The news is by your side.

El ‘gatopardismo’ llegó a San Telmo

Ciudadanos no solo no prescinde de altos funcionarios socialistas, presume de ascenderlos de categoría.

 

Esta semana pasada el consejero de Economía de la Junta, Rogelio Velasco, presumía en la radio pública no solo de no haber prescindido de altos funcionarios del socialismo, sino de haberlos incluso ascendido en el seno de la administración del cambio.

Alegaba el consejero naranja los mismos argumentos que ha venido sosteniendo su jefe de filas y vicepresidente Juan Marín, que ellos no le piden el carné político a nadie y que solo valoran la capacidad, profesionalidad y eficacia de los nominados.

Una ojeada a los boletines oficiales de la Junta de estos últimos sesenta días, desde el 22 de enero en que tomó posesión el gobierno del cambio, nos dará una idea más o menos exacta de lo que ha hecho un ejecutivo que nada más llegar anunció el cambio con veinte medidas importantes  para los primeros cien días.

 

Página tras página del Boja, se encuentran más nombramientos de libre designación que ceses.

 

A las pocas semanas era el titular de presidencia, el nuevo ‘zarrías’ de la situación, el que proclamaba urbi et orbe que ya habían tomado más de ochenta decisiones en beneficio del pueblo andaluz y se quedaba tan pancho. Bien se encargaba de promoverlo en las redes el propio Pablo Casado quien calculaba el 17 de marzo los cien días de  gobierno cuando realmente iban por la mitad.

 

 

En el día a día del gobierno bipartito de la derecha en Andalucía se percibe que no todo es felicidad y buen rollito entre ellos.  En buena medida el pegamento entre PP y Cs lo suele estropear las propuestas de quienes hablan de ‘buscadores de huesos’, diputados que recuerdan el discurso de aquella Fuerza Nueva del notario Piñar recién enterrado Franco.

Se les nota, especialmente a los naranjitos, cierto complejo por haber llegado a donde han llegado, gracias a los doce votos de los ultramontanos del juez Serrano y el cowboy Abascal. De ahí que aún no hayan roto formalmente el cordón umbilical que, durante tres años largos, les unió al socialismo de Susana Díaz.

 

Por eso reniegan una y mil veces de las locuras de una extrema derecha  a la que se le hace demasiado caso promocionándola. Con propuestas inasumibles para cualquier demócrata que se precie.

 

Sapos y culebras que a Juanma Moreno Bonilla y al PP andaluz, con solo 26 escaños de 109, no les queda más remedio que tragar.

Pero de las ochenta medidas que (‘Gaspar’) Bendodo presume de haber puesto en marcha en un plis plas, ninguna digna de mención encaminada a destapar de verdad los niveles de corrupción en una administración socialista de 35 años que, recordemos, además de lo sucedido con los Eres fraudulentos (ojo a esa sentencia que la están peinando en la Audiencia) han permitido que su sindicato hermano, la UGT, desvíe presuntamente la friolera de 41 millones de euros públicos de los cursos de formación, una investigación judicial que, curiosa y casualmente se reactiva una vez el PSOE pierde el poder.

 

La consejera de Empleo y el Comando Anticorrupción

 

Ha resultado esperpéntico lo sucedido con el fichaje de dos funcionarios anticorrupción para el gabinete de la consejera de Empleo (también de Ciudadanos) y ver como los despedían a las pocas semanas de empezar a levantar alfombras, veinte días exactos han durado, sin que nadie haya explicado el motivo del cese, salvo algún exabrupto de Juan Marín en forma de extraño desmentido tanto del nombramiento como del cese.

Comentario de Eduardo Maestre, activista anticorrupción, amigo de Barreda y Escribano,  a propósito del cese de ambos en la Consejería de Empleo del bipartito.

 

Todo apunta a que los funcionarios Luis Escribano y Antonio Barreda han encontrado demasiadas cosas sucias y graves en muy poco tiempo. Están escandalizados, cuentan en privado. Cosas especialmente incómodas, no solo para el PSOE andaluz, parece que también para el PP y para Ciudadanos, cómplice  político durante tres años largos de lo que hacía el gobierno de Susana Díaz  al que nunca denunciaron.

La comprometida comisión parlamentaria para investigar la FAFFE que se reinicia esta tarde por segunda vez tiene pinta de quedar nuevamente en agua de borrajas. Aunque parece que ya se sabe incluso la lista  casi completa de los puteros del Don Ángelo. Pero no se hará pública.

Digan lo que digan quienes hoy usan a su antojo Canal Sur para vender el supuesto cambio para que todo siga igual, desde la calle, la gente, no está visualizando el cambio que se esperaba y que anunciaban a bombo y platillo como aquello de eliminar el impuesto de sucesiones.

Ni siquiera han logrado convencer a la gente de la supuesta veracidad del falseamiento de las listas de espera sanitarias por parte de la administración socialista. Han bastado tres bocinazos y cuatro desmentidos del PSOE para que algo tan grave como falsificar las estadísticas de la antigua joya de la corona, haya pasado en pocos días a un segundo plano irrelevante. Otro tanto ha sucedido con el mal uso de los fondos europeos, devueltos según el gobierno Bonilla sin que la Junta haya tenido capacidad para gastarlos. El gobierno empieza a no convencer, a no ser creíble.

