.

Con esta oposición política y con la paz pactada e impuesta en el PSOE, parece que vamos a tener Susana para rato. Al tiempo.

 

*Pepe Fernández es Periodista. Director de Confidencial Andaluz

@Pepe_Fdez