Lenguaje cifrado

 

_María Auxiliadora, me he apuntado a unos cursos “online” de negocios “startup”.

_¿Gratis?

_¡A ver! Gratis, cueste lo que cueste.

_¿Y esto del “startup”, qué es lo que es, niña?

_Eso es lo que toda la vida de Dios ha sido aquello de que el ojo del amo engorda al caballo. Vamos, de estar las veinticuatro horas del día pendiente del negocio.

_O sea, de estar tú to el día.

_Eso es.

_¿Y la pe del final qué significa?

_La pe es a perpetuidad.

_Ya, como la funeraria.

_No quería ponerme trágica, pero una cosa así. 

_¿Y por qué lo llaman ahora “startup”?

_Porque utilizan el lenguaje cifrado.

_¿De cifras?

_Y de letras.

_¡Ay, como el programa del televisor!

_Sí, pero no.

_Hija, qué lío.

_Mira, una cosa es el pueblo llano y otra, los mandatarios.

_¿Y esos no son llanos?

_No, esos tienen aristas.

_¡Jesús!

_¿No estuvo Pedro Sánchez 29 segundos con el Biden y luego nos contó que habían tenido una cumbre bilateral y que incluso se lo habían pasado bomba en “Can Deivi”?

_¿Deivi quién es?

_Esa casa es donde van a descansar los presidentes de los Estados Unidos y se llevan a los mandatarios con los que hacen más juntiña.

_¿O sea, que lo que vimos no era real?

_Era otra dimensión.

_Sería otra, porque yo lo que vi fue a una especie de robot con los ojos como brótolas buscando quien le quitara de encima al que le decía: “Dame algo”.

_¿Ves la diferencia entre el pueblo llano y los mandatarios?

_Pues no la veo.

_¿Para qué te crees tú que tienen a una portavoz del Gobierno?

_Vaya usted a saber.

_Para que nos traduzca al lenguaje del pueblo el lenguaje cifrado de los mandatarios.

 _Por eso la criatura habla tanto, ¿no?

_Es que la cosa tiene miga…

_¿Cuál de ellas, la del presidente, la de la portavoz, la de los magnánimos de la Iglesia, la de la remodelación del Gobierno, la del “startup”…?

_¿Cuál va a ser, niña? La del lenguaje cifrado.