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Cantemos al horror de los horrores

Como en política no hay casualidades ayer se aprobó en la Asamblea de Madrid la primera muestra de la libertad del diario El Alcázar.

 

El gran partido de la derecha alemana, la CDU, demócrata cristiano y constructor de la Unión Europea, votó ayer en el Parlamento Europeo a favor de avisar al gobierno húngaro de las repercusiones negativas para su acceso a los fondos de la  UE correctores de la situación pandemica, en el caso de que llevara adelante la aprobación de leyes contrarias al ejercicio de derechos civiles.
Los eurodiputados del Partido Popular español, la derecha conservadora y, supuestamente, civilizada a la europea, se abstuvieron excepto el señor Pons, don Esteban, quien sabe estar donde y cuando hay que estar. El PP bajo la presidencia del binomio trinitario Casado/Diaz Ayuso/Aznar cogido de la mano del expepero señor Abascal y perfumado por MAR con cargo a la olla grande, ha hecho causa común con el populismo del primer ministro Orban, pretendiente a encabezar la santa alianza con Le Pen, Salvini, Abascal y otros políticos de ideología parecida.

 

Ayer se pudieron sacar algunas conclusiones tras la votación parlamentaria europea:  1/ las anotaciones que el pipistrellus señor Aznar hace en su libreta cuando un obispo, un empresario o un diputado o senador no ejecuta sus pensamientos azules, aparecen ejecutadas por el binomio a los pocos días en los escenarios más variopintos; 2/ el silencio de rebaño de los eurodiputados peperos ayer, tras la vacuna populista inyectada de madrugada por la enfermera voluntaria señora Montserrat ha resonado en los partidos europeos de la derecha conservadora con repercusiones que antes o después se verán; 3/ como en política no hay casualidades ayer se aprobó en la Asamblea de Madrid Región la primera muestra de la libertad del diario Alcázar, de la prensa en movimiento, para que MAR utilice las series del nuevo teleayuso madrileño trasmutado en Lupin blanco, en beneficio de su pagadora mensual por catorce nóminas.
Por eso, y por mucho más, queridos lectores ¡cantemos al horror de los horrores!.