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Unas ‘Edades del Hombre’ andaluzas

Con motivo de la celebración este año del 400 aniversario del nacimiento de Bartolomé Esteban Murillo, Sevilla ha programado una serie de acontecimientos culturales para recordar la figura de uno de los pintores que, junto a Diego Velázquez y Valdés Leal, forman la trilogía del barroco sevillano que  asombró a toda Europa.

Después de intentar en diversas ocasiones sin conseguirlo visitar la exposición que recoge en el Museo de Bellas Artes la muestra Murillo y los Capuchinos, el pasado martes tuve el privilegio de visitar el Hospital de la Caridad de la mano del profesor Enrique Valdivieso. Por supuesto no era la primera vez que acudía a la Caridad, posiblemente uno de los mejores templos del barroco sevillano donde Miguel de Mañara reunió más de una docena de cuadros de estos dos genios sevillanos de la pintura, pero les aseguro que esta visita me descubrió muchos aspectos que me habían pasado desapercibidos de la espectacular obra pictórica de Valdés Leal y del propio Murillo.

 

Desgraciadamente la mayoría de los originales de Murillo, como ocurrió en los Venerables, en Santa María la Blanca o en otras iglesias y conventos sevillanos, fueron robados y expoliados hace dos siglos por el mariscal francés Soult y, vendidos posteriormente por sus herederos, se exhiben en diversos museos de todo el mundo. Una verdadera pena que seguramente los franceses o los ingleses, depositarios torticeramente de buena parte de la ingente obra del genial pintor sevillano, nunca hubieran permitido con su patrimonio.

 

Pese al bombo publicitario que se le ha dado al “Año Murillo”, las diversas conmemoraciones programadas en Sevilla por este CD aniversario del pintor no son sino unos homenajes para salir del paso.

 

Viene todo esto a cuento de la escasa atención que las diversas administraciones públicas, tanto en España como en Andalucía, le prestan a un patrimonio cultural que, desde luego, sería la envidia de buena parte de los países de nuestro entorno. Pese al bombo publicitario que se le ha dado al “Año Murillo”, las diversas conmemoraciones programadas en Sevilla por este CD aniversario del pintor no son sino unos homenajes para salir del paso. En cualquier otra ciudad europea que conmemorara una efemérides de Rembrand, de Miguel Angel, de Durero o de Boticelli, sería vendida como unacontecimiento artístico mundial y reuniría en su localidad las obras más importantes del homenajeado, costara lo que costara, porque ello supondría una inversión de futuro de un valor incalculable.

 

No parece que la inversión en cultura sea una de las prioridades del Gobierno de Susana Díaz al frente de la Junta de Andalucía. Ni del de Mariano Rajoy. Es comprensible. La cultura no da votos y su inversión no se rentabiliaza a corto plazo. Es verdad que las prioridades actuales e la sociedad son otras, pero no hay que olvidar que la Cultura, como la Educación, son claves para el desarrollo integral de cualquier comunidad.

 

Como les he contado en alguna ocasión, pertenezco a una tertulia, Agora Hispalensis, que se reune cada mes en torno a una mesa para analizar los diversos aspectos sociales y políticos que acontecen en nuestro país, en nuestra comunidad o en nuestra ciudad. Una tertulia formada por una veintena de personas de diferentes profesiones e ideologías que trata de influir en la medida de sus posibilidades en la llamada sociedad civil para lograr la concienciación e incluso la posible movilización de las fuerzas vivas en asuntos claves para afrontar el futuro. De ella han surgido iniciativas que, como Civisur, han logrado unificar criterios supraprovinciales que superaran atávicos enfrentamientos entre ciudades andaluzas con el fin de trabajar todos en una misma dirección en beneficio de toda Andalucía.

 

El éxito tanto de visitas como propiamente económico de las Edades del Hombre, es un precedente a tener en cuenta como motor de arranque.

 

Desde hace un tiempo se está debatiendo en esta tertulia la posibilidad de llevar a cabo en nuestra comunidad una magna muestra que, similar a la que se ha llevado a cabo en Castilla y León, sobre las Edades del Hombre, recogiese importantes obras artísticas de autores andaluces que se encuentran depositadas en templos y museos de toda nuestra comunidad para dar una visión lo más completa posible del impresionante acervo cultural que guarda Andalucía y que muchas veces es casi desconocido para la sociedad. El empeño no es fácil. Existen reticencias por parte de algunos dirigentes eclesiásticos para ceder esos tesoros ocultos y no parece que la administración andaluza se muestre demasiado entusiamada en sacar adelante un ambicioso proyecto que, de lograrse, supondría un importante espaldarazo para el desarrollo andaluz y, ¿por qué no?, para revitalizar un panorama cultural que parace haberse dormido en su laureles. El éxito tanto de visitas como propiamente económico de las Edades del Hombre, es un precedente a tener en cuenta como motor de arranque. Solo falta que esas fuerzas vivas que tienen en sus manos los instrumentos necesarios para sacar adelante esta muestra, se pongan las pilas y acometan una iniciativa que podría ser todo un revulsivo social en una comunidad demasiado adormilada y falta de estímulos que la despierten. Alguien debería ser capaz de recoger el guante lanzado por Ágora Hispalensis.