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No todo es Ayuso y Sánchez

Le contestaba a Anninck Cojean en Cannes en 2010 en el estreno de Des hommes et des dieux, que la religión (católica) era una gran parte de su vida.

 

Michael Lonsdale, hijo de una francesa de la alta burgesia que se prendó locamente de un oficial de la Royal Navy, amigo de su marido, y tuvo un hijo (Michael) con él y con quien casó luego, nació en 1931 y conservó su britanica nacionalidad paterna y la francesa materna, con su bilingüismo   de ambas. Prisionero del regimen de Vichy en 1940, y cumpliendo su condena en el Norte de Africa francesa fue liberado en 1942, tras el desembarco aliado en la zona. Y se dedicó a ver decenas de peliculas americanas traidas por los aliados, Cinéfilo avaro de filmes, lector de teatro, novelas, clásicos y poetas. Se presentó tras la victoria en el Studio de Champs Elysées y gracias a Tania Balachova se dedicó al teatro y al cine en cuerpo y alma, expresando, como ha dicho en entrevistas de prensa, los más bellos sentimientos y los más abyectos y violentos a pesar de creerse incapaz.  Ha sido dirigido por Buñuel, Duras, Wells, Costa-Gavras, Beauvois.

 

Con una elevada estatura, inclinado por ella, con un rostro atrayente por su mirada intensa entre sardónica, asombrada, inocente y humorada, un hombre y un actor fascinantes. Su cultura y habilidad dramatica, su saber actuar, su maleabilidad ante los directores y los personales representados le ha permitido hacer papeles diversos, siendo siempre él. Prefirió ser dirigido por Claude Régy (a quien siempre ha seguido por su inventiva y exploración de caminos inéditos y luminosos), Peter Brook y Serreau en su vertiente teatral.

 

Le contestaba a Anninck Cojean en Cannes en 2010 en el estreno de Des hommes et des dieux, que la religión (católica) era una gran parte de su vida. “Es la parte esencial. La palabra de Cristo es la más bella que yo he entendido como propuesta de vida. Confío como un niño en brazos de su padre. La fe, para mi, ha venido lentamente”. Le dice el crítico de cine: “La religión, la fe ¿es para usted cómo una pregunta?”. No, es una certeza, un bien. Poner en práctica las palabras de Cristo, amar a los demas y prohibir juzgar y condenar a otro ser humano. La comedia es contemplación. El artista busca la verdad, la justicia, lo bello. La fe no es para ser guardada y esconderla. Es para compartir y proclamar. Tenía, entonces, 77 años. Y acababa de encarnar la persona de un monje trapense del monasterio de Tibehirine, de los asesinados en Argelia, Frere Luc, médico, dedicado a atender a los enfermos y a los pobres por más de cuarenta años.

Ha muerto a los 89 años, en París, cincuenta años de cine y teatro franceses.