The news is by your side.

El cuento de Pedro y el lobo…fascista

No nos engañemos, por más que se empeñe Susana, Sánchez o Pablo Iglesias, a los de Abascal no les han votado solamente las castas poderosas.

 

¡Uh. Uh!¡Que vienen, que vienen! ¡Qué miedo. Ya están aquí! El mantra de la ultraderecha fascista renacida de las cenizas de Franco y encarnada por Vox, se abre camino a pasos agigantados en un panorama político cada vez más confuso por obra y gracia de una izquierda que se cree ungida por el don divino del monopolio democrático. Según Sánchez y sus acólitos podemitas, proetarras e independentistas, los únicos demócratas, aquí, son quienes se han dedicado en los últimos años a tirar por la borda las tradiciones, la personalidad y la idiosincracia de un país facilmente manipulable que, por primera vez y sin que sirva de precedente, ha sacado los pies del tiesto en el que lo habian constreñido las directrices de la insoportable corrección política. Y esto es sólo un aviso de lo que puede suceder a corto y medio plazo en todo el país si nuestros dirigentes no rectifican a tiempo. Estados Unidos, Italia, Francia y varios paises europeos ya nos han precedido en esta nueva ola ultraderechista que se va extendiendo como una imparable mancha de aceite sobre el progresismo de pacotilla y moqueta que estamos viviendo.

Y ha sido en Andalucía, el persistente y casi seguro granero de votos del socialismo hispano, donde el hartazgo por cuarenta años de inamovible y corrupto régimen, ha provocado la explosión de un cabreo que se había ido enquistando con el tiempo. No nos engañemos, por más que se empeñe Susana, Sánchez o Pablo Iglesias, a los muchachos de Abascal no le han votado solamente las castas poderosas, los “señoritos” de los toros y las cacerías, los misóginos, los afectados por la inmigración ilegal o los terratenientes de los escasos latifundios que aún quedan, sino decenas de miles de andaluces (más de 400.000) que se han visto ninguneados por un Gobierno errático y egoista al que no le importa pactar con quienes quieren acabar con el actual Estado de derecho que respaldó la Constitución hace ahora cuarenta años, con el único fin de mantenerse en el poder.

 

Y ha sido en Andalucía, el persistente y casi seguro granero de votos del socialismo hispano, donde el hartazgo por cuarenta años de inamovible y corrupto régimen, ha provocado la explosión de un cabreo que se había ido enquistando con el tiempo.

 

Si Susana ha hecho el papel de Caperucita Roja en estas elecciones y se la ha comido el lobo de la derecha, su jefe, Sánchez, ha sido el protagonista del otro cuento, el de Pedro y el lobo. Sánchez ha mentido tanto en tan poco tiempo que se ha visto engullido por el cabreo del personal. A estas alturas de la película, ya son pocos los que se creen lo del “lobo fascista” que amenaza con convertir nuestra democracia en una dictadura decimonónica. Entre otras cosas, porque la llamada “alternativa antifascista” encarnada por Podemos, Bildu o los independentistas catalanes y vascos, está demostrando tener más tintes dictatoriales que los mismísimos Hitler o Mussolini.

 Sólo basta con contemplar los desmanes de los jóvenes revolucionarios, convocados por Pablo Iglesias desde su lujoso chalet de la Sierra de Madrid, en las calles de Granada, Málaga o Sevilla, en protesta por la legal llegada de Vox a las Cinco Llagas. Con estas premisas uno no se explica por qué son peores los regímenes de nazis o fascistas que los comunistas de Stalin, Castro o Mao. Unos y otros cargan sobre sus espaldas millones de muertos y el recorte drástico de libertades. Aquí, y perdonen si no es políticamente correcto, “o todos moros, o todos cristianos”. Item mas. ¿Por qué no pueden pactar el PP, Ciudadanos y VOX un Gobierno en Andalucía y sí puede hacerlo en Madrid, Pedro Sanchez con Pablo Iglesias, Quim Torra u Otegi?¿Por qué Vox es el lobo y Podemos los corderos? Que alguien me lo explique porque yo, como muchos miles de andaluces y españoles no acabamos de entenderlo. Quizás porque no tengamos la cultura democrática de los jóvenes cachorros podemitas que, gracias a la lucha y el sacrificio de sus padres contra la dictadura franquista, han vivido las mieles de una vida libre y acomodada. Que conste que no comulgo con muchas de las propuestas de VOX, pero he de reconocer que la formación de Abascal ha sabido conectar con una buena parte del electorado harta de pamplinas sobre la exhumación de Franco, la mediática y teatral acogida de los inmigrantes del Acuarius, el ridículo sobre Gibraltar, los agravios a los símbolos nacionales  o las continuas cesiones a los separatistas catalanes.

 

¿Por qué no pueden pactar el PP, Ciudadanos y VOX un Gobierno en Andalucía y sí puede hacerlo en Madrid, Pedro Sanchez con Pablo Iglesias, Quim Torra u Otegi?¿Por qué Vox es el lobo y Podemos los corderos?

 

De todas formas, agárrense que vienen curvas. Como las fuerzas de derechas lleguen a un acuerdo de gobierno en Andalucía, nos queda que aguantar todo un bombardeo mediático y unas violentas movilizaciones callejeras que nos van a complicar bastante la vida al menos hasta la primavera del año que viene en vísperas de las próximas elecciones autonómicas, municipales y europeas (¿y generales?). Y otro aviso a navegantes despistados. Vamos a ver como juega sus cartas Ciudadanos que es quien tiene la clave de este cambio de ciclo. La llave de San Telmo estará en manos de Abascal y los suyos, pero son los muchachos de Albert Rivera quienes tienen que poner sobre la mesa si pesa más la presidencia de la Junta de Andalucía, con el apoyo de sus antiguos socios, los socialistas, que la posibilidad de que su jefe llegue a la Moncloa. Marín se encuentra entre la espada y la pared y, aunque está acostumbrado a jugar con varias barajas tras su paso por AP, PA y CIS antes de aterrizar en Ciudadanos, no parece que tenga demasiadas posibilidades de llegar a presidir la Junta de Andalucía.

 Las elecciones andaluzas han vuelto a ser, una vez más, una especie de primarias en las que se ha puesto de manifiesto el ocaso paulatino de los dos partidos tradicionales, PSOE y PP, y la irrupción de nuevas fuerzas que van a marcar, pese a quien le pese, el futuro de toda España, Vamos a ver si, por una vez, se impone la fuerza de la razón sobre la razón de la fuerza.