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Gabinetes de prensa, imagen, propaganda y… silencios

Gabinetes de Comunicación, un instrumento al servicio del político de turno pagado por los contribuyentes.

 

Para adecuarnos al lenguaje del Siglo XXI será mejor llamarles ‘Gabinetes de Comunicación’. De comunicación a secas, también de imagen, de propaganda y de silencios cómplices porque la línea que separa una cosa de las otras es tremendamente fina y muchos la transitan con gran facilidad.

 

Son departamentos fundamentales hoy en día para la supervivencia de un político o un empresario, aunque estos últimos inviertan mucho más dinero en la materia ya que sus líneas de comunicación se basan, muchas veces, en que no se hable de ellos. No ser noticia, sobre todo si es mala. Según para quien, no salir ni para bien ni para mal en la prensa, le cuesta un dineral cada año. Sigan con atención la crisis del BBVA y Villarejo y verán la pestilente manipulación que ha existido en el mundo de la comunicación española en estas décadas pasadas y sálvese quien pueda.

 

El político, sin embargo, debe y quiere aparecer a diario en los medios quedando siempre a ser posible como divino de la muerte. Ese es su talón de Aquiles. La actual presidenta de Madrid, la periodista Díaz Ayuso, empezó llevándole la cuenta en Twitter al perro de Esperanza Aguirre, Pecas, y miren a donde ha llegado la chica. El periodista Pepe Fiscal empezó con los temas de comunicacion institucional en Huelva, llegó a Consejero de Medio Ambiente y hoy es Portavoz Parlamentario del PSOE.

 

Los periodistas, los primeros en salir de la Junta de Bonilla

El gobierno de la derecha en Andalucía, nada más llegar, relevó al plantel de periodistas que desde hacía años trabajaban, sin color político aparente en muchos de ellos, para la administración socialista en la Junta. Ahí saltó, tarde, mal y de forma poco convincente, la Asociación de la Prensa de Sevilla (APS) poniendo el grito en el cielo porque a los compañeros no les habían hecho fijos los recién llegados de la derecha en la administración pública tras muchos años en los mismos puestos. Puestos de confianza socialista, que todo habrá que decirlo y que no quiere decir que no sean buenos profesionales la mayoría. Protestó tarde la APS y la organización profesional acabó enseñando sus propias vergüenzas porque todo el mundo preguntó mirando a su presidente, oiga ¿y por qué Uds. no presionaron en serio a Susana Díaz y al PSOE mucho antes, dado el buen rollito existente entre ella y la APS y así haber regularizado la situación de profesionales condenados hoy al paro? Tiempo más que suficiente habían tenido Susana Díaz y Rafa Rodríguez para hablar, entre tantos premios periodísticos entregados a la limón, jornadas sobre la información buena y mala y tantos cocteles compartidos.

 

Políticos premiando a periodistas

 

Por cierto, aquí en Andalucía se prodiga demasiado eso de políticos que premian con dinero público a periodistas. El “Premio Andalucía de periodismo” es un mix donde la Junta pone el dinero de los premios anuales y controla o pone a quienes deciden a quiénes se premia.

 

A ver si Elías Bendodo es capaz de externalizar de una vez el premio y dejar en manos profesionales (no políticas ni politizadas) la elección de esos galardones anuales, sin presiones, sin compromisos políticos o amaños de dudosa ética o estética. Ganará el premio en prestigio y sin duda dignificará la profesión. Tan sensible y preocupado como está el Colegio de Periodistas de Andalucía por un despido en el Ayuntamiento de Guadix, también debiera buscar hueco para pedir que la profesión recupere las riendas de un premio, teóricamente el más importante y con el nombre Andalucía, donde hasta ahora se ha venido dando “entre col y col, lechuga”.

 

Periodistas de raza en gabinetes de funcionarios

Llegó el bipartito PP, Cs y antes que meterle mano a la RTVA, como hizo el PSOE nada más ganar la moción de censura en la RTVE, optó por armar su aparato de comunicación y propaganda en la propia administración. Sus gabinetes de prensa…e imagen. Y un día tras otro nos fuimos enterando que el PP y Cs fichaban a un gran plantel de periodistas con probada eficacia en las redacciones que habían pisado con anterioridad, pasando algunos por el paro. Periodistas de Sevilla y Málaga, fundamentalmente. Había una particularidad, un denominador común que los unía a casi todos y todas, el haber publicado notables trabajos contra la corrupción socialista en las últimas décadas. (También contra las corrupciones del PP, pero menos).  Junto a ellos llegaron además periodistas curtidos en los gabinetes de los partidos vencedores, otra visión de la jugada donde se suele primar al líder por encima del interés general. Un verdadero giro en la tortilla mediática de la Junta. Dados algunos CV llegamos a creer, ingenuos, que por fin  había triunfado la transparencia informativa en la Junta de Andalucía.

 

Miembros destacados de aquella redacción de El Mundo de Andalucía, dirigida por Paco Rosell y posteriormente por Rafa Porras, ocupan hoy puestos relevantes en la comunicación institucional autonómica. Sebastián Torres, firmante de decenas de investigaciones exclusivas sobre corrupción socialista en El Mundo, es hoy el máximo responsable del aparato de comunicación del Gobierno Bonilla. También hay periodistas procedentes del Abc, La Razón, Sur y otros medios y casi todos están cortados por el mismo patrón. Han demostrado su eficacia profesional a pie de tajo y ahora tienen que justificar el sueldo público que cobran facilitando la labor a quienes seguimos levantando acta de lo que sucede aquí o allí, les guste más o menos lo que preguntemos.

