Mutación

 

_María del Carmen, ¿una mutación qué es?

_Un cambio, niña.

_¿Grande?

_Marlaska

_Pero ese hombre es más bien chico, ¿no?

_Un poquito mermado se le ve.

_En el Congreso, cuando habla la oposición, se encogen una mijita.

_Una mijita na más. Luego, ancha es Castilla.

_Una cosa te voy a decir, que la gente cuando crece, cambia.

_¿A meterse en política lo llamas tú crecer?

_Mujer, pues anda que no están subidos los políticos.

_Una cosa es subirse el sueldo y otra crecer.

_Pues a mí me gustaría ser político para hacer de mi capa un sayo.

_Tampoco te pases, que ser político tiene un peluseo.

_Nada más que en colocar a amigos…

_Eso tiene mérito.

_No dejar atrás a ningún amigo es de premio.

_Y ahora que tú le des a uno lo que quiere el otro…

_Eso tiene tela, niña.

_No me extraña que esa gente no duerma.

_¿Quiénes?

_Los del Gobierno.

_¿Y eso?

_Chiquilla, tomar esas decisiones te deja con insomnio.

_¿Pero eso no era si hacían juntiña con el Iglesias?

_También. Pero es que son muchas cosas.

_Si yo lo sé. Por ejemplo, que tú antes pensabas blanco y ahora piensas negro y además malmetiendo a lo grande.

_Marlaska.

_Mismamente.

_Pues eso deja para el arrastre a cualquiera.

_Si es a cualquiera, imagínate entonces a los políticos.

_Y luego para que muten.

_Las mutaciones te dejan tocao.

_Pero no te hunden.

_Para esta gente siempre hay un salvavidas. Si el “Titanic” hubiera estado lleno de políticos no se ahoga ni uno.

_Pues alguno tendrá que salir por la puerta.

_Sería lo suyo.

_No tengo yo ganas de que le den alguna utilidad a esa puerta.

_¿Que la cojan?

_¿También la puerta?

_Mujer, no la van a dejar ahí. A casa hasta una piedra.

_¡Hay que ver cómo está todo! Deseandito que venga un cambio…

_¿Una mutación?

_Grande.

_Marlaska.