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Gonzalo Boye

Un profesional de la abogacía con el código ético estricto vigente hoy en España.

Mi análisis jurídico, político y de convivencia ciudadana sobre lo que está aportando la presencia, la estrategia y la sabiduría y facundia del letrado Gonzalo Boye, del ICA de Madrid, por si algún ajado lo olvida, desde que se hizo cargo del asesoramiento legal de Carles Puigdemont, me ha llevado a las siguientes conclusiones que me parecen alentadoras en el marasmo decisorio en que se ha empantanado la búsqueda de soluciones a la crisis de Cataluña con el Estado. Así pues:

 

1/ El letrado Boye no habla fuera de las salas de justicia y fuera de los escritos procesales precisos. No interviene en ruedas de prensa. No sale en las revistas amarillas. Les dice a los juzgadores de países europeos y a los españoles, lo que el derecho de defensa de su mandante y la igualdad de armas le exige en cada momento. Un profesional de la abogacía con el código ético estricto vigente hoy en España.

 

2/ En Bruselas en primera y segunda instancia, Alemania ante el tribunal superior del land donde detuvieron a su defendido, el Tribunal General y el Tribunal de Justicia, ambos de la Unión Europea, y ahora la Corte de Córcega donde se ha ventilado la posible detención y extradición del mismo para ser juzgado por el Tribunal Suprema español, ha podido verse al letrado Boye manejar estrictos argumentos legales de cada país y de la legislación y jurisprudencia de los tribunales de la Unión, sin más aditamentos políticos, demagógicos o no. Solo leyes aplicables. Solo sabiduría jurídica y procesal.

 

3/ Otro tanto es cierto si se estudian, cosa casi imposible de encontrar entre periodistas y tertulianos y, menos aún entre electos institucionales democráticos, los numerosos escritos procesales dirigidos a la Sala Segunda del TS y al magistrado instructor. Recomiendo leerse despacio, por ejemplo, el voluminoso y detallado argumentario sobre cuestiones perjudiciales presentado hace unos meses en relación con el procedimiento ante el TJUE.

 

4/ No obstante la aportación más decisiva del trabajo y actitud de Gonzalo Boye en todos estos procedimientos es la aceptación de las reglas de juego, el dominio técnico y preciso de las normas procesales, el respeto no humillado a los Tribunales de justicia, lo cual en medio de las furibundas y desaforadas invitaciones a romper la baraja por parte de políticos y ciudadanos con responsabilidades públicas tanto el territorio catalán como en los del resto del Estado, incluido el Congreso y sin olvidar el Senado, es un doctorado de altos estudios políticos que hay que agradecerle decidida y denodadamente.

 

5/ El antiguo conseller Comín, hijo de un valiente intelectual y político que influyó a mucha juventud de sus años de actividad, incluso religiosa, ha expresado hace unos días que era imposible sentarse a negociar si no se respetaban las reglas. Bien, eso se debe, y mucho, a la paciencia y buen hacer jurídico de este letrado al que necios obtusos incapaces de despejar sus neuronas de palabras hueras no cejan en desprestigiar una y otra vez.

 

6/ La conclusión es que los partidarios y seguidores de Puigdemont deben entender que Europa son reglas, directivas, reglamentos, jurisprudencia, decisiones judiciales a respetar. Y que no hay otro camino para llegar a donde se quiera ir dentro de ella que respetar las reglas y seguir los procesos y cumplir las decisiones de la negociacion. Ya sería un logro de Boye que eso calara por encima de gritos, manís, y jugadas para seguir conservando puestos bien pagados en las administraciones públicas cuyas normas se quieren hacer cumplir a los ciudadanos del común, también a los jóvenes de los botellones, con escaso éxito por cierto.

 

Digo, ademas, que la actividad letrada de Boye llega a inmigrantes, muertos y vivos, en lugares muy alejados de Bruselas, Alemania y Córcega, donde los abogados no percibimos honorarios sino que sólo recibimos quebraderos de cabeza y horas de trabajo.