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La justicia es un cachondeo

Parece ser ¡y tiene toda la pinta! que la sentencia se dicta en función del signo político de los acusados.

Hace algunas decenas de años el alcalde de Jerez Pedro Pacheco tuvo la osadía de decir que “la justicia es un cachondeo” lo que le trajo no sé si imputaciones o al menos una fuerte reprobación y el enfado del mundo judicial…

 Pues yo me la voy a jugar y vuelvo a afirmar que hoy la justicia es un auténtico cachondeo. Cuidado, no quiero generalizar ni referirme a todos y cada uno de los miles de jueces y juezas que son muy dignos y su labor muy encomiable, pero cuando altos representantes de un estamento llevan a cabo acciones francamente reprobables, no solo se desprestigian ellos sino que con ellos desprestigian a todo el estamento, el sector o la institución.

Para fundamentar mi afirmación me referiré sólo a dos hechos tan actuales como son la sentencia del caso de los Eres en Andalucía o el comportamiento del Consejo General del Poder Judicial.

En el primer caso, hemos podido leer decenas de afirmaciones contradictorias de reputados especialistas jurídicos que no solo recriminan la sentencia sino que perciben en ella indicios de prevaricación por lo que podrían ser imputados los propios jueces y lo que para mí es más grave: los mismos hechos que en esta sentencia se penan son impunes incluso siendo mucho más graves los hechos, en otras administraciones semejantes  y mereciendo la opinión jurídica contraria por parte de los jueces correspondientes. ¿Hace falta recordar la comparación con, por ejemplo, el gobierno de la comunidad de Madrid y la propia titular Esperanza Aguirre u otros gobiernos autonómicos o locales?. Sí aquello, tan conocido como manido, de que unos si “…debían de conocer y conocían sin duda los hechos…” por lo que se les acusaba y la otra “…no tenía porqué conocer los hechos…” por los que se le investigaba. Parece ser ¡y tiene toda la pinta! que la sentencia se dicta en función del signo político de los acusados. Y para más inri, después viene el propio debate político en el que se intenta equiparar, para blanquear, a casos claramente de corrupción y de beneficio personal ( los infinitos “Gürteles”…) o, por ejemplo, el Presidente de la Junta de Andalucía utiliza la sentencia para reprochar a los ya condenados por algo que él mismo viene haciendo como es seguir pagando los Eres, que si tan nefastos y prevaricadores eran esos gastos cómo es que los mantiene. Es más, ¿cómo es que no pide la devolución de las cantidades pagadas supuestamente a “contra derecho”?. 

Está claro que es una sentencia puramente política y sin base jurídica que la sustente.

Aún más grave si cabe es el comportamiento del Consejo General del Poder Judicial, que lleva cuatro años incumpliendo la Constitución, (¿a qué otro poder del Estado se le ocurriría prolongar su mandato caducado durante cuatro años, negándose incluso a ejercerlo en funciones y por tanto con una capacidad de decisión limitada?),. 

Pero es que ahora decide no cumplir una ley, con lo que el ejemplo que da ante la ciudadanía es impresentable y la arquitectura de la estructura judicial se viene totalmente abajo porque ¿con qué fuerza se nos va a pedir a los demás ciudadanos que confiemos en la justicia cuando su máxima institución no la respeta?. 

Decididamente estos hechos me lleva a reafirmarme en que esta justicia (y perdón por los muchos a los que no le debería de afectar) esta justicia es un cachondeo y con ello se pone en grave peligro el sistema democrático que con tanto esfuerzo nos hemos dado todos los españoles.

¿Hasta cuándo nos van a tener así y quién le va a exigir cuentas/responsabilidades a los propios miembros díscolos del Consejo General del Poder Judicial?