Los rumores suenan en las calles sevillanas. Desde hace unas semanas y en los últimos días, con más fuerza e insistencia. “Es un secreto a voces” cuentan en círculos cada vez menos íntimos.
Así lo contaban la noche del pasado martes 11 de diciembre, tan solo unos días después de las elecciones andaluzas. Casi como una prolongación del cambio que se antoja en toda la sociedad, llegaba la noticia. El inminente anuncio por parte del Santo Padre Francisco del cambio en el arzobispado sevillano.
“Es cuestión de días, ya esta autorizado”, han sido la frase pronunciada por fuentes próximas al Palacio Arzobispal para comunicar la sorprendente noticia. “Será a comienzos del nuevo año, el 1 de enero de 2019, cuando Juan José Asenjo nos deje y Sevilla estrenará nuevo Arzobispo” añaden.
La rumorología que envuelve a «Palacio» en estas semanas habla incluso de un obispo vasco como posible sustituto. Y hay quien se atreve a apuntar a movimientos en Roma para que sea nominado ‘cuando toque’ un conocido sacerdote muy habitual en los ámbitos de la jet sevillana.
Ante semejante sorpresa y tras varias confirmaciones por diferentes ambientes, D. Juan José responde, “acabo de llegar de la clínica donde he estado ingresado 9 días debido a mis problemas digestivos, de los que me operaron el 11 de febrero. Estoy mejor. He pasado unos días muy malos con muchos dolores, pero gracias a Dios, estoy muy flojo, pero estoy muy bien. Yo no voy a dejar Sevilla, la dejaré cuando me toque, en 2020 o 2021” puntualiza el arzobispo de Sevilla.
Con estas contundentes palabras, en un tono afligido, zanjaba los rumores Monseñor Asenjo.¿De dónde provienen entonces los cuchicheos tan extendidos en los últimos días?. ¿Será cierto que el Papa Francisco ya ha comunicado su traslado al Arzobispo?. ¿O el vuelco electoral que vivimos el pasado 2 de diciembre, ha hecho que algunos hayan puesto el foco en la Plaza Virgen de los Reyes de Sevilla?
Como dijo el Cardenal José Mª Bueno Monreal “si no quieres que algo en Sevilla no se sepa, no lo pienses”. En tres semanas saldremos de dudas y, veremos, si los mentideros tenían razón. Mientras tanto, rezaremos por usted, Monseñor. Le deseamos pronta recuperación.