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Teatro, lo suyo es puro teatro

Benito Fernandez
Benito Fernández*

La semana ha sido pródiga en acontecimientos políticos dignos de ser comentados y como quiera que pretendo no dejarme ninguno de ellos en el tintero, voy a proceder, tal y como adelanta el título, a dividir este artículo en la clásica estructura de obra teatral, es decir, en tres actos, planteamiento, nudo y desenlace y un epílogo que no es sino una incógnita por desvelar

Primer acto.-

Otra función teatral, otra astracanada más, otro nuevo y deprimente espectáculo circense, otra parodia burda y zafia. La solemne sesión de apertura de la XII Legislatura, el miércoles, volvió a ser protagonizada por la comparsa chirigotera de Unidos Podemos. Pablo Iglesias y su troupe, esa cuadrilla que siempre acude en grupo a comparecencias públicas y ruedas de prensa, no querían perder ese protagonismo que siempre suelen buscar en cualquier acto institucional y volvieron a dar la nota en el Congreso de los Diputados. Sabían que su postura centraría los comentarios de las tertulias posteriores y de los diversos artículos de opinión. Y como suele ocurrir en las malas películas españolas con las criadas y las folklóricas, eligieron al andaluz Diego Cañamero, el colega de Sánchez Gordillo en las okupaciones de fincas y supermercados, para que representara el papel del chico para todo colocándole la camiseta con el letrero “Yo no he votado a ningún rey”. A él, personalmente a él, tampoco lo ha votado nadie y bien que lleva viviendo del cuento jornalero y ahora como diputado una hartá de años. Otra cosa es que la inmensa mayoría de los españoles respaldara una Constitución que define en su primer artículo que “la forma política del Estado español es la monarquía parlamentaria». Eso sí, aunque no estuvieran de acuerdo con el protocolo institucional, bien que se cabrearon cuando, por la falta de espacio, otros colegas ocuparon sus sitios. Y es que nada es lo que parece. Todo es teatro, puro teatro.

Segundo acto.-

Como teatro fue también la puesta en escena en Sevilla de Felipe González en el Foro Joly. Trescientos comensales acudieron prestos e ilusionados a contemplar el supuesto apoyo del pope del socialismo hispano a su nueva ahijada , Susana Díaz, bajo la atenta mirada de los ex presidentes antecesores, Manuel Chaves y Pepe Griñán. Un respaldo que quedó matizado cuando el gran Felipe dijo que “a todos los secretarios generales que yo he apoyado, han perdido”. Bromas al márgen parece claro que la apuesta de González por Susana es más que evidente. Otra cosa es que ésta se decida o no a dar el salto a Madrid. Si así fuera, los andaluces nos tendremos que enfrentar el año que viene a una nueva convocatoria electoral (autonómica, lo de las generales está aún por ver) que le asegurara a los socialistas una transición tranquila y sin sobresaltos. Ya veremos como se desarrolla esta nueva travesía por el desierto del socialismo a la andaluza. Y, sobre todo, como acaba, que es lo que nos interesa a los andaluces.

Tercer acto.-

Volviendo a Podemos y a sus representaciones. He de confesar que durante mi juventud fui un defensor acérrimo del andalucismo. E igual que dicen que la juventud es una enfermedad que se pasa con el tiempo, afortunadamente lo del nacionalismo es otra que se cura viajando. Por ello no entiendo la perra que ha agarrado la izquierda española con imitar esos errores de la derecha catalana y vasca. Me refiero, claro, a los federalismos. Los socialistas llevan una década hablando de la reforma de la Constitución para lograr un federalismo que ni ellos mismos saben en qué consiste. Y ahora, los de Podemos salen con la misma copla. Hombre, en estos últimos, que son un conglomerado de fuerzas políticas, cada una de su padre y de su madre, de distinta ideología y nombre, se entiende que cada autonomía quiera ir por su cuenta, pero en el socialismo hispano, que se basa en un centralismo histórico, lo que tienen que hacer cuanto antes es dejarse de federalismos y mandar a hacer puñetas a Iceta y sus muchachos de PSC.

Y Epílogo.-

Al nuevo ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, le ha faltado tiempo para llevarse a Madrid a sus hombres de confianza en el Ayuntamiento de Sevilla. Gregorio Serrano, que irá de director general de Tráfico, y Curro Pérez, que será su jefe de Gabinete. Hasta ahí todo normal, como lo es el nombramiento del ex alcalde de Córdoba, José Antonio Nieto, como secretario de Estado de Seguridad, y el del magistrado sevillano José Manuel Holgado, como director general de la Guardia Civil. Lo que ya no lo es tanto es el roto que ha dejado quitando sus peones en el PP de Sevilla donde la lucha por el poder sigue abierta, Parece que Zoido está harto de estas peleas de barrio y va a dejar que sea la Regional de Juanma Moreno y Loles López, quien ponga órden, si es que pueden. Y una maldad simpática, dicen las malas lenguas que a Serrano y Holgado los ha nombrado respectivamente jefes de Tráfico y de la Guardia Civil, para evitar que le pongan multas en sus continuos y habituales desplazamientos que seguirá haciendo a Sevilla desde Madrid.