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El palo y la zanahoria

Ahora este gobierno tiene que resolver y gestionar como mejor pueda y sepa y aquí se les está viendo el plumero.

 

En todos los gobiernos, como en otros muchos aspectos de la vida, suele haber un reparto de papeles entre unos y otros. Normalmente en los papeles de los gobiernos suele haber “policía bueno” versus “policía malo”. Uno pone la cara amable del gobierno, normalmente el Presidente, y el otro se encarga de dar palos a diestro y a siniestro.

 

Tenemos el ejemplo de Felipe González y Alfonso guerra, de José María Aznar y Francisco Álvarez Cascos, etc. Y aquí en Andalucía se ha implantado ese reparto de papeles entre el presidente Moreno Bonilla, que pretende dar la cara amable (de una política nefasta), y su socio Juan Marín, que no hace más que intentar vapulear a todo lo que se menea, y especialmente, al Gobierno de la nación. No le importa para ello caer en contradicciones y en el ridículo más absoluto; es su papel y lo hace perfectamente.

 

Si mientras uno estaba recluido, como todos los andaluces, temeroso de la Covid-19 y sus consecuencias, el otro se dedicaba a obsequiarnos (?) con recetas de torrijas, en un ejercicio de banalización e irresponsabilidad tremendos, propio de un Bolsonaro, esto era un aperitivo, pues después los palos han ido a más. Le hemos oído decir al ciudadano Marín de todo, sin ninguno límite, sin ningún pudor, sin ningún rigor, sin la más mínima coherencia. Eso es lo de menos.

 

Pero todo se pone ahora del revés y más claramente de manifiesto cuando la Junta de Andalucía ha asumido plenamente toda la responsabilidad en la gestión de la Covid-19 en nuestro territorio(¿realmente lo querían?). Ya no tiene adversario político institucional a quien echarle la culpa, por cierto, la inmensa mayoría de las cuales eran responsabilidad del propio gobierno andaluz. Ahora este gobierno tiene que resolver y gestionar como mejor puedas y sepas y aquí se les está viendo el plumero.

 

Vaya aquí un pequeño resúmen de algunas de sus genialidades, un brevísimo catálogo de tonterías e inconsistencias dichas por el señor Marin en las últimas fechas:

  • «Hay instrucciones sobre la desescalada muy confusas, que a veces ni nuestros servicios técnicos saben interpretar».
  • «Pedro Sánchez no merece la prolongación pero los andaluces la necesitan».
  • «Pedro Sánchez tiene que saber que el estado de alarma no va a durar mucho más».
  • «Es la última prórroga, porque no nos fiamos».
  • El vicepresidente de Andalucía, Juan Marín, recrimina al Gobierno que solo les haya ingresado 3 millones de los 91 comprometidos para contener la crisis.
  • «Somos críticos cuando se ve que es un gobierno que está improvisando de forma permanente y que trata a unas comunidades autónomas de forma diferente a otras, como está sucediendo, por ejemplo, con el tema de los ERTE en el sector turístico».
  • «El turismo ha muerto». La frase es de Juan Marín, consejero de Turismo y vicepresidente de la Junta, que reaccionó así al anuncio del Gobierno central de imponer una cuarentena de 14 días a todos aquel que llegara a España. De este escenario se ha cumplido ahora un mes y, justo cuando empiezan a llegar viajeros extranjeros a Mallorca, Juan Marín ha calificado de «error» abrir las fronteras «sin ningún control sanitario».
  • Juan Marín: de criticar la cuarentena turística a quejarse por la apertura de fronteras
  • Juan Marín: «El Gobierno pidió que pusieran el menor número de fallecidos».

Pero de lo que no se da cuenta este ciudadano Marin es de que, además de caer en contradicciones con la nueva orientación del partido al que pertenece, esta estrategia dual solo va a beneficiar a la larga al presidente Moreno Bonilla ( la zanahoria ) y a su partido, y Ciudadanos (el palo) en Andalucía volverá a caer en la mayor de las irrelevancias. Lo veremos.