The news is by your side.

Atentado contra un DC8 de Cubana: Medallas bajo el océano

Un 6 de octubre de 1976, hace 45 años. Vuelo 455 de Cubana de Aviación procedente de Puerto España...

 

OCTUBRE

Octubre tiene -ya para siempre- efemérides mundialmente conocidas y cada año recordadas por los unos y los otros, de una u otra manera.

Sin embargo hay hechos, que por muy impactantes que sean, por muy horrendos que resultaran en su momento, las páginas amarillas de la historia son las que los guardan: Un 6 de octubre de 1976, hace 45 años.

Un avión comercial de pasajeros El DC-8 de Cubana de Aviación hacía 9 minutos que había despegado del Aeropuerto Internacional de Seawell, en la isla caribeña de Barbados.

Al mediodía había aterrizado procedente de la capital de Trinidad-Tobago en un arco aéreo sobre las Antillas Menores que había comenzado en Georgentown, la capital de Guyana. Su destino, el aeropuerto José Martí de la La Habana, tras otra parada en la capital de Jamaica en la ya tradicional ruta de las cinco naciones de la zona. Concluida la escala técnica el vuelo se dispone a continuar su viaje con 73 pasajeros a bordo, entre ellos los veinticuatro integrantes cubanos del Equipo Juvenil de Esgrima al completo que regresaban de ganar las medallas de oro en el Campeonato Centroamericano celebrado en Venezuela y que aquella madrugada habían arribado desde Caracas en vuelo de la Pan América .Ocupaban sus asientos también once jóvenes guayaneses, viajaban para estudiar Medicina en Cuba. Eran las 13:15 horas cuando el avión despega. Pasados unos pocos minutos la torre de control del aeropuerto recibe una radiocomunicación urgente:

 

LAS COMUNICACIONES

«Seawell; Seawell… CU-455-CU-455… Seawell. ¡Tenemos una explosión y estamos descendiendo inmediatamente, tenemos fuego a bordo!», fue el mensaje de aviso. «¿CU-455 regresará al campo?», ripostan. A las 17:25:20, otra vez se escucha en la torre de control la voz del copiloto: «Seawell CU-455… pedimos inmediatamente, inmediatamente pista». Un «Recibido», llega desde la torre de control. «CU-455 autorizado a aterrizar».

Segundos después, a las 17:25:27, en Seawell se oye una frase perentoria: «¡Cierren la puerta, cierren la puerta! CU-455. Tenemos emergencia total, continuamos escuchando, respondan».

«Un avión venezolano que volaba cercano al lugar emitía una señal: «Este es DQ-650. ¿Los podemos ayudar en algo?» Ya, para esa hora, la única respuesta fue el silencio. A una profundidad de 1 800 pies y a 4,8 millas del litoral, la fragata británica H. M. S. Tartar ubicó los restos del DC-8 de Cubana.

 

AGENCIAS DE NOTICIAS y MEDIOS DE COMUNICACIÓN

Latin Reuter destacaba a los pocos minutos que en puerto se preparaba una flotilla de pequeñas embarcaciones para transportar médicos y cuadrillas de salvamento al lugar. Por su parte, un una lancha del Servicio de Guardacostas reportó que el avión se hallaba a una distancia de entre 2 y cinco millas de las costas occidentales de la isla. Una pequeña Barbados que con sus escasos cuatrocientos treinta km2 acababa de pasar a la horrible historia del Terrorismo.

 

EL PLAN

En el verano de 1976 se reunieron en la región de Bonao, en República Dominicana, los principales cabecillas terroristas residentes en Estados Unido bajo los auspicios de Orlando Bosch Ávila fundaron la Coordinación de Organizaciones Revolucionarias Unidas (CORU) y proclamaron entre sus principales objetivos llevar “la guerra por los caminos del mundo” contra los representantes e intereses cubanos. El denominado CORU fue hecho público en junio de 1976 con la integración de varias organizaciones terroristas, en la que se encuentra la Brigada 2506, de ex mercenarios de la invasión por Playa Girón/ Bahía de Cochinos.

Orlando Bosh Ávila visitó Venezuela poco antes del atentado con un pasaporte falso y junto a su compinche Luis Posada Carriles, en aquel entonces jefe de una unidad de los cuerpos secretos de ese país, la DISIP, seleccionaron a los ciudadanos venezolanos Hernán Ricardo y Freddy Lugo para ser autores materiales del crimen cuando abordaron el avión de Cubana en Puerto España, Trinidad, para poner los explosivos en uno de los baños y bajo el asiento que ocuparon hasta que se quedaron en Barbados. Después del atentado, los autores materiales fueron detenidos por la policía de Trinidad, adonde huyeron después de la tragedia y en sus declaraciones vincularon a Posada Carriles y a Orlando Bosch de origen cubano(y vinculados con la CIA) como autores intelectuales del crimen, quienes fueron detenidos en Venezuela.

 

LAS INVESTIGACIONES, EL JUICIO… Y MIAMI

En medio de las investigaciones preliminares el 24 de octubre de 1976, el diario The New York Times aseguró que Luis Posada Carriles, exintegrante de la policía del dictador cubano Fulgencio Batista, ingresó a la Central de Inteligencia yanqui desde su arribo a Miami en 1960.

La comisión investigadora y el perito cubano Julio Lara Alonso demostraron hasta la saciedad que la aeronave, un Douglas DC- 8 de fabricación estadounidense, cayó al mar a consecuencia de dos explosiones, la segunda de ellas en el baño trasero de la cabina de pasajeros, y que ocasionó el derribo de la nave.

