El embudo y su ley

Existe un dicho popular, llamado “aplicar la ley del embudo” que es el de aquellas personas que tienen una manga muy ancha para sus cosas y muy estrecha para las de los demás. Y el Partido Popular demostró, sigue demostrando y seguirá demostrando que aplica sin ningún tipo de vergüenza ni complejo la ley del embudo.

No hay más que irse a cualquier hecho pasado o presente para comprobarlo, por ejemplo:

El mismo gran líder y aún gurú, que ayer presumía de hablar catalán en la intimidad, como forma de aproximarse a los entonces nacionalistas catalanes de Jordi Pujol, entregándoles hasta el título de gobernadores civiles, (desde entonces llamados “subdelegados”), y un saco de competencias más y millones y millones de pesetas, es/son los que no paran de criticar cuando se llega a acuerdos con sus sucesores por un gobierno socialista.

Los mismos que hoy critican el llegar a acuerdos con un partido democrático  y legal, nos guste más o menos, como es Bildu, acusando al gobierno de Sánchez de unión con los terroristas, cuando hoy día no hay terrorismo, gracias a otro gobierno del PSOE, son los que ayer presumían, sin complejos, de haber dado orden desde el gobierno de negociar con el “movimiento de liberación vasco” (por no decir directamente ETA). O de llegar a acuerdos con ese mismo Bildu mientras ETA asesinaba…

Son los mismos que también reprochan al gobierno de P. Sánchez los acuerdos con el Partido Nacionalista Vasco y al que ayer les entregaban, a cambio de un apoyo puntual para aprobar unos presupuestos, competencias estatales que ya nunca más serían recuperables por ser consolidada su cesión.

Los mismos que critican el legítimo uso del transporte oficial (véase falcon) por el Presidente del Gobierno, pero veían bien que los anteriores Presidentes lo usaran, con la misma legitimidad. O ven bien que la familia Borbón se desplacen a Grecia, a un sepelio DE CARÁCTER PRIVADO, utilizando medios pagados por los españoles.

Los mismos que reprochan al actual Presidente el ser «inquilino de La Moncloa», y todo su sueño y actividad se orienta a alcanzar alguna vez apoyos para instalarse en La Moncloa…

Los mismos que tienen bloqueada, desde hace ¡cuatro años! la renovación del C.G. del Poder Judicial, quejándose de la composición y forma de elección de sus miembros (sin duda, porque hoy le es “desfavorable”), pero que no han propuesto ningún cambio desde  que en 1985 se aprobó la Ley Orgánica 6/1985, de 1 de julio, del Poder Judicial (LOPJ), donde se reguló de forma definitiva el Consejo, porque les fue favorable y el PSOE siempre aceptó sin bloqueos la renovación cuando tocaba.

Los mismos que hoy piden que gobierne la lista más votada, son los que ayer no reconocían que cuando la lista más votada era de otro partido, por ejemplo, en Madrid, de los socialistas, o en Andalucía de los socialistas, y así sucesivamente, se negaban a ningún tipo de acuerdo, no ya de apoyo, sino ni tan siquiera de abstención. Curiosamente, el partido socialista se tuvo que abstener para que Mariano Rajoy saliera investido por última vez, decisión con la que yo, como otros muchos socialistas, no estaba en absoluto de acuerdo (tenía alternativas que no quisieron explorar…).

Y curiosamente son los mismos que antes de ayer volvían a pedir, incluso amenazando con hacer una ley desde su mayoría, para que gobernara la lista más votada, hasta que se dieron cuenta de que podía ser perjudicial para sus intereses post electorales… y ahí se les acabó esa iniciativa.

En definitiva, qué poca vergüenza y qué falta de ética y de coherencia tienen los que aplican sistemáticamente la ley del embudo o dicho en términos “marxistas”: “estos son mis principios, pero si no me gustan, tengo otros”…