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El ‘sarpaso’ granadino

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Pepe Torrente

Lo de Ciudadanos contra el PP en Granada, Mijas y lo que te rondaré JuanMa Moreno, más que un sorpasso de la naranja a la gaviota, es un sarpaso del PSOE al centro derecha. Han puesto en práctica aquella locución del César: divide et impera. Y en eso están los progresistas con Susana Díaz. Conquistada la plaza nazarí, la atención está ahora puesta en Almería, Málaga y Jaén. Se ha abierto el desmarque, nada es descartable.

Pero los socialistas ahí siguen, con sus cursos de formación investigados en comisión parlamentaria. Si, comisión de investigación en el Parlamento. ¿Lo duda? No se ría, por favor, querido lector, que cuando el Parlamento investiga corruptelas del PSOE, la cosa es seria. Tan seria que ni hablan los testigos del partido citados en su turno. Ni mú, oiga. Eso es investigación y colaboración. Transparencia lo llaman.

Y mientras los Ere´s cumpliendo años, haciéndose viejos de tanto esperar su turno, sin que Juan Marín saque la corneta y toque a rebato. Su instrumento musical es un violín con el que deleitar a Susana cada mañana. Así están, que gracias a los plazos están siendo excomulgados del Derecho Penal, Civil, Canónico y cuasi también del militar. Esa prescripción es el arma de exculpación masiva más a mano que pilla al régimen coetáneo andaluz de Susana, Griñán, Zarrías y Chaves. A esa asunción es a la que dedican sus rezos cotidianos, el zángano trámite y la huida administrativa que haga posible su advenimiento.

Eso tiene remedio, justo cuando empiece el tiempo nuevo electoral. Pero a ese es a quien dedican este trabajo previo de preparación mediante el achique del rival. Quitadle lo que tienen, que así serán menos, se oye por los pasillos gritar. La coyuntura actual facilita, promueve y les hace bueno para sus intereses propios que PP con C´s se repartan el pastel electoral que antes sólo saboreaba el primero. A los socialistas les interesa que se divida la potencia del  centro derecha, por cuyos votos pugna sin denuedo y sin recato alguno la menos izquierdista Susana Díaz, que tanto se pone la bata de cola y la rosa en el pelo azuzada, con la misma gracia que se agarra a la pancarta del uno de mayo, o del ocho de marzo. Roja, decente y de Triana.

De ahí el atrevimiento, la osadía, esa locura de someterse a un gobierno municipal como el de Granada con tan sólo 7 concejales y un alcalde, expuestos a ser hervidos lentamente por Luis Salvador, pero, de paso, provocar el achique del PP que tantas derrotas les lleva infringidas en Granada. Echar al PP. Tres palabras y un único programa.

El juego político está siendo desconsiderado con aquellos a los que debe servir. Bastante atribulador además. Y se olvida de gobernar mejor por tal de ser el propio quien gobierne.  Gobierne como gobierne. Pero, viendo el éxito de los equipos de fútbol españoles en Europa, la bajada importante del paro, y la subida significativa de cotizantes a la Seguridad Social, a pesar de tener un gobierno en funciones, igual la aplicación electoral más visitada y votada podría ser aquella que dijera: nosotros no queremos un gobierno que gobierne. Propondremos un Gobierno constantemente en funciones.