Despachos de prensa de la agencia UPI, fechados en Washington reseñaron que fue una autodenominada organización Cóndor la que planificó y ejecutó el sabotaje. El CORU, en 1976, formaba parte de la estrategia del Operativo Cóndor que estaba en su apogeo en América Latina. Orlando Bosch siempre mantuvo conexiones con la DINA chilena y con todas las dictaduras y gobiernos de la región. Lo del avión de Cubana indudablemente fue parte también de ese gran Cóndor. UPI que el CORU se había atribuido el atentado del avión de pasajeros cubano.

Las autoridades venezolanas solicitaron la extradición de los autores materiales y procesaron a los implicados venezolanos, en un largo juicio que duró años y estuvo plagado de grandes irregularidades por la influencia de la mafia cubano americana.

Posada Carriles después de dos intentos logró escaparse de una cárcel de alta seguridad venezolana el 18 de agosto de 1985, para salir del país con ayuda de la CIA que lo ubicó en Centroamérica en operaciones de la Agencia en apoyo a Anastasio Somoza en Nicaragua y al servicio de la DINA de Pinochet en Chile y las otras dictaduras militares del momento. Y solo concluyó sus servicios con su muerte natural en Miami en el 2018.

Orlando Bosch fue declarado inocente y liberado en 1987 para continuar su carrera terrorista. En Miami ( cómo no) fue acogido a pesar de su largo historial delictivo reconocido por los propios órganos de justicia de ese país. Pero ya se sabe lo que era (y es aún hoy) Miami. Bosh vivió sin ser molestado hasta su muerte en el 2011 y cuando en una ocasión le preguntaron por las víctimas civiles del sabotaje al avión cubano se refirió a que todos eran miembros del gobierno comunista cubano que merecían morir, incluyendo a las deportistas sobre las que se refirió despectivamente como “unas negritas”.

 

MENSAJES DE PRIMERA HORA

“…El acto vil y canalla perpetrado contra el el pueblo de Cuba provoca indignación y repudio. Hondamente conmovido por la tragedia,enviamos a usted primer ministro, a los familiares, a los familiares de los fallecidos y a todo el pueblo cubano que hoy los llora, nuestra solidaridad en esta hora de dolor y nuestras más sinceras condolencias” /Jefe de gobierno de Panamá /1968-1981(amigo y compañero en la Internacional Socialista del que luego fuera Presidente del Gobierno español Felipe González),General Omar Torrijos.

 

OTROS VUELOS

Poco tiempo después, en 1981 desapareció Torrijos en otra aeronave DHC-6,de la Fuerza Aérea Panameña ,en el mismo mar .Y con él la política de nacionalizar el Canal frente a la posición de los EEUU. Pero ya ésto es otra historia contenida en otro libro: Confesiones de un sicario económico John Perkins. La CIA niega aún su participación.

En Las Guerras del general Omar Torrijos del periodista español de la Agencia EFE, Zoilo G. Martínez de Vega se dan las razones para eliminar al lídel panameño en los tiempos del Cóndor. La CIA sigue negando su participación, por supuesto, Por entonces ya andaba Ronald Regan por la Casa Blanca. Tres meses antes el joven presidente ecuatoriano Jaime Roldós Aguilera, en otra aeronave de la Fuerza Aérea Ecuatorian (FAE 001A), de reciente adquisición para uso del presidente de la República, se estrelló en el Cerro Puerta de los Vientos y con él la cúpula militar del país, con el ministro de Defensa a la cabeza. El avión había iniciado el descenso hacia la ciudad de Macará. El periodista Jaime Galarza Zabala tiene su propia teoría nada complaciente con la del accidente. Todos los que sabían o visto algo sobre un cohete lanzado contra el avión presidencial, civiles o militares no vivieron mucho para contarlo. Tampoco hubo caja negra. Cosas del Cóndor. Presidentes que comprometían los intereses USA fueron desapareciendo en breve trecho de tiempo en vuelo, siempre en vuelo.

Rafael Hoyos Rubio jefe de las FFAA de Perú curiosamente acabó igual. Tiempos de confusión y de incómodos dirigentes para el gran vecino del Norte. Tantas historias que hay que contar.

 

OTRAS CALLES

Los gobiernos estadounidenses nunca han reconocido su responsabilidad en el atentado al avión de Cubana-tampoco de la desaparición de Torrijos- a pesar de la abrumadora cantidad de pruebas materiales que implican a sus servicios secretos en el atentado.

Tampoco de su responsabilidad del asesinato en atentado el mes anteior, en suelo americano,-cuando viajaban en coche por las calles de Wahshington -del excanciller del gobierno de Allende,el socialista Orlando Letelier y su esposa. Las investigaciones llevaban al CORU y a Bosch , según cables de la hoy desaparecida Agencia UPI, recogidas de funcionarios norteamericanos.

 

MEMORIA

En el 2006, al cumplirse 30 años del Crimen de Barbados, cuatro premios Nobel exigieron justicia:

Noam Chomsky, José Saramago, Rigoberta Menchú y Adolfo Pérez Esquivel.

Si se está por efemérides, si se recuerdan diariamente tantas víctimas de crímenes terroristas, si tantas asociaciones de víctimas reivindican a sus seres queridos, bien está que este octubre recordemos a éstas de la Selección Juvenil de Esgrima, de Barbados- y de paso otros magnicidios -de hace ahora 45 años y que el olvido ha dejado atrás con sus medallas olímpicas, en el fondo del mar.

Los delitos de Lesa Humanidad, los actos terroristas no prescriben, por muy grandes que sean los poderosos intereses de Estado que los amparen.

Por muchos octubres que pasen, la impunidad no existe para los ojos de la Justicia Universal y de Los Derechos Humanos.

Y mientras haya gente que lo recuerde.

(*Del Libro ,Crimen en Barbados/Nicanor León Cotayo)