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Combatir las drogas

Jose Manuel Sanchez Fornet
J.M. Sánchez Fornet

En las recientes elecciones generales, los partidos políticos han llevado a cabo propuestas o manifestaciones en actos públicos respecto a la estrategia respecto al consumo de drogas ilegales.

Cada vez son más los países que despenalizan su uso, las legalizan o aceptan que sean usadas  como elemento terapéutico contra el dolor, la ansiedad, etc. No entraré a señalar los países en que se aplica una u otra estrategia porque basta ir a cualquier buscador de la red y encontrar amplia información. Quiero referirme a la política, hipócrita en mi opinión, que desarrollamos en España.

Para empezar son habituales noticias de cargamentos en barcos de distintas sustancias estupefacientes que interceptamos cuando están en el Atlántico con destino a cualquier puerto de Europa. Todos esos cargamentos, sin excepción, son informaciones que trasladan a la Policía española o la DEA norteamericana o el servicio antidrogas británico, SOCA, los mejor informados respecto al tráfico de sustancias estupefacientes. Es caro realizar las detenciones, mantener las embarcaciones, analizar la droga, mantener a los presos y realizar los juicios, y esos servicios utilizan a la Policía española que acepta ese papel de ayudantes a coste cero y con un importante gasto de nuestras arcas, quizás porque los políticos en España usan esas intervenciones en beneficio propio y algunos mandos policiales se colocan medallas rojas, pensionadas, y obtienen beneficio económico.

[blockquote style=»1″]Se ha despenalizado pero existe una brutal presión contra los jóvenes, a los que se identifica, cachea, incauta la dosis que lleven para consumo propio y se les multa; con ello se levanta un Acta y eso supone una valoración positiva para el agente[/blockquote]

Basta como ejemplo la operación “Espartana”, realizada el 16 de agosto de 2012, con la incautación de tres toneladas de cocaína y 31 detenidos (21 de nacionalidad búlgara en el barco), tras asaltar el SV. Nicolay, cargado en alta mar en algún lugar del Caribe, cuyo asalto llevaron a cabo los GEOs y para hacerlo viajaron en tres furgonetas desde Guadalajara (7-8 horas), embarcaron, hicieron el asalto y volvieron en las mismas furgonetas, mientras el director de la Policía viajaba a Algeciras en un avión para la rueda de prensa. En un país decente los GEOs que se jugaron la vida deberían haber viajado en el avión y el director general no aparecería en la rueda de prensa.

Mientras la política contra las drogas no sea para reducir de verdad sus efectos nocivos contra la sociedad nunca se ganara esa batalla. En marzo de 2015, el viceprimer ministro británico Nick Clegg, coincidiendo con la visita del presidente de México a Londres, Enrique Peña Nieto, firmó un artículo en The Guardian junto con el magnate Richard Branson en el que calificaban la guerra contra las drogas  “bajo cualquier punto de vista, la guerra mundial contra las drogas ha sido un fracaso miserable”, condenando la estrategia de choque frontal y señalando como ejemplo la situación en México. Otras frases del artículo decían “desde 1971 hemos gastado un billón de dólares tratando de erradicar las drogas de nuestras sociedades y, sin embargo, el mercado sigue creciendo”, o “si fuera una inversión, la guerra contra las drogas no habría arrojado ningún beneficio; si fuera una empresa hubiera quebrado hace tiempo”.

España ha vendido la despenalización del consumo de drogas como un paso en positivo para acabar con la lacra. Y es mentira. En esto ha pasado como en pasar de obligatorio a voluntario el servicio militar en el año 2001, que el año que se decidió (2000) había solo en Cataluña más objetores de conciencia al servicio militar que jóvenes llamados a filas. Si aquí se mantiene la criminalización penal del consumo de drogas un porcentaje escandaloso de jóvenes españoles, algunos muy preparados, tendrían hoy antecedentes penales.

[blockquote style=»1″]Podemos y Ciudadanos son dos partidos que no coinciden en casi nada salvo en esto y en poco más, se puede decir, sin temor a que te tachen de hacer proselitismo de un concreto partido o ideología, que debe analizarse una fórmula de regularización de las drogas que impida esta cacería al joven que existe en este país[/blockquote]

Se ha despenalizado pero existe una brutal presión contra los jóvenes, a los que se identifica, cachea, incauta la dosis que lleven para consumo propio y se les multa; con ello se levanta un Acta y eso supone una valoración positiva para el agente, y nadie se pregunta el efecto de eso en un país con millones de jóvenes en paro a los que la Policía cachea cuando pasean o están en un parque un grupo de amigos fumando hachís y les impone una multa que, en el caso de que trabajen (que es raro) supone un mes de trabajo. ¿Cómo se puede defender que se despenaliza el consumo con prácticas policiales como la expuesta? ¿Se supone que se puede consumir en casa pero te llueve del cielo la sustancia? Hipocresía insoportable.

En definitiva, que la política hipócrita que aplicamos en España merece ser revisada, y como Podemos y Ciudadanos son dos partidos que no coinciden en casi nada salvo en esto y en poco más, se puede decir, sin temor a que te tachen de hacer proselitismo de un concreto partido o ideología, que debe analizarse una fórmula de regularización de las drogas que impida esta cacería al joven que existe en este país y que reduzca las ingentes ganancias de las mafias.