 

Las crisis con la hermana de Bonilla y la listeriosis

 

Llegados a este punto la pregunta es, ¿le basta a la administración Bonilla solo contar con un buen plantel de periodistas, más o menos de raza, para la comunicación institucional en situaciones de crisis como la vivida con el caso de la hermana del presidente o estos días con la listeriosis? Parece que eso no es suficiente, la maquinaria hay que saberla mover y no lo han hecho.

 

En el caso de la hermana del presidente, suceso ocurrido en un centro dependiente de la Junta en Málaga, tardó Moreno Bonilla varios días en reaccionar y cuando lo hizo fue para remachar la legalidad de la actuación de la Inspección de Málaga. Algo que, bien mirado, podría haberlo hecho la mañana que saltó el escándalo. Ciudadanos, competente en Educación, más callados que en misa. Unos y otros han dejado que sean los tribunales de Justicia quienes, más tarde que temprano, nos aclaren a la opinión pública la verdad del cuento del sucedido en el conservatorio malagueño con la plaza a la que concurría la hermana del Sr. Presidente.

 

En la crisis desatada por el brote de listeriosis es comprensible la evolución lenta e inquietante de la misma, anunciándose futuros afectados en cantidades no determinadas dado que la incubación de esta bacteria es muy prolongada. Mal asunto este en pleno mes de agosto, con mucho tapeo en los chiringuitos de playa, y donde se sirven a porrillo tapas de carne mechada precocinada similar a ‘La mechá’, marca de una empresa sevillana contaminada y que nunca antes se vio en otra igual.

 

Una alarma, convendrá reconocer, que si se generaliza podría hacer mucho daño a nuestra primera industria que es el Turismo, sobre todo en plena temporada. Es de suponer que este factor económico ha ayudado a atemperar la voz del gobierno. De momento una mujer de 90 años fallecida en Sevilla y 114 afectados registrados.

 

Se tardó en dar la voz de alarma y se ha improvisado después, critican desde la oposición socialista y el consejero de Salud Jesús Aguirre en respuesta permite que se publique que el laboratorio municipal de Sevilla tuvo un error y que tardó cuatro días en dar una respuesta confirmando el brote. De hecho, el PP lo ha convertido en su bandera para defenderse de las criticas socialistas.

 

Ni que decir tiene que el mencionado laboratorio depende políticamente del PSOE que gobierna el Ayuntamiento de Sevilla con Juan Espadas de alcalde.

 

 

¿Y si la listeriosis le hubiese tocado a Susana, qué habrían dicho los del PP? 

 

Lo que sí parece evidente es que el gobierno Bonilla no está muy proactivo en esta crisis de la listeriosis. Ha cumplido con los protocolos, sí, y se ha limitado a esperar la evolución de la alerta sanitaria, poco más se sabe que haya hecho. A este suceso hay que añadirle el especial peligro que supone su contagio en mujeres embarazadas, quince de las cuales están en observación y otra ha perdido al bebé que esperaba. La información que ha salido del gobierno sobre este asunto está siendo de perfil bajo, la justa. Siempre nos quedará la duda de qué hubiese sucedido con esta crisis sanitaria si hubiese sido Susana Díaz presidenta de la Junta. Por anteriores sucedidos sanitarios, era el PP el que bramaba contra la ineficacia socialista gestionado el SAS ante circunstancias parecidas o similares.

 

La consejería de Salud ha perdido una buena ocasión de demostrar que a la hora de la verdad se actúa con eficacia, rapidez y al mismo tiempo sensibilizando a la sociedad de la necesidad de exigir higiene en los locales de consumo. La listeriosis no es el único virus que podemos encontrar en cualquier barra de bar o cafetería, cabe reforzar la inspección sanitaria en locales de higiene poco cuidada. Viendo las guarrerias de cocinas que se ven en muchos sitios, uno reza para salir sin la compañía de la Sra. bacteria y se pregunta dónde se graduarán las gafas muchos de nuestros inspectores sanitarios.

 

 

Reconozco que para mis colegas nuevos en la Junta habrá resultado complejo cambiar el chip, sentarse al otro lado de la mesa a atender a amigos y compañeros de otro tiempo a los que les resultará muy difícil o imposible engañar. Pasar de fiscal a defensor tiene su punto paranoico que suele superarse con el tiempo, pero mientras transcurre las personas resultan irreconocibles y a veces insoportablemente estúpidas .

 

Se dé un caso relativamente reciente donde un periodista llama al responsable de prensa de una consejería al que solicita una declaración oficial sobre un asunto que iba a publicar. Ambos se conocen hace años y se respetan. El periodista institucional conoce perfectamente el asunto del que le habla quien le llama. Además, el periodista le envía la documentación a publicar para refrescar la memoria del consejero al que deberá consultar la respuesta oficial. Queda encargado de gestionar el asunto. No te preocupes, yo te lo miro y te digo. Hasta hoy. Ni una respuesta, ni siquiera a los wasaps posteriormente enviados y leídos. Silencio total. Creo que seguirá en el puesto.

 

Poco tiempo después se supo que al colega se le había ordenado que diera ‘aire’ al periodista, dado el delicado asunto a tratar y seguramente que, para evitar mentir, por vergüenza ajena, el periodista institucional optó por esconderse y no dar nunca más la cara. Silencios, también existen los gabinetes del silencio y por eso se cobra.

 

Post scriptum.-  Cuando se generaliza se fomenta la injusticia y no todos y todas los periodistas que han pasado por los gabinetes de la Junta han sido sumisos al poder político. Muchos se han alzado contra el mando político llevando hasta los tribunales la defensa de sus intereses. Conste pues, no todos son iguales.