Aseveraciones y denuncias que han quedado diluidas en la falta de credibilidad del bipartito y, sobre todo, en la pésima política de comunicación que ha puesto en marcha. Han fichado a un ramillete de buenos periodistas que eran eso, buenos reporteros levantando alfombras de corrupción socialista desde los medios de la derecha, pero que a la hora de  ejecutar una política de comunicación del gobierno están demostrando no estar ni bien dirigidos ni a la altura de lo que demanda un gobierno de presume de transparente sin lograrlo. Como se les pregunte por algún tema conflictivo o sensible, algunos jefes de prensa desaparecen y ni siquiera contestan a las llamadas. Todo sigue igual o peor que antes por los engaños, gatopardismo en estado puro.

 

Continuismo en la RTVA o más de lo mismo.

 

Ni siquiera en la RTVA habrá cambio dado que ambos partidos han decidido apostar para la Dirección General por la que viene siendo desde hace años mano derecha de Joaquín Durán, la gerente Carmen Estero.

Se trata de la persona que mejor que nadie conoce las tripas económicas de la radio y la tele pública andaluza. Y, sobre todo, conoce a quienes se ha hecho de oro en estos años gracias a las millonarias producciones sistemáticamente adjudicadas y que han dejado la audiencia del canal en un ridículo 9% de share. Pagos que lógicamente habrán sido fiscalizados por la flamante candidata.

En este tema de la tele y la radio pública es Ciudadanos, Juan Marín el que lleva la voz cantante en tanto que el PP, no conviene olvidarlo, ha sido corresponsable junto al PSOE de lo que durante estos últimos años ha sucedido – lo poco bueno y lo mucho malo- en la RTVA.

Socialistas y populares son, por tanto, los primeros interesados en que no se levanten las alfombras y se investiguen, un poner, la cantidad de ‘cabezas calientes’ que se podrían haber comprado en treinta años en vez de alquilarlas permanentemente. Y es solo un ejemplo del despilfarro económico que, en teoría, controlaba la señora que ahora quieren poner como primera ejecutiva de la casa.

El vistazo a los primeros dos meses del gobierno del cambio, a la vista de todo esto, nos deja sobre todo la impresión de una gran farsa montada en un exceso de novelería. ¡Habían tantas ganas de echar a Susana Díaz y a sus mariachis! También de una gran debilidad que atenaza al PP, pese a tener la presidencia de la Junta con todo lo que implica estar sentado en el sillón de San Telmo y mandar en el Boja.

El PP de Moreno Bonilla no está débil solamente por disponer de algo más de dos docenas de escaños en el Parlamento de Andalucía, menos que cuando presidía Gabino Puche AP. Está débil porque el propio Pablo Casado se ha encargado de que así lo veamos todos, tras asistir a unas primarias donde los populares andaluces apostaban mayoritariamente por SSS frente a Cospedal y Casado.

Basta con mirar las listas que desde Génova 13 le han impuesto al PP andaluz para constatar que Bonilla manda menos de lo que debiera en su partido, a pesar de ser Presidente de la Junta.

Pablo Casado y su número dos, Teo, con sus decisiones han conseguido encabritar a la militancia del PP en Andalucía y ya veremos a cuantos electores.

Han hecho lo mismo que hizo Susana con las listas de su partido el 2D, prescindir del sanchismo que optó por quedarse en casa. Y pasó lo que pasó.

 

Pero en el PP es mucho más grave la operación

 

Porque, además de las florituras de imponer a un periodista joven y simpático en Málaga, otro periodista en Granada donde nació, pero no creció, a un gitano evangelista en Huelva en el puesto de Fátima Báñez, a un adicto a los viajes de gañote en Almería, a una perfecta desconocida para la política del PP en Jaén e incluso algún apellido que saldrá a relucir en la Operación Poniente, han demostrado escasísima sensibilidad largando a su casa al veterano Gabino Puche sin ni siquiera haberle dado las gracias por los servicios prestados. Mientras, Arenas, Zoido o Teófila, anteriores presidentes del PP andaluz, ha quedado colocados y bien remunerados, a Puche lo han mandado a su casa. Será porque Jaén no tiene puerto.

Pablo Casado se ha confundido en Andalucía exaltando la amistad para confeccionar sus listas del 28A. Todo ello en vez de valorar a quienes a pie de tajo y en contacto con los problemas y la gente se habían hecho acreedores de ir al congreso, al senado o intentar ser alcalde o concejal de su pueblo.

Una actitud cortijera, muy parecida a la de Pedro Sánchez y que antes practicó Susana Díaz – claro que ambos gobernando – actitudes que logran día a día que la gente se aleje más y más de los partidos. «Total si al final, promocionan a los no afiliados» piensa más de uno.

Un destacado militante del PP andaluz, quejoso y pesimista ante todo lo que está ocurriendo en su partido, vaticinaba el otro día lo que a su juicio puede suceder en cuanto pase el actual calendario electoral: “Que en el PP nos demos un batacazo de aupa, peor o similar que al de Juanma en las andaluzas. Que Pedro Sánchez gane sin despeinarse; que los de Vox nos quiten más votos y escaños de los previstos. Que Sánchez sin mayoría pueda formar gobierno con Ciudadanos y que como gesto nombre a Susana ministra de algo para dejar expedita en Andalucía la posibilidad de un nuevo gobierno de la Junta, presidido esta vez por Juan Marín y apoyado por el PSOE-A. Y nosotros, el PP, a tomar viento y a chupar otra vez banquillo en la oposición treinta años más. Apunta esa hipótesis que no es ninguna tontería”.

Tomemos nota, que diría Susana.