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Elogio de un soldado ejemplar

Artillero de raza, tuve la suerte de ser su compañero en las Fuerzas Aeromóviles del Ejército de Tierra y, más tarde, tenerle a mis órdenes directas.

 

En un día grande de la milicia, en la Pascua Militar de 2023, Dios ha querido llevarse con Él  a un querube, a un gran soldado e irremplazable amigo: el general de brigada (r) Juan Esteban Verástegui, de la XXVIII promoción de la Academia General Militar.

Artillero de raza, tuve la suerte de ser su compañero en las Fuerzas Aeromóviles del Ejército de Tierra (FAMET) y, más tarde, tenerle a mis órdenes directas durante su periodo como jefe de esas fuerzas. Vasco ejemplar y de familia de enorme y laureada raigambre militar, fue un ejemplo de amor a España, de vocación de servicio y de profesionalidad. Hombre de convicciones profundas, destacó por su capacidad de trabajo y su insobornable sentido de la lealtad, exhibiendo siempre una valiente y eficaz maestría para exponer y defender, con firmeza razonable, sus opiniones. Dotado de una gran inteligencia y sentido práctico fue un ejemplo de agudeza en el análisis de los asuntos complejos en sus múltiples destinos, tanto nacionales como internacionales (Jefe de la Misión de la UE para la Reforma del Sector de Seguridad en Guinea-Bissau, entre otros). Su enorme capacidad de liderazgo le configuró como paradigma tanto de mando como de fiabilidad en el apoyo al mando. Prodigioso personaje polivalente lo mismo ejercía de Vicepresidente para Armas Históricas de la Real Federación Española de Tiro Olímpico (fue, asimismo, campeón y récord del mundo de Avancarga), como de incondicional del Alavés, o de analista de defensa en televisión, o de avezado recolector de setas.

En suma, el Ejército está de luto. Se ha ido al cielo un gran soldado y, perdón por la redundancia, un hombre de bien. Las condolencias más sentidas a su esposa Antonia, y sus hijos Juan, Olga y Álvaro, así como al resto de su familia.

Descanse en paz.