El PSOE ha vuelto
Sánchez en el acto central de primarias en Sevilla junto a Alfonso R. Gomez de Celis y la alcaldesa de París. Ese día se congregó todo el sanchismo andaluz en el Muelle de la Sal.
El PSOE ha vuelto. Un PSOE actualizado, coherente, unido y creíble. Un PSOE que no tiene miedo a enarbolar sus propias banderas, que canta La Internacional, que levanta el puño izquierdo con orgullo y que no se amedrenta ante los poderes del establishment.
El empoderamiento y la constancia de las bases socialistas en este proceso ha reposicionado al PSOE en el espectro ideológico que nunca tuvo que moverse: la izquierda. Pero no una izquierda cualquiera, la izquierda capaz de gobernar.
De esta especie de Suresnes 2.0 el partido socialista vuelve con fuerza, con ganas y con ilusión. La ciudadanía que miraba incrédula el proceso de primarias del PSOE, ya empieza a cambiar las tendencias de todas las encuestas y sondeos electorales beneficiando a los socialistas.
La alternativa a la derecha pasa por la socialdemocracia. El PSOE tiene que construir en el próximo congreso, un proyecto aglutinador de todo el espectro progresista para acabar con las políticas de la derecha que lastran a una sociedad con grandes retos que abordar en este siglo (la lucha contra el cambio climático, las migraciones, la pirámide poblacional, el empleo, las pensiones, el auge del populismo, y la unidad social en Europa etc.)
Un PSOE que no tiene miedo a enarbolar sus propias banderas, que canta La Internacional, que levanta el puño izquierdo con orgullo y que no se amedrenta ante los poderes del establishment.
La derecha conservadora y el neoliberalismo campan a sus anchas. El Presidente del Gobierno se sentará en el banquillo, el partido de Gobierno imputado como tal por financiación irregular, prácticamente la totalidad de los dirigentes y referentes históricos del Partido Popular tienen como mínimo una imputación o están en proceso de ello y el Richard Nixon español con segundo apellido Brey, sigue sin dimitir mientras decenas de diferentes “Moix” salen día a día en nuestros telediarios.
Este Gobierno es insostenible e inestable pese a que tenga aprobados los presupuestos de 2017 y la posibilidad de prorrogarlos en 2018. La figura de Mariano Rajoy es 100% censurable. Ahora bien, que Mariano Rajoy sea censurable no significa que el líder de la tercera fuerza política sea presidenciable.
La cacareada Moción de Censura de Pablo Iglesias no tiene como objetivo desplazar al PP a la oposición. El PP de hoy es igual de censurable que el Partido Popular que dejó gobernar Pablo Iglesias hace un año votando en contra de Pedro Sánchez como Presidente del Gobierno.
¿Cuánto más tenemos que esperar para que algunos maduren y tengan la suficiente altura de miras para acabar con un Gobierno bajo la permanente sombra de la corrupción?
La realidad es que esa moción solo tiene la intención de poner en un brete a un PSOE que aún no tiene ni líder ratificado en Congreso, ni Ejecutiva, ni Comité. La intención es blanquear la decreciente imagen de Pablo Iglesias tras el voto en contra a Pedro Sánchez.
Si Pablo Iglesias empezara a focalizar sus ataques al PP y dejara de centralizar su acción política en desprestigiar a la izquierda, tal vez no tendríamos por mucho más tiempo a un Presidente del Gobierno que seguramente pasará a la historia como el Presidente que en sede judicial se sentó en un banquillo a declarar.
¿Cuánto más tenemos que esperar para que algunos maduren y tengan la suficiente altura de miras para acabar con un Gobierno bajo la permanente sombra de la corrupción?
Seguro que los votantes de Podemos que depositaron su voto con ilusión de cambio, lo hicieron para acabar con el mandato de Mariano Rajoy ¿Hasta cuándo tenemos que seguir así entre las diferentes izquierdas?
*Christians Cantero Rodríguez es Consultor y Social Media. Militante del PSOE.