La bestia del Apocalipsis actúa en Gaza
El Estado de Israel surgió del imperialismo europeo justificado por siglos de realismo y antisemitismo violento o larvado.
Estados Unidos y Siria mantienen conversaciones discretas en Azerbaiyán, según medios israelíes, en las que se discute la entrada de Siria en los Acuerdos de Abraham. La cuestión palestina ha quedado fuera del discurso de El Sharaa, enfocado en reconstruir su propio país en ruinas. Qatar regaló estos días al presidente norteamericano un Boeing 747 de lujo. La monarquía catarí ha sido uno de los grandes benefactores de Hamas. Lo reconoció ayer Beniamín Netanyahu. Un informe publicado en medios israelíes afirma que el primer ministro recibió dos avisos por parte de la agencia de inteligencia interior, el Shin Bet, de que Qatar financiaba a la organización islamista ya en el 2019 y el 2020, y de que Netanyahu permitía las transferencias.
En el lejano 1937 y en el consejo de mando de la Haganah sionista, se apoyaba la política del gobierno de Hitler de facilitar la migración de judíos alemanes a Palestina, y que se hiciera en la mayor medida posible, porque esa política, según la Haganah aumentaría el peso y la fuerza de los judíos en Palestina. Con el tiempo, sostenían, habría más judíos que árabes y, en ese momento los judíos se harían con el país. En 1917 la Declaración Balfour manifestó el apoyo de Gran Bretaña al establecimiento de un hogar judío en Palestina, haciendo coincidir el imaginario sionista ateo con las memorias veterotestamentarias del gran Israel que mantenían los ortodoxos religiosos. El Estado de Israel surgió del imperialismo europeo justificado por siglos de realismo y antisemitismo violento o larvado y por tanto está íntimamente relacionado con la historia nacional de los Estados Unidos, de Gran Bretaña, de Francia, de Alemania. Esa historia explica la pasividad occidental frente a lo que el ejercito y el gobierno de Netanyahu lleva acabo destruyendo la vida árabe en Palestina. Ese Estado, como democracia judía siempre ha sabido que los árabes palestinos eran una amenaza demográfica. Los nueve hijos dela pediatra árabe muertos anteayer en un bombardeo del ejército democrático israelí lo patentizan.
Importa no olvidar que mientras el consejo de mando de la Haganah esperaba de la aplicación de la política migratoria de Hitler un aumento de presencia judía en Palestina, Stalin llevaba unos años dejando morir de hambre a millones de ucranios. Unos cuatro millones según cálculos mas o menos imparciales dentro de las ideologías dominantes de la historia. Aistóteles puso nombre al momento en que un personaje, o una persona, descubre la verdad sobre un asunto: ANAGNÓRISIS. Afirmó que la tragedia condensa el tiempo y otorga visibilidad al reconocimiento de la verdad que sustenta un acontecer, o una problema, o una guerra. Eso es lo que está ocurriendo con las matanzas israelíes de Gaza y las expulsiones programadas para ocupar la tierra. Hemos visto en los noticiarios televisivos, los muertos, los militares, los bombardeos, los niños asesinados y las miradas hacia otro lado por meses y años de los primeros ministros,los parlamentos, los jefes de Estado, las organizaciones internacionales , los países que disponen de veto en el Consejo de Seguridad permitiendo esas matanzas y beneficiándose del uso y compra de armamento. Es la ANAGNÓRESIS, nuestra anagnóresis personal.
En su novela “Corazón blanco”, Javier Marías, recordado y echado de menos, escribió: “NO HE QUERIDO SABER, PERO HE SABIDO”: La pasividad de los garantes y poderosos países árabes y de los países no árabes, pero si creyentes en el Profeta, !bendito sea!, dejando morir masacrados a otros creyentes del Islam. Y la creciente normalización de sus relaciones con Israel, directamente, o través de la diplomacia norteamericana, es un hecho mostrenco de la forma en que Palestina ha sido abandonada a las manos del gobierno de Netanyahu y la ultraortodioxia judía. No hemos querido saber, pero sabemos. Las izquierdas europeas no han querido saber, pero saben. Y algunas de ellas mantienen gobiernos que han sostenido sus relaciones comerciales con Israel durante los meses de muerte en Gaza.Las palestinas al cuello son la purpura cardenalicia que no oculta el hecho de que el Jesus Galileo no querida vestimentas de separación y vanidad y poder. Hannah Arendt escribió en plena catástrofe nazi y estalinista:
“El sujeto ideal del dominio totalitario no es el nazi convencido ni el comunista convencido, sino las personas para quienes la distinción entre hecho y ficción, y la distinción entre lo verdadero y lo falso ya no existen”.
No hemos querido saber pero sabemos. Los palestinos están condenados a muerte o a abandonar sus tierras e ir a los lugares programados por los Estados que respaldaron la declaración Balfour y desean construir un paraíso mediterráneo en las tierras en que Dalila le cortó la melena a Sansón y donde los turistas ademas de tomar el sol sin vistas desagradables podrán visitar Los Santos Lugares ahora en manos de ortodoxos judíos y de los franciscanos de la Custodia. Una de las diferencias más profundas entre los militantes armados de Hamas y Hezbolá y los soldados israelíes de Netanyahu es que los primeros se proclaman convencidos de ir de mártires al paraíso con huries de las “Mil y una noches” pues esperan que Allah, el Clemente, el Misericordioso, les bendiga por matar enemigos y los israelíes sionistas que abandonaron la fe de Moisés hace años y no son religiosos y no esperan bendiciones divinas por matar sino planes operativos para lograr como deseaba la Haganah en 1937 tomar la tierra de Palestina bajo su mano y política única. Eso es lo que Aristóteles y Javier Marias nos han puesto delante. La Bestia del Apocalipsis, el símbolo de todo poder que se opone a Dios y a sus mandamientos en todo el mundo, a través de los siglos actúa en Gaza desde Tel Aviv con pasaportes de Washington, Londres, Paris, Bonn y aviones regalados desde la Arabia de Lawrence y Allenbi, con un laissez faire que es también un laissez passer.