The news is by your side.

A la derecha no le gusta Canal Sur y quiere cambiarla

Bonilla y Bendodo no quieren una tele pública como Telemadrid, plural, gestionada con criterios profesionales y dando cuentas al Parlamento.

 

Coincidiendo con la publicación el domingo  día 2  del artículo titulado “Operación Zancajo, el PP a por la línea editorial y contenidos de Canal Sur”, el presidente del Consejo de Administración de la RTVA, el periodista Rafael Porras, publicó un tuit críptico en su cuenta personal – «Duda tuitera: ¿Como responder a una pura invención malintencionada sin resultar ofensivo o despreciativo?»– tuit que casi todo el mundo entendió como “su respuesta” a las noticias y comentarios sobre el ‘asunto Zancajo’. Un nuevo fichaje de campanillas destapado el día 3o de enero por el periódico de Eduardo Inda, nada sospechoso de ir contra los intereses de las tres derechas, y del que otros medios y redes se hicieron eco después. Porras, en vez de ofrecer luz y taquígrafos sobre algo que nadie entendía en esos momentos, parece que meditaba esa mañana de domingo en como ciscarse en quienes habían contado lo que empezaba a ser vox populi entre los trabajadores de la RTVA, en el PP y en la profesión.

 

Aquellos discursos, aquellas promesas electorales

La derecha que hoy gobierna la Junta de Andalucía, apoyada por su socio parlamentario Vox, está en su perfecto derecho de poner al frente de los medios públicos a quien considere más idóneo y oportuno. Le ampara la Ley y los votos en el Parlamento. Antes lo hizo el PSOE-A durante tres décadas.

La elección de dos periodistas de contrastada trayectoria profesional, Rafa Porras y Juande Mellado por unanimidad del Parlamento, algo histórico en 30 años de Canal Sur, hizo albergar esperanzas de que se iniciaba una etapa en la RTVA donde, pese a los graves problemas estructurales y vicios ocultos, iban a prevalecer los criterios profesionales a la hora de gestionar la línea informativa y editorial de la corporación pública de radio y televisión de Andalucía. Para remachar esta idea ahí están los primeros discursos y compromisos de los nuevos gestores Porras y Mellado y el compromiso de «no injerencia» del PP y Cs respecto del pluralismo  y la necesaria independencia de la línea editorial de la RTVA.

Todo ello sin olvidar que es urgente al mismo tiempo ir trabajando en la revisión del modelo actual de Tv como servicio público; caro, anticuado, deteriorado, sin respuesta de la audiencia (7,6% en enero) y con casi mil quinientos trabajadores, un modelo copiado en su día por Salvi Dominguez del de RTVE, diseñado en los tiempos de cuando no existía Internet y se ataban los perros con longanizas.

Esa impresión optimista también la debieron tener los trabajadores del ente que, durante el primer medio año del nuevo equipo ‘del cambio’, no parece que hayan puesto palos en las ruedas. Más bien al contrario. Un ejemplo puede ser la respuesta positiva al nombramiento de Javier Domínguez Mariscal al frente de los Informativos, encajando sin problema en una muy compleja redacción que conoce bien, porque pertenece a ella desde hace décadas. Esto indica, a la vista de todos, que existen soluciones internas más que suficientes y sobradamente eficaces. Si esos nombramientos se los traen de fuera será por otra razones, desde luego políticamente inconfesables.

La convocatoria de huelga para las vísperas de este 28F, impulsada por los sindicatos CCOO, UGT y el Sindicato de Periodistas, tiene, además de reivindicaciones laborales y de supervivencia, un gran poso de protesta política. Van a aguarle a la derecha su primer 28F con todos sus avíos y donde Canal Sur es parte fundamental de la fiesta. La del año pasado tuvo demasiada improvisación. Acababan de llegar.

 

Aunque no lo digan, al PP no les gusta este Canal Sur

Pero no nos engañemos, a la derecha que lidera Juanma Moreno no le gusta el funcionamiento de Canal Sur en determinadas cuestiones de información y opiniones políticas, especialmente las que conllevan inestabilidad política en San Telmo con sus socios de la derecha extrema.

Encabritar a los socios de Vox por llamarles desde la RTVA “la extrema derecha” se ha llegado a convertir en una molesta china en el zapato derecho de Elias Bendodo. Pero no solo eso, en las instancias correspondientes del gobierno ya saben desde hace meses que controlar Canal Sur como lo hacía el PSOE (y a ellos les gustaría hacer) es tarea de años y si de algo no anda sobrado Moreno Bonilla es de tiempo. Fue cuando decidieron actuar después de Navidades; bajo ningún concepto estaban dispuestos a que Canal Sur se convirtiese en lo que hoy es Telemadrid, una tele pública plural, más libre que nunca, que funciona con criterios profesionales y con buena respuesta de la audiencia madrileña.

