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No nos mientas, cariño

Benito Fdez 2
Benito Fernández*

Desde que llegó a la Presidencia de la Junta, eran muchos los que te aseguraban que Susana era un bluf, que tras la fachada de supuesta política de Estado, de defensora a ultranza de los intereses nacionales por encima de nacionalismos excluyetes y partidismos egocéntricos, se escondía una política mediocre y arribista cuya única aspiración era escalar puestos en provecho propio pisoteando a quien tuviera que pisotear. Circula ultimamente un meme por internet en el que se ve a Susana vestida de novia sentada en unas escaleras a las puertas de una iglesia como si el novio le hubiese dado plantón con un texto que dice:”Es como la Cruzcampo, la sacas de Sevilla y no la quiere nadie”

 

Desde luego lo que le pasó el domingo a nuestra presidenta no necesita memes que la ridiculicen en las redes sociales. Quedo manifistamente en evidencia en la imagen televisiva. Su rostro, en la comparecencia conjunta con Pedro Sánchez y Parxi López tras conocerse los resultados, su boca torcida en un mohín inevitable, era todo un poema y demostraba a las claras que no está acostumbrada a los reveses y que no legusta perder ni al parchís. Hasta ahí, poco que añadir.

 

Durante todos estos días han sido muchos los que han analizado pormenorizadamente los resultados de la consulta socialista y sus posibles consecuencias. Convendría por lo tanto concretar los por qués del estrepitoso fracaso de la alternativa susanista. En primer lugar estaría, tal y como refleja el meme del primer párrafo, el rechazo que produce la figura del andaluz en buena parte del territorio español, sobre todo si ese andaluz (o andaluza en este caso) carece del liderazgo atractivo y la imagen de su antecesor, Felipe González o la inteligencia y la retranca mitinera de Alfonso Guerra.

 

La imagen de una entonces desconocida secretaria general del PSOE de Sevilla, Verónica Pérez, gritando a voces que ella era quien mandaba en Ferraz fue el primer peldaño de una escalada de descrédito interno que revolvió las tripas de las bases socialistas.

 

 

Otro punto es el rechazo interno que provocó la desabrida destitución de Pedro Sánchez el pasado mes de octubre. Por más que fuese necesario para que el país no cayera en manos de de la nefasta coalición que proponía Sánchez con Podemos y los independentistas catalanes, las formas no fueron las más adecuadas. La imagen de una entonces desconocida secretaria general del PSOE de Sevilla, Verónica Pérez, gritando a voces que ella era quien mandaba en Ferraz fue el primer peldaño de una escalada de descrédito interno que revolvió las tripas de las bases socialistas.

 

Un tercer punto a destacar en el fracaso de Susana ha sido su prepotencia. Sabiendo, como sabía, que tenía el apoyo de los principales ex dirigentes socialistas (González, Guerra, Zapatero o Rubalcaba entre otros) y de la mayoría de los barones regionales, no se cortó un pelo a la hora de entrevistarse reiteradamente en Madrid y Sevilla, con la mediación del presidente de la Fundación Cajasol, Antonio Pulido, con los máximos responsables de las principales empresas del IBEX, incluídos banqueros y directivos de multinacionales que le prometieron su apoyo en su lucha contra Sánchez. Unas entrevistas que tampoco fueron bien recibidas por las bases del PSOE, castigadas por el paro y los recortes salariales.

 

Ni Máximo Díaz Cano ni el portavoz del Gobierno andaluz,  Miguel Angel Vázquez, otrora tan eficientes a la hora de vender la imagen de Susana en el exterior de Andalucía, han sabido conectar con una militancia harta de palabras huecas y frases comunes

 

 

Y por último, como la gota que colmó el vaso de la paciencia de muchos socialistas, ha sido la nefasta campaña que le han preprado sus asesores. Ni Máximo Díaz Cano ni el portavoz del Gobierno andaluz,  Miguel Angel Vázquez, otrora tan eficientes a la hora de vender la imagen de Susana en el exterior de Andalucía, han sabido conectar con una militancia harta de palabras huecas y frases comunes que no aportaban nada al debate ni dejaban claro cuál iba a ser el futuro a corto y medio plazo de un partido que había perdido el rumbo.

 

Queda ahora por analizar cuál va a ser el futuro de Susana Díaz dentro del PSOE. Mucho me temo que ha salido escaldada de esta batalla y que, enrocándose en una federación que aún domina pese a las rebeliones, la andaluza, no volverá a intentar hacerse con las riendas del partido y mucho mensos optar por su candidatura a la Presidencia del Gobierno. Tenemos presidenta para largo por más que nos pese a los andaluces y al presidente del PP-A, Juanma Moreno cuyas expectativas de alcanzanr algún día el sillón del Palacio de San Telmo se le escapa como agua entre las manos. Lo siento, es lo que nos queda.

Eso sí, cuando nos quiera vender que Andalucía es su mundo ideal tendremos que aplicarle su ya famosa frase; “No nos mientas, cariño”.

 

 

*Benito Fernández es Periodista.

@maxurgavo