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Jueces en Interior

Si presidente del gobierno llegaras a ser en esta España plural, deja a los jueces juzgar y no los interiorices.

 

Algo tendrá el agua cuando la bendicen. El señor Rajoy presidente del gobierno de España eligió al juez Zoido como ministro del Interior. El señor Sánchez presidente, actual, del gobierno de España eligió al juez Grande Marlasca como ministro del Interior. Elección del PP, juez del PP. Elección FRANKESTEIN, juez del PP vestido de marinerito PSOE.

Cualquier abogado que pasee las oficinas judiciales de alta cama o de baja cuna de España, sabe que los jueces nunca son capaces de reconocer que se equivocan. Jueces y abogados, en estrados, ilustrísimos son y ambos en el mismo plano son necesarios para poder celebrar un juicio. Con una diferencia señalada por un magistrado escribidor: los abogados proponen y el juez dispone.

Eso ocurre cuando un juez se convierte en ministro de Interior. Zoido mandó a sus agentes a impedir votar en Cataluña en 2017 en un referéndum. Eran antidisturbios del operativo organizado y mandado por el ministerio. Ahora 50 de ellos juzgados van a ser por su firma de impedir a los ciudadanos votar. Zoido de testigo fue ante siete jueces a la vez y declaró muy valiente que los policías a sus órdenes no actuaban así por las órdenes de él sino del “operativo” que ningún juez en estrados sabía quién era ni que puñetas pintaba en la deriva mental del juez que testificaba.

Vuelve a ocurrir con Marlaska, también juez y ministro de Interior del gobierno Frankestein. Manda guardias civiles en la fiesta de san Juan a apalear negros que intentan llegar a España cuál ucranios africanos a quienes no se quiere aceptar porque Biden calla ya y se viene a Rota con aval del acuerdo que firmara don Francisco el general . A los heridos y un muerto en territorio español se les niega el socorro de emergencia y se les entrega a los guardias del sultán para que morir les dejen al sol que calienta ya.

El juez Marlaska y sus guardias que devuelven en caliente negros que vienen y van, se quedó en Algeciras a un súbdito del sultán que se coló ilegalmente cual los negros de Nador, dejándolo deambular sin devolverlo en el barco por do vino de la mar. El ilegal residente tuvo tiempo de matar un sacristán. Y el ministro ha dicho con desparpajo que Marruecos no aceptaba recibir al tal sujeto, pues no querían que matara un imán.

Moraleja: si presidente del gobierno llegaras a ser en esta España plural, deja a los jueces juzgar y no los interiorices. Está prohibido, como en los trenes de WAGONS LITS, asomarse al Interior.