En numerosas instancias judiciales se tramitan, a ritmo lento, procedimientos por corrupción cometida en o desde la Junta de Andalucía. En los juzgados de Sevilla se acumulan y retrasan grandes causas, bien por el inmenso trabajo y escasos medios, bien por sospechosas o descaradas dilaciones a la vista de todos. Se tiene la sensación de que existe un especial interés en que no salgan a la vez, como las flores en primavera y convenientemente agitados, todos los sumarios durmientes que afectan a la corrupción cometida bajo el poder socialista.
«Con el caso Eres ya hay bastante» sostienen algunos socialistas, hartos de ver a diario en cada informativo de tv, al PSOE de treinta años sentado en un banquillo.
La juez Maria Núñez Bolaños, sustituta de Alaya en el juzgado numero 6, ha dedicado sus esfuerzos en desmontar lo instruido por su compañera, al tiempo que ha dejado de lado la continuidad de otras investigaciones a medio enjaretar.
Es lo sucedido por el caso avales, donde los fiscales no han podido más y han alzando la voz denunciando que desde que se fue Mercedes Alaya del Juzgado «el avance de la investigación ha sido prácticamente inexistente».
Un nuevo chispazo entre Fiscalía y Núñez Bolaños que no vaticina nada bueno en relación con la búsqueda de la verdad judicial y los fondos publico presuntamente malversados.