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El PSOE-A tras su 13º Congreso

 

Pedro Pitarch
Pedro Pitarch*

Este domingo, 30 de julio de 2017, con la presencia del  secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, se ha cerrado el 13º Congreso Regional del PSOE de Andalucía (PSOE-A). El mensaje socialista andaluz ha sido inequívocamente de cohesión interna y abrumador respaldo a la gestión de Susana Díaz. La nueva Comisión Ejecutiva regional mantiene el núcleo duro anterior e incorpora 23 caras nuevas. Pero en ella es irreconocible miembro alguno claramente afín a Pedro Sánchez. Algo previsible y lógico en correspondencia a la Ejecutiva Federal, en la que el líder socialista ya confinó a los afines a Susana Díaz a la práctica invisibilidad.

Del 13º congreso de los socialistas andaluces ―y como tantas veces sucede en la vida―, lo más importante no está tanto en lo dicho como en lo omitido. Porque ha sido rabiosamente audible la ausencia de una mención directa a ese carácter plurinacional de España ―que tanto parece gustar últimamente a Pedro Sánchez―, y que se aprobó en el Congreso Federal del pasado mes de junio. Una Andalucía “de primera” en el seno de una España cohesionada y solidaria, con visión “federalizante”, quizás sea uno de los grandes productos del Congreso.  El PSOE-A, aferrándose a la llamada Declaración de Granada, ha revalidado así su preferencia por un modelo territorial para España, muy alejado de las tesis plurinacionales de Pedro Sánchez. Y en las antípodas del secesionismo catalán. La defensa de la soberanía nacional y de la igualdad territorial va a ser, por tanto,  la médula de la futura actuación del socialismo andaluz. Éste ―no lo olvidemos― significa un 25% del total de la militancia del PSOE. Algo a tener muy en cuenta en la hipótesis de una redefinición del modelo de estado.

 

Susana Díaz deberá estar muy vigilante frente a las potenciales y previsibles trampas y tretas de Pedro Sánchez. 

 

Las cartas, por tanto, están dadas. El debate territorial en el seno del PSOE está servido, lo que podría derivar en una debilitación del PSOE a medio plazo e, incluso, en su partición a plazo más largo. Susana Díaz deberá estar muy vigilante frente a las potenciales y previsibles trampas y tretas de Pedro Sánchez. Éste, con su desmedida e inocultable ansiedad por llegar a la Moncloa como sea, podría tratar de desmontarla del liderazgo del socialismo andaluz.  Porque en este río revuelto hay poca seriedad y mucha golfería. Y eso se llama, aplicado a los altos niveles políticos, corrupción ideológica. No otra cosa es, por ejemplo, el tremendo salto atrás que Pedro Sánchez pretende hacer dar al PSOE, para hundirlo nuevamente en el pozo marxista, del que salió en el Congreso Extraordinario del partido de septiembre de 1979. Ese retorno a las claves del pasado marxista, así como  utilizar la “España plurinacional” como ingrediente esencial del “nuevo” socialismo, acopla a éste con podemitas e independentistas en el camino hacia la ruptura de la soberanía nacional y la integridad territorial de España.

Pedro Sánchez es gran fuente de incertidumbre porque es muy dado a expresar públicamente lo primero que se le viene a la cabeza. Una actitud incompatible con llegar a gobernar seriamente España. Se le percibe como  demasiado oportunista y frívolo al abordar temas tan fundamentales como el de la Nación española. Resulta difícil entender cómo el líder del primer partido de la oposición puede hablar alegremente de plurinacionalidad, sin definir cuál es el modelo de país que hay tras esa propuesta. Y ―no es algo menor― qué y cuánto costaría esa trasformación a los españoles y, más concretamente, a los andaluces.

 

El socialismo andaluz aparece como una llama vigilante y una esperanza de que España continúe, sin mayores sobresaltos, su marcha unida y ajena a frivolidades

 

Dudo mucho que Sánchez tenga respuesta a todo eso. ¿Qué es, por ejemplo, lo de que en Cataluña se tiene que invertir en proporción al PIB? O es que el líder socialista ve lógico que Cataluña esté dispuesta a tener un saldo comercial favorable con el resto de España de 15.000 millones €, pero no a poner ni un euro de ese superávit. ¿Es que piensa que las fábricas y otros importantes medios de producción son amebas, que aparecieron y se reproducen en Cataluña por generación espontánea?

En resumen, en análisis de urgencia y visto el tema desde Madrid, pero muy apegado emocionalmente a Andalucía, el socialismo andaluz aparece como una llama vigilante y una esperanza de que España continúe, sin mayores sobresaltos, su marcha unida y ajena a frivolidades y ocurrencias que pongan en peligro la convivencia pacífica de todos los españoles.  Amén.

 

*Pedro Pitarch es Teniente General del Ejército (r).

@ppitarchb