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Muchas gracias, amigo Carlos

Benito Fdez 2
Benito Fernández*

«Gràcies, moltes gràcies, amic Carles, per tot el que ens has donat en aquests últims mesos» Les traduzco la frase en catalán que abre este artículo para todos aquellos que no puedan o no quieran entenderla, “gracias, muchas gracias, amigo Carlos, por todo lo que nos has dado en estos últimos meses”. Va dirigida, como ya habrán adivinado, al ex muy honorable ex presidente de la Generalidad catalana y de la non nata república indenpendiente de Cataluña, Carlos Puigdemont, conocido también en las redes sociales como “Carlitos El fregona”. Yo no sé la inquina y el odio que se le tiene a este pobre hombre en muchas partes de España cuando se le tenía que estar agradecido por los servicios prestados a nuestra democracia y a la convivencia entre los españoles. Y más aún después de sus astracanadas, sus síes pero noes, sus independencias interruptus, sus huídas a Bruselas, sus penosas puestas en escena y sus ridículas ruedas de prensa.

 

Por lo pronto, gracias a él y a sus conmilitones, nuestro país ha vuelto a recuperar sus símbolos que tan a menudo se olvidan como la bandera o el himno.  Gracias a él miles, cientos de miles de balcones de toda España se han engalanado con la rojigualda, algo que no ocurría desde el mundal de Sudáfrica, y miles de gargantas en el centro de Barcelona, de Madrid y de decenas de ciudades y pueblos han tarareado la marcha real sin sentir vergüenza alguna y sin ser tachados de fascistas o franquistas a no ser por algunos de los gilipollas autodenominados progresistas de siempre. Gracias a él se ha vuelto a valorar la ingente y abnegada labor de la Guardia Civil y la Policía Nacional, las llamadas “fuerzas fascistas represoras” por los muchachos de Podemos. Gracias a él, el Rey Felipe V y la monarquía parlamentaria ha conseguido un respaldo mayoritario que muchos le negaban y dudaban tras la abdicación de su padre, Juan Carlos I.

 

Y es que pienso que los españoles necesitamos de vez en cuando un revulsivo de este tipo como el del reto secesionista catalán para que sepamos valorar algunas virtudes y valores que a menudo solemos olvidar.

 

Gracias a él hemos comprobado que el dinero no tiene nacionalidad alguna y que a La Caixa, al Sabadell, a Codorniu o a Catalana de Occidente les da igual tener su sede en Barcelona que en Madrid o Valencia, vamos que la pela es la pela como dice el dicho catalán. Gracias a él las fuerzas políticas constitucionalistas han olvidado sus diferencias partidistas y aunado voluntades para evitar el desastre que se avecinaba. Gracias a él las nuevas generaciones de españoles han vuelto a valorar el esfuerzo de diálogo y consenso que supuso la Constitución de 1978 y la transición política.Gracias a él nos hemos dado cuenta de la manipulación educativa, del sectarismo nacionalista y de la utilización de la enseñanza para el adoctrinamiento de los niños.

 

Y gracias a él y a los engaños y manipulaciones de sus voceros como TV3 y afines, nos hemos dado cuenta de que en Cataluña no sólo hay independentistas que odian a España, que sin duda los hay, sino que existe también una amplia sociedad civil silenciada que agrupa a cientos de miles de ciudadanos que se siguen sintiendo a la vez catalanes y tan españoles como los andaluces, los castellanos o los extremeños. No digan, pues, que no tenemos cosas que agradecerle al payaso de la peluca y a su alterego el exvicepresidente Oriol Junqueras. Deberíamos hacerles un monumento al lado del de Colón al final de Las Ramblas para que, en el caso de que finalmente ingresen en la cárcel, todos recordemos su denigrante y penoso paso por la política.

 

Y es que pienso que los españoles necesitamos de vez en cuando un revulsivo de este tipo como el del reto secesionista catalán para que sepamos valorar algunas virtudes y valores que a menudo solemos olvidar. El problema es que estos revulsivos son casi siempre dolorosos. Lo fue la Guerra Civil, lo fue el intento de golpe de Estado del 23-F, lo fueron los ochocientos asesinatos de ETA, lo fueron las movilizaciones andaluzas del 4 de diciembre en busca de una autonomía en igualdad de condiciones que las comunidades históricas. Lo han sido muchos de los acontecimientos relevantes que han jalonado nuestra historia en el último siglo. De todos ellos hemos aprendido algo y más nos vale que sigamos aprendiendo para no olvidar. Dice el famoso aforismo que el pueblo que no recuerda su historia está condenado a repetirla. Más nos valdría a todos no olvidar lo que ha ocurrido en Cataluña en los últimos meses porque mucho me temo que, ocurra lo que ocurra el 21 de diciembre, volveremos a sufrir similares acontecimientos. Ojalá y me equivoque.

 

*Benito Fernández es Periodista.

@maxurgavo