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Luchas por el poder: cuestión de matices

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Benito Fernández*

En Sevilla, donde la Feria de Abril arranca con una portada horrorosa y un barrizal que recuerda más a las marismas de Doñana que al Real de Los Remedios, estamos viviendo unos días en los que los dos principales partidos del espectro poítico, PSOE y PP, andan tirándose los trastos a la cabeza y dando un espectáculo lamentable ante sus afiliados y sus posibles electores, claro está, salvando las diferencias entre lo que pretenden unos y a lo que aspiran otros, o mejor dicho, unas y otras. Y es que en estas luchas internas por el poder en los partidos políticos hay diversos matices que habría que aclarar para todos aquellos que no estén demasiado duchos en esta materia.

 

Por una parte tenemos a los socialistas y a su lideresa andaluza, Susana Díaz, que sigue con su cruzada a lo largo y ancho del territorio hispano para ganarle la partida a su íntimo enemigo, Pedro Sánchez, (ni Patxi López ni el resto de los posibles contendientes parecen pintar mucho en esta guerra a muerte) con el fin de hacerse con las riendas del PSOE. Hace tiempo que uno de los ex del partido más respetados en Andalucía, con altas responsabilidades tanto orgánicas como institucionales, me confesaba “sotto vocce” una frase que ya he publicado alguna vez en uno de estos artículos: “Desengáñate, Benito, afirmaba, si Susana decide pelear por la secretaría general del PSOE es porque está convencida que va a arrasar. Si tuviera alguna duda de su triunfo no se hubiese presentado. Tiene mucho que perder si no consigue su objetivo”.

 

Ocurre, sin embargo, que conforme pasa el tiempo y se acerca la fecha clave de las primarias, el día de la votación de los afiliados, a finales de este mes, la presidenta andaluza comienza a perder apoyos que hasta hace poco tenía asegurados y a ello están contribuyendo en cierta medida algunas figuras históricas del socialismo andaluz presentes en la famosa foto de la tortilla como es el caso de Carmen Hermosín. Aunque otros líderes históricos como Felipe González o Alfonso Guerra le han dado su apoyo, estas disensiones muestran que, a estas alturas de la película, no hay nada claro y no le convendría a Susana vender la piel del oso antes de haberlo cazado.

 

De todas formas parece claro que a Susana Díaz le quedan en su mano algunas bazas que pueden ser claves en estas primarias, entre otras el apoyo de la gran mayoría de los alcaldes, presidentes de diputaciones y aparatos oficialistas que, sin duda alguna, le proporcionarán no sólo los avales necesarios, sino también el voto de muchos militantes cuya subsistencia diaria depende de los actuales mandatarios. Es muy importante porque nadie juega con el pan de sus hijos por mucho que pese la ideología.

Mientras Susana lucha por hacerse con el control a nivel estatal del principal partido de la oposición, en la capital de Andalucía la lucha por el poder en el seno de los populares es simplemente por alcanzar una mínima cuota de mando y figureo.

 

Pero a lo que íbamos, a los matices entre los problemas internos del PSOE y los del PP. Mientras Susana lucha por hacerse con el control a nivel estatal del principal partido de la oposición, en la capital de Andalucía la lucha por el poder en el seno de los populares es simplemente por alcanzar una mínima cuota de mando y figureo. La crisis amenaza con dinamitar a un partido que ya dejó tocado del ala la pérdida de la Alcaldía por parte de Juan Ignacio Zoido y su posterior marcha al Ministerio del Interior. Zoido dejó a un agónico PP sevillano escindido en dos partes irreconciliables, los llamados oficialistas encabezados por el actual presidente provincial, Juan Bueno, y los renovadores o críticos que lidera Virginia Pérez.

 

El viernes se celebro una votación que acabó como el rosario de la Aurora. Las declaraciones públicas previas de Virginia Pérez poniendo a caldo a Bueno y prometiendo acabar cuanto antes con todos los miembros de la actual ejecutiva si consiguía la Presidencia ponen de manifiesto que se trata de una lucha a muerte. Pese a que Rajoy dio órdenes de pacificar el congreso y tanto Martínez Maillo como Cospedal han tratado de mediar en el conflicto, parece que nadie le ha hecho el mìnimo caso. Y el presidente regional, Juanma Moreno, cuya fuerza en Sevilla no parece ser mucha, ha sido incapaz de poner algo de cordura en este combate a muerte por controlar los restos del naufragio. Si a ello le sumamos las diversas denuncias de falsificación de militantes en varios pueblos de la provincia, el panorama no puede ser más desolador para un partido que tan sólo hace tres años ostentaba en Sevilla el mayor número de concejales de toda su historia. Ha ganado Virginia Pérez y ahora comenzará la caza y captura de los oficialistas en un partido que está dividido por la mitad. Menudo panorama le espera al PP.

 

A eso se le llama dilapidar una confianza que le otorgó mayoritariamente el pueblo sevillano. Y la culpa no es solo de los que se quedaron en la capital de Andalucía, sino sobretodo de los que se fueron a Madrid y de los que, desde Génova, permitieron el deterioro progresivo del inmenso capital de apoyos conseguido hace dos legislaturas. Todos conocemos sus nombres. Ambos empiezan por jota y sus apellido por el alfa y amoga del abacedario castellano y hasta no hace demasiado tiempo también ambos eran íntimos amigos. Ambos están en Madrid y manejan sus peones en Sevilla por control remoto. No es la primera vez que ocurre. Daba igual que ganase Juan Bueno o Virginia Pérez. Ganara quien ganara el único perdedor, al menos a corto y medio plazo, será el PP. Remedando a la canción del verano “¡¡¡Vaya, vaya, aquí sí hay playa!!!”

 

Lo dicho, todas las luchas por el poder siembran el campo de batalla de víctimas. Pero hay luchas que no merecen la pena librarse si los triunfos alcanzados son absolutamente pírricos. Veremos como acoge la militancia y sus electores este harakiri. Me temo que puede pasarle una cara factura mientras Juanma Moreno se va de Feria a las elitistas casetas que salen en las fotos del ABC. A eso se llama estar en la pomada.

*Benito Fernández es Periodista.

@maxurgavo