Y es en ese contexto donde se fragua la decisión de colocar al frente de departamentos claves –informativos y contenidos– a profesionales de absoluta y total confianza de los partidos en el gobierno, PP y Ciudadanos. Los mismos que criticaban antier al PSOE y a sus comisarios y comisionistas en la RTVA.

 

Unos cambios que gustan en Vox

Basta con echar un vistazo a las cuentas en Twitter – de o próximas a Vox– para darse cuenta lo bien que han sentado estos cambios – ‘invenciones malintencionadas’ decía Porras hace diez días- en las filas de los socios parlamentarios de PP y Cs. La extrema derecha, con razón o sin ella, está logrando capitalizar políticamente estos cambios. Conocedores de los deseos del PP de imponer nuevos cambios y ajustes en la cúpula, se apresuraron a armar ruido contra los periodistas de la RTVA.

Es oportuno recordar que en la ideología base de este partido figura liquidar el estado autonómico actual y todo lo que cuelga de los gobiernos autónomos, las teles y radios entre otras cosas.

En este movimiento de fichas gubernamental en la línea informativa de la RTVA, hay un nombramiento del que nada se había dicho y que choca mucho desde la perspectiva política.  Me refiero al de la hasta ahora responsable de prensa de Cs en el Parlamento, Desiré García Escribano, como numero dos de Álvaro Zancajo en la cúpula de informativos y contenidos. Y chirría no por la capacidad profesional de la elegida, más que contrastada según la opinión generalizada en la profesión, sino porque también Ciudadanos incumple sus compromisos de cuando prometía despolitizar la RTVA. Claro que eso lo decían con la boca chica, mientras ayudaban a Susana Díaz y al PSOE-A a gobernar en solitario la Junta… y la RTVA.

En los nombramientos destaca también el de la periodista Carmen Torres, una profesional de larga y excelente trayectoria, desde ahora al frente de la delegación de la RTVA en Madrid, cargo que venía ocupando la periodista Mercedes Fonseca. Pese a la contrastada valía de Torres como profesional del periodismo, le va a resultar difícil superar el listón que deja la aplaudida gestión de Mercedes Fonseca al frente de la delegación. A la vista de lo leído en las redes parece que este cambio es el que más se ha ‘sentío’ entre quienes han trabajado con ella.

La impresión que ofrecen estos inesperados cambios es que, como también ha sucedido en la conformación del gobierno que no se esperaban antes del 2D, se ha optado por la improvisación. No se puede poner y quitar a un Jefe de Informativos a los seis meses, cesándole sin motivos. Tiene que ser improvisación porque de lo contrario podríamos pensar que mala leche. Como tampoco se les puede llenar la boca al Gobierno con grandes palabras sobre el futuro de la RTVA, mientras no desbloqueen la financiación y los medios necesarios para reanimar al moribundo que dejaron Joaquín Durán y el PSOE.

 

El PSOE-A, sigue atrapado por su historia

El rebrote de crisis en la RTVA ha venido a demostrar, una vez más, lo difícil que tiene el PSOE andaluz hacer oposición al actual bloque de gobierno. Los socialistas están atrapados por la historia, por su gestión en décadas de pasado y esa es el arma fundamental que emplea y empleará el gobierno (y sus cada día más numerosos apoyos mediáticos) para que el PSOE no levante cabeza. Por mucha razón que hoy pueda tener el PSOE en sus críticas a lo que sucede en la RTVA, verdaderamente escandaloso en muchos aspectos, ante la opinión pública y publicada, no están legitimados para criticar lo que ellos han hecho durante tres décadas. La diferencia quizás radique en los tiempos y la prisa. Éstos pretenden hacer en un año lo que los otros hacían en una década.  Además, el PSOE andaluz no puede levantar mucho la voz tras estos zurcidos de última hora,  tras haber asistido a la cruenta noche de cuchillos largos que padeció RTVE nada más llegar Pedro Sánchez al gobierno. Para muchos, en la RTVA, es ahora cuando va a empezar sino una noche de largos cuchillos, si un ambiente de trabajo nunca antes vivido por los profesionales de la tele y la radio pública andaluza.

A la izquierda del PSOE silencio, demasiado silencio y un divorcio sin preguntas pero con plasma. Todo un síntoma. Parece que vamos a tener derecha en el gobierno andaluz para rato.