Masa gris, mucha masa gris

Cuando era chico me decían que los recién nacidos nacían con el cerebro en blanco y que, conforme se iban formando, se le iba poniendo gris, de ahí que cuando mayores el cerebro fuera más gris conforme más conocimientos y formación tenían.

Pedro Sánchez ha elegido un gobierno por su masa gris: “mucho gris y muy gris” que diría alguno…

No los ha elegido para pagar favores, ni para pagar fidelidades. Ni los ha elegido para cubrir cuotas, ni cuotas territoriales, ni cuotas de género, ni cuotas de grupos de poder.

Los ha elegido por su capacidad. Y ahí está su principal mérito, mi principal satisfacción.

Siempre he dicho, y publicado, que yo no soy “sanchista”, como no he sido nunca seguidor de ningún líder, por muy líder que sea. Que soy persona de proyectos y, en el caso presente, fanático defensor del proyecto que, hasta hoy al menos, encarna mejor que nadie Pedro Sánchez. Sólo así entiendo, y puede entenderse, mi “sanchismo”.

Y valoro el proyecto/modelo de Pedro Sánchez ( hasta ahora en clave orgánica, a partir de ahora, también en clave institucional) como contrapunto de ese otro modelo de partido de:

• trepas,

• peloteo,

• compra de voluntades,

• cambio de bando o alineación para coger cuotas de poder,

• ¿a quién tenemos que “matar” hoy?,

• “dime lo que tengo que pensar”

• Si tú me apoyas yo te apoyo,

• Si puedo, te engaño. Si no puedo, te compro. Y si tampoco puedo, te machaco.

No sé si a algun@s les suena esto y si lo practican y/o sufren en sus trayectorias personales. Yo lo vengo persiguiéndo, y lo seguiré haciendo, aunque algun@s (!como no!) pretenden machacarme por eso; se les nota a la legua y me dan pena…

En definitiva, lo que más me gusta del nuevo gobierno es que encarna el viejo (y poco frecuente) adagio de “A LA POLÍTICA HAY QUE VENIR A SERVIR, Y NO A SERVIRSE”…