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Pedro y Susana no caben juntos en el ‘nuevo PSOE’

Pepe Fdez
Pepe Fernández*

Está sorprendiendo estos días de altísimas temperaturas, especialmente en el seno del PSOE, que no prevalezca cierta piedad y conmiseración con la derrotada y denostada Susana Díaz. Más bien todo lo contrario. Un repaso al eco tuitero del artículo “¿Hacía falta humillar públicamente a Susana?” nos ofrece un resultado nada positivo para la dirigente del socialismo andaluz. La mayoría cree que a la presidenta andaluza le hace falta una cura de humildad en toda regla, bajarle la soberbia, ponerla en su sitio de una vez, esto es en la gobernanza de Andalucía que es para lo que la votaron hace más de dos años los andaluces. Ella dijo reiteradamente que estaría en la cabeza o en la cola, donde la pusieran sus compañeros socialistas; ya conoce el veredicto y tajo tiene por delante.

Es más, quienes la conocen más de cerca por haberla sufrido en el pasado en el contexto de broncas orgánicas sevillanas y andaluzas del partido, no dudan en afirmar que, si Susana hubiese ganado las primarias a Sánchez, ella habría sido infinitamente más cruel y sectaria a la hora de administrar su victoria y elegir a los miembros de su dirección federal. Ahí está su historial de ascensos. Muchos aún recuerdan como Susana entraba y salía de las negociaciones cuando ‘Pedro Sánchez I’ conformaba su primer equipo, desmontando e imponiendo su criterio junto a los nombres que había que colocar en aquella Ejecutiva, acaparando así el control del órgano directivo del partido. Algo que le permitió con el paso del tiempo urdir un golpe de mano con múltiples dimisiones de leales; asalto abortado y reconducido por la militancia ocho meses después en las urnas.

 

Nunca, ni en hipótesis, contempló la posibilidad de perder las primarias y menos por goleada. Fruto de esa obsesión por la victoria en las urnas de la presidenta nunca supimos a ciencia cierta si Susana sabría perder llegado el caso de una inesperada derrota.

 

Hay pues una primera impresión que se obtiene nada más cruzar unas breves palabras con los detractores del susanismo. La ola de antipatía y rechazo que conduce a Susana Díaz a su más extrema debilidad política está motivada, no solo por su papel en lo sucedido desde el 1 de octubre hasta el 21 de mayo, sino lo que ha pasado después en estos últimos 28 días transcurridos desde el renacimiento épico del sanchismo, vulgo nuevo PSOE.

 

andaluces en la CEF Psoe
Los miembros andaluces en la nueva Ejecutiva Federal del PSOE. Ninguno es ‘de la cuerda’ de Susana Díaz.

 

 

Improvisando un ‘Plan B’

 

En primer lugar, Susana Díaz se hartó de repetir en campaña que le gustaba ganar y presumía de que el PSOE-A que ella lidera siempre ha ganado y gobernado Andalucía desde 1982. Nunca se paró a reflexionar la lideresa en la evolución del voto socialista, la pérdida sistemática de apoyos elección tras elección del PSOE-A. Y nunca, ni en hipótesis, contempló la posibilidad de perder las primarias y menos por goleada. Fruto de esa obsesión por la victoria en las urnas de la presidenta nunca supimos a ciencia cierta si Susana sabría perder llegado el caso de una inesperada derrota.

Finalmente se comprobó que no, que no estaba preparada para un vapuleo como el que padeció el 21M, demostrando efectivamente que sus asesores más cercanos, los mismos que verdaderamente la empujaron en el último minuto y sin piedad a decidirse a la pelea, no le tenían preparado un plan ‘B’.

Llegó la improvisación y a la lempedusiana manera, a toda velocidad, acuñó un lema olvidado durante muchos meses en su bloc de tareas pendientes: “Centrarse en gobernar Andalucía”.

Su primera decisión no fue solamente refrescar su gobierno, haciendo justamente después lo mismo que critican los susanistas a Pedro Sánchez, rodearse de leales aparcando el histórico equilibrio territorial (y tribal) mantenido por Manolo Chaves y Pepe Griñán en ese PSOE-A que siempre ganó las elecciones hasta ahora. No hablamos ya de la capacidad y la preparación de algunos de los elegidos, que va por barrios. De Sevilla, por supuesto.

 

El 29 y 30 de Julio, en plena operación entrada/salida de las vacaciones de los españoles. Será en el hotel de la desértica Isla de la Cartuja de Sevilla, con los delegados más entregados al Sr. Carrier que a la propia Susana.

 

¡A las barricadas!

 

Pero su primera decisión tomada estuvo encaminada a atrincherarse y protegerse orgánicamente en Andalucía, no permitiendo que la nueva dirección de Sánchez tuviese tiempo material para maniobrar y moverle la silla de la ejecutiva regional de la calle San Vicente con unas primarias; habrían sido más bien un termómetro para conocer el equilibrio de fuerzas previas al congreso regional. Todo recordó el grito de ¡a las barricadas!  Por esa razón adelantó dos meses el cónclave, fijando una fecha diabólica para su celebración, la peor del año junto a  Navidad y Reyes, el 29 y 30 de Julio, en plena operación entrada/salida de las vacaciones de los españoles. Será en el hotel de la muy soleada Isla de la Cartuja de Sevilla, con los delegados  más entregados al Sr. Carrier que a la propia Susana.

Esa decisión defensiva de la lideresa, en forma de respuesta fulminante a lo sucedido horas antes en las primarias, no sentó nada bien a Pedro Sánchez según fuentes que dicen conocer su reacción aquella mañana. “A Pedro no le molestó el adelanto en sí del congreso, sino el hecho de que se enterase del adelanto por la prensa”. No iba a ser la primera cuestión andaluza de la que iba a enterarse por los medios el renovado líder.

