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Gobierno carnavalesco

Si el Ejecutivo se presentara al concurso de agrupaciones carnavalescas en el Falla seguramente obtendría premio.

 

La Lola se va a los puertos (fiscales) y el Gobierno se mimetiza de agrupación carnavalesca. No hay semana sin que el sanchismo nos deleite con nuevas cuchufletas. Si el Ejecutivo se presentara al concurso de agrupaciones carnavalescas, en el Gran Teatro Falla ―menos mal que siempre nos quedará la magia de Cádiz―, seguramente obtendría premio; bien en la modalidad de chirigotas o bien en la de comparsas.

 

Chirigota desternillante es la escenificada por el prepotente ministro Ábalos. Éste se reunió con la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez, en el aeropuerto de Barajas, en la madrugada del 19 a 20 de enero pasado. Nada que resaltar si no fuera porque la vice, sancionada por la UE por vulneración de derechos humanos, tiene prohibido transitar por suelo comunitario. Descubierto el pastel, y tras n+1 versiones sucesivas del hecho, Ábalos hubo de confesar que estuvo con ella en la sala VIP del aeropuerto. Por tanto, no solo mintió reiteradamente, sino también se pasó las sanciones por el arco del triunfo. Su intervención presuntamente impidió que la policía cumpliera con su obligación de detenerla y expulsarla inmediatamente del territorio español. La comparsa de la ministra portavoz, Montero, puso la música de fondo del hilarante relato, afirmando que la vice bolivariana no pisó suelo español porque “no pasó control policial”. Definitivamente, esta mujer está haciendo académica incluso a su antecesora la ministra Celaá.

 

Se anuncia otra escena carnavalesca: la negociación de Sánchez con Torra, en Barcelona, el 6 de febrero. Parece que Sánchez ha convertido la negociación de medio, en fin. Además, tras anunciar Torra que convocará elecciones tras la aprobación del presupuesto, nueva inversión: los presupuestos se aprueban para seguir, no para cortar una legislatura. ¿Y qué hay que negociar con el achicharrado okupa catalán, cuando éste vocea que solo quiere hablar de independencia y referéndum de autodeterminación? ¿Por qué darle oxígeno? Sánchez, cuya autoridad está ya por los suelos, debería explicarlo.

 

La guinda del esperpento ha venido de la manida “mesa del diálogo”. Primero, Moncloa anunció que se constituiría después de las elecciones catalanas. Vaya, por fin algo serio; porque no tenía sentido reunirse antes de unas elecciones que podrían trastocar la relación de fuerzas en Cataluña. Pero, poco después, Sánchez se desdecía, tras leerle la cartilla Junqueras, a través de su mensajero Rufián. Qué bajada presidencial de pantalones.

 

Reír por no llorar. Se esperaba que un Gobierno titular y no en funciones, al menos traería estabilidad a la gobernanza de España. Pues no. Tampoco. Estamos peor que antes. Tenemos un Gobierno carnavalesco prisionero de un preso convicto.