The news is by your side.

Partidos sin militantes

Javier_Menezo
Javier Menezo*

Recuerdo mi primera colaboración en este Confidencial Andaluz. Se tituló “Al PSOE de Almería le sobran los militantes”. Hoy, tras unas declaraciones atribuidas a Susana Díaz o a su entorno -¿qué más da?- ya puedo generalizar: todos sin militantes. Adelanto que estoy de acuerdo con la primera parte de su argumentación. Mejor dicho, como yo lo escribí antes, estoy de acuerdo con que ella esté de acuerdo conmigo.

Para los que no sepan de qué hablo, la noticia publicada en un diario digital y, no me consta, que se haya desmentido es que “según dirigentes del PSOE andaluz próximos a Susana Díaz, la presidenta de la Junta considera que el futuro del partido no pasa por la permanencia o no de todos los militantes críticos, a pesar de que representan la mitad del censo de afiliados”

El diagnostico, un tanto cínico, acierta. Luego, como veremos, se pierden en una especie de cuento de la lechera de recuperación. Tal y como les están saliendo, hasta ahora, los vaticinios, es mejor quedarse en el diagnostico.

 

Los líderes políticos y de partido se han retirado a su propia esfera privada y particular, que está constituida por el mundo cerrado de las instituciones de Gobierno.

 

En el siglo XXI los militantes no son necesarios para los partidos políticos. Lo sabe Susana Díaz, que lo ha sido siempre y lo analizó Peter Mair en su recomendable obra “Gobernando el vacío”. Para Mair la era de la democracia de partidos ha pasado. Los ciudadanos se están retirando de la política convencional y los partidos pierden afiliados en todo occidente. Hubiera sido de esperar que esto indignara y frustrara a muchos políticos. Pero en realidad no ha sido así. El alejamiento es mutuo. Los líderes políticos y de partido se han retirado a su propia esfera privada y particular, que está constituida por el mundo cerrado de las instituciones de Gobierno.

Los dirigentes socialistas próximos a Susana Díaz de la noticia de Confidencial Digital no han podido trascribir mejor este pensamiento. Para ella “lo verdaderamente grave para el Partido Socialista es haber dejado de ganar elecciones, ya que la pérdida de peso político a nivel nacional sí compromete la estabilidad de la formación a medio plazo. Y es que, tal y como ha explicando la presidenta a su entorno, el PSOE se sustenta, casi en su totalidad, con las subvenciones públicas que recibe en función de los resultados en las urnas. Y, en los últimos años, esos ingresos han ido descendiendo notablemente, al mismo ritmo que ha ido perdiendo escaños”

Cierto. Las subvenciones del Estado a los partidos políticos han compensado la incapacidad de estos para obtener suficientes recursos de sus miembros y partidarios. El proceso se acentúa en España por su ley electoral. Listas cerradas que permitirían, llegado el caso, que si pones en buena posición el palo de una escoba, esta acaba de diputada. Al final, el verdadero poder político ha recaído en el pequeño número de personas que decide las listas electorales.

Ganar elecciones no solo proporciona fondos. También proporciona docenas de empleos públicos.¿Qué ocurre cuando un dirigente no tiene el poder? ¿Cuando no puede nombrar ni, lo más importante, destituir? ¿Hay algo que proporcione más lealtad y sitúe a la gente de tu lado que la posibilidad de que los ceses? Cuando no se tiene nada esa varita mágica te conviertes en Pedro Sánchez, o antes en Rubalcaba, o antes en Borrell. Dependes, como Blanche Dubois, de la bondad de los extraños. En este caso lo extraños compañeros de partido. Ese es el temor, por cierto, que hace dudar a Susana Díaz. Si elige Ferraz,más temprano que tarde debería dejar la Junta, el poder.

Además, como bien reconocen, cuantos más contrarios a ti se vayan, mejor. Se quedan tus fieles. Más posibilidades tienes de llegar, pues, en loor de multitud. O en olor de multitud si el espacio es cerrado y el Congreso en verano.

Desgraciadamente, el asunto tiene una cara B. Hay un ying, me los quito a todos. Pero hay un yang. De acuerdo, no necesitas los militantes. Apenas se hacen aquellos mítines de antaño, donde los militantes quedaban tan ricamente de decorado y fondo de selfies. Como comprobó en Jaén, fletas unos cuantos autobuses de cargos – me remito a lo dicho dos párrafos antes sobre destituciones- y aforo completo. No se harán más, ya se lo digo. El resultado no fue el esperado cuando, molestos por los dos del archienemigo Sánchez, se dijeron, ahora monto yo uno que va a ver este.

 

Además, como bien reconocen, cuantos más contrarios a ti se vayan, mejor. Se quedan tus fieles. Más posibilidades tienes de llegar, pues, en loor de multitud. O en olor de multitud si el espacio es cerrado y el Congreso en verano.

 

Al renunciar a los militantes, sin embargo, los partidos dejan de ser de masas para ser de cuadros. Y en el cambio, se abandona también la tradicional lealtad e identificación con las siglas. La volatilidad electoral aumenta. Los partidos tradicionales ya lo comprueban. La mayor lealtad la mantienen entre la gente mayor. Mi cuñado – todos tenemos uno y a veces lo somos- me lo resumió bien. En su pueblo de Extremadura la gente mayor, los hijos de quienes fueron represaliados en la guerra, siente una vinculación sentimental al partido, como homenaje a sus padres, podría decirse. Los nietos no. Los nietos ya no sienten esa vinculación. Se pasa pues al partido atrápalotodo. Podemos, mucho más atento a los cambios sociales lo comprendió bien. Ahora comprende el error de dejar esta vocación que finamente se llama trasversal.

Los partidos atrapalotodos, y creo que un PSOE convertido en partido de cuadros, no tiene otra opción que serlo si quiere sobrevivir, está más atento a no espantar con sus ocurrencias que a deslumbrar con sus ideas. El PP está mejor preparado para esto de no prometer nada y,al tiempo, todo a todos. ¿Podrá el PSOE subsistir en ese nuevo escenario? El final de la noticia es el cuento de la lechera. Esto es transitorio y, cuando ella llegue, todo cambiará. Volverán los votantes, detrás los militantes y ya no volveremos la vista atrás. Sin embargo, ¿no notan los aplausos más desganados? ¿Los elogios más rutinarios? El tiempo, que todo lo iba a arreglar se le vuelve adverso. En el horizonte otra piraña en el acuario: perder militantes por despreciarlos y, encima, no llegar.

 

*Javier Menezo es Abogado y Funcionario.