Ni una llamada, ni un ‘mira Pedro’, ni un triste wasap  comunicó al SG del PSOE electo que iban a cambiar la mitad del gobierno más importante que tenía el PSOE en España, el de la Junta de Andalucía. Dicen que tras estos dos desaires fue cuando, el nuevo emperador, tomó la decisión de ordenar desactivar definitivamente al susanismo que, pese a estar disuelto de boquilla, demostraba salud suficiente como para fraguar lentamente la revancha, en cuanto se presente una oportunidad electoral de derrota, aparentemente  favorable a los intereses de los apalancados en la larga espera.

Tampoco gustó en Ferraz que se permitiera Susana exponer públicamente sus exigencias al nuevo Secretario General. ¿Estaba la Sra. Díaz en condiciones de ‘exigir’ algo a quien la había literalmente moñeado en las urnas horas antes?  Ella exigió que la dejasen tranquila, que Ferraz no metiese las narices en el PSOE-A y, de paso, también pidió respeto para los barones de la traición a Sánchez; fue uno de sus últimos guiños a los compañeros de viaje que la acompañaron en su batalla y que finalmente están corriendo suertes muy variadas. Todo eso exigía la presidenta a cambio de arrimar el hombro andaluz para conquistar nuevamente la Moncloa y sentar allí a Pedro Sánchez.

 

Un video que no fue grabado a escondidas, “grabarlo, grabarlo” repetía Susana al tiempo que decía que daba igual que quedase constancia, que ya andaban por allí «espías del PSC».

 

“Cachondeos los justos, hasta aquí hemos llegado”, se oyó en Madrid. La nueva dirección socialista puso pie en pared. La composición de la nueva ejecutiva resultante del 39º congreso es un reflejo claro de que se ha abierto la veda contra el susanismo desleal con el partido, el calificativo más usado en Ferraz para definir a la Secretaria General de los socialistas andaluces.

 

El vídeo: «Grábalo, grábalo»

 

Por si faltaba algún ingrediente que salpimentara este folletín, conoció la viralidad en las redes el famoso video de las copitas en un pub madrileño de gran parte de la delegación andaluza que abandonó el congreso con antelación y cuyo copetín colectivo estaba convocado desde primera hora de la tarde. Un video que no fue grabado a escondidas, “grabarlo, grabarlo” repetía Susana, le daba igual que quedase constancia, que ya andaban por allí «dos espías del PSC». Aunque era una ‘gracia’ no pareció que fuese una ingeniosa ocurrencia o un chiste de la presidenta, síntesis de aquel otro cuento sobre el «psoe punto cat»  de Miguel Angel Heredia contado a las JJSS.

La estrategia de Ferraz, por tanto, parece clara y decidida. No le van a permitir ni respirar a Susana Díaz cuyo poder orgánico irán socavando sin prisas, pero sin pausa, conforme transcurran las citas congresuales y asamblearias venideras.

La irrupción en el escenario del nombre de un posible candidato de peso para primarias frente a Susana, ha sido algo así como nombrar  “la bicha” en el Palacio de San Telmo. Aun sabiendo que técnicamente sería imposible articular de la nada una candidatura de Pérez Tapia en pocos días, el mero hecho de que se considere prescindible a Susana por la dirección federal del PSOE hace que lo lleve muy mal, tirando a fatal.

Jaleado desde las redes por las bases, Pérez Tapia, no ha hecho ascos a esa hipótesis, todo lo contrario, ha venido a decir que estaría dispuesto al reto, pero que no le merecen garantías los métodos que emplea el equipo de Susana en estos menesteres con urnas y reglamentos de por medio.  Perez Tapia dejó escrito en su Twiter:  «Primarias PSOE-A pensadas para q haya aclamación de Secretaria gral, no para efectiva concurrencia de candidaturas. Luis Planas sabe de ello».

 

Pésima gestión de la derrota

 

El mensaje final remacha lo que ya se sabía: adelantar dos meses del congreso regional viene a coartar la voz de al menos el 35% de los militantes andaluces del PSOE que no votaron a Susana en las primarias. Opinan algunos sanchistas que es muy posible que la pésima gestión de la derrota le esté restando apoyos de futuro a Susana entre las bases de Andalucía,

Ha contado en estas páginas el periodista Ramón Triviño que Ferraz han desmentido que vayan a impulsar una candidatura alternativa a Susana en Andalucía; “eso que lo decidan los militantes” es el mantra que repiten. Pero sí han querido dar el tercer aviso a Susana Díaz, a la que exigirán que respete al alto porcentaje que no la apoyó y que, necesariamente, deberían estar representados en los futuros órganos regionales del partido. Y dependiendo de lo que suceda en el congreso de Sevilla, en el mismo sitio donde perdió Chacón frente a Rubalcaba por un puñado de votos, así vendrán posteriormente de movidos los congresos provinciales. Se cree que Susana podría perder el control de tres o cuatro provincias, algo que de confirmarse sería letal para  su carrera política.

La confianza entre Pedro Sánchez y Susana Díaz es un jarrón que se rompió hace dos años, muchos de cuyos pedazos son del todo punto irrecuperables. Díaz y Sánchez son incompatibles, se detestan mutuamente, es incluso posible que alguno acumule odio contra el otro. En todo caso se abre paso la idea de que, o lo arreglan arriando velas por intereses supremos del PSOE o Susana y Pedro ya no caben juntos en el nuevo PSOE.

 

*Pepe Fernández es Periodista. Director de Confidencial Andaluz.

@Pepe